Sociedad
7/1/2025
Un puñado de capitalistas agiganta su patrimonio a costa del hambre de la humanidad
Los 500 empresarios más ricos concentran más de 10 billones de dólares a costa de la especulación financiera y sus políticas antiobreras.
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Elon Musk junto a Donald Trump.
El medio Bloomberg, especializado en economía y finanzas, dio a conocer su Índice de Multimillonarios con el llamativo dato que de que el patrimonio de las 500 personas más ricas del mundo superó en 2024 la friolera de los 10 billones de dólares: un monto inédito (más de 20 PBI argentinos) que refleja la concentración y centralización capitalistas en medio de una humanidad hundida en el hambre, las penurias económicas y la guerra. Lejos de reflejar el progreso de la humanidad, la millonada en manos de un puñado de capitalistas expresa la crueldad del sistema capitalista y los resultados de la especulación financiera y nuevas burbujas por estallar.
En dicho listado figuran empresarios como Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX entre otros, Mark Zuckerberg, CEO de Meta; Jensen Huang, CEO y fundador de Nvdia; Larry Ellison, cofundador y CEO de Oracle; Jeff Bezos, de Amazon; y Larry Page y Sergey Brin, creadores de Google.
Empresas tecnológicas como Alphabet, Amazon, Apple, Meta, Microsoft, NVIDIA y Tesla son las que dan sentido a la mayor parte del crecimiento del índice S&P 500, con un año que cerró un 23% arriba y un acumulado bianual del 53%.
Se trata, principalmente, de empresas del sector tecnológico con un marcado ascenso bursátil cimentado en las especulaciones financieras alrededor de los avances y proyecciones vinculadas a la inteligencia artificial y a sus aplicaciones: un negocio que tiene mucho de burbuja financiera y poca realidad en la actualidad y en aplicaciones inmediatas.
También cabe destacar que mientras la porción más rica del mundo bate récords en cuanto a su crecimiento patrimonial la mayoría de la sociedad atraviesa el fenómeno contrario, con el crecimiento de la pobreza, el hambre y la desigualdad social. Solo en los Estados Unidos se verifica que más de la mitad de la población vive al día, muy lejos de la comodidad de estos capitalistas.
Es que el beneficio extraordinario de estos pocos capitalistas tiene mucho que ver con el padecimiento y las penurias de cientos de millones de trabajadores, empezando por el hecho más directo que la casi totalidad de estas compañías vienen se imponer procesos de reestructuración internos con miles de despidos, prohibición de sindicalización y vulneración de condiciones laborales a gran escala.
Además, quienes se encuentran al frente de las compañías mencionadas (y otras tantas) son los principales promotores de las medidas de desregulación fiscal interna promovidas por Donald Trump en 2017 y quienes más se beneficiarán con otras políticas del tipo cuando asuma nuevamente el electo mandatario norteamericano. Esto sumado a una agenda de desregulaciones de controles ambientales que también libera las manos de estos gigantes económicos.
Para el caso de algunos como Elon Musk el negocio va aún más lejos, con el cuasi control directo de la política espacial norteamericana y la posición privilegiada de su empresa SpaceX en el lanzamiento de satélites y otros proyectos espaciales, como la colonización de Marte.
El solo triunfo de Trump en las últimas elecciones norteamericanas dio lugar a ganancias continuadas durante cinco semanas por más de 500.000 millones de dólares para las empresas del sector tecnológico.
Esta misma política es la que liberaliza las regulaciones y controles bancarios, dando más libertad a los negocios de la especulación financiera, y facilitando la fusión y concentración de capitales y la liquidación de “capital excedente” con el subsiguiente despido de miles de trabajadores, cierre de lugares de trabajo y penurias para los trabajadores. Al tiempo que Trump viene a redoblar las políticas arancelarias y proteccionistas con el resto de los países, acentuando la crisis global y las tendencias a la guerra que ya se expresan en conflictos bélicos por todo el mundo.
Las bases de este enriquecimiento extraordinario de los capitalistas no son sólidas, sino que reposan sobre todo este andamiaje precario y volátil de expectativas de mercado, especulación y libertades financieras, ampliando las dimensiones catastróficas de un eventual colapso ante el primer detonante de un nueva crisis financiera.
Se da, a su vez, en los marcos de una población mundial que no accede a las riquezas que produce y que se encuentra condenada al hambre, la pobreza, las guerras y la desocupación, para que un puñado de capitalistas controle un patrimonio que no podría gastas ni en cien vidas, y que utiliza actualmente en contra del conjunto de la humanidad.