Sociedad

9/10/2020

Una nueva operación del gobierno contra Guernica

Tras el fracaso de los aprietes y del “retiro voluntario”, Larroque ataca a la organización de las familias.

La historia publicada recientemente por el medio Infobae (8/10) respecto a la supuesta “expulsión violenta” de un “delegado” de la recuperación de Guernica se suma a las operaciones del gobierno de la provincia de Buenos Aires y su ministro Andrés “Cuervo” Larroque contra las familias, el cuerpo de delegados y las organizaciones que colaboran en el lugar.

No es casual que a pocos días de vencerse el plazo para la fecha de desalojo ordenado por el Juez Rizzo, el próximo jueves 15, desde la gobernación vuelvan a impulsar este tipo de maniobras para “justificar” un desalojo violento, que parece asumirá la forma de una cacería de pobres en medio del crecimiento a niveles históricos de la miseria social.

Ya en oportunidad de las cercanías del plazo de desalojo anterior, prorrogado por la Justicia, Larroque y su tropa habían montado una provocación en los terrenos recuperados, con un despliegue inaudito de funcionarios que bajo el pretexto de “acercar alimentos” pretendían amedrentar y obligar a retirarse a las familias.

Las familias desbaratan la provocación de los funcionarios de la provincia. Fotografía Daniel Peluffo.

Esa maniobra fue derrotada por la propia organización de los vecinos y vecinas, que impidieron que se consumara algo que estaba por fuera de todo lo discutido con las familias. Los funcionarios se retiraron al instante, sin dejar ni un solo paquete de fideos, lo que dejó de manifiesto la vocación provocadora de tal acción.

Los días siguientes Larroque se la pasó hablando de un supuesto “ataque de las organizaciones” que “entorpecían” las negociaciones. Esto cuando el gobierno había levantado la mesa de negociación y cuando la intendenta Blanca Cantero ya había dejado de enviar a sus funcionarios hace semanas.

El fracaso de las “actas compromiso”

Quizás el punto más significativo de todo esto es la derrota de la orientación de los funcionarios del gobierno de Axel Kicillof de promover un desalojo voluntario sobre la base de la firma de un acta compromiso, las cuales no solo no aseguran ningún derecho ni solución sino que implican el reconocimiento del delito de usurpación por parte de sus firmantes.

El gobierno realizó todo tipo de manipulaciones con estas cifras, desde asegurar que la mayoría se la recuperación de tierra se había avenido a firmar y a un retiro voluntario, a pocas horas de la fecha de desalojo, hasta el reconocimiento posterior de su fracaso hablando de una adhesión de menos de un 10%.

Lo que resulta más paradójico y que los funcionarios omiten es que a pesar de ese ínfimo 10% nadie se ha retirado de las tierras de Guernica. Ocurre que como el “compromiso” es un tanto flojo, hasta los firmantes han persistido en cuidar lo único certero que han conquistado: su parcela de tierra.

Ahora el ministro habla de unas “500 familias firmantes”, pero se trata de la misma operación, desde donde buscan presentar un “debilitamiento” de la recuperación de tierras, por un lado, y un macaneo de las organizaciones de izquierda, por el otro. Ambas caras de una moneda que busca justificar una represión violenta.

Sin propuesta y contra la organización de las familias

Lo que está de fondo es que el gobierno intentó ganar tiempo para seguir vendiendo el buzón de las actas compromiso sin acercar en concreto una nueva propuesta por escrito. Lo anunciado unos días atrás, el martes 6, sobre la asignación de unos 3.000 lotes en el distrito para las familias de Guernica aún no asume una forma concreta.

De esta manera, Larroque y el gobierno se vienen ensañando contra las familias y atacando a las organizaciones que contribuyen con las mismas, creando, nuevamente, todo tipo de versiones falsas y relatos respecto a los acontecimientos. Larroque se ahorra señalar que son ellos los que han levantado la mesa de negociación y los que se negaron a recibir a la multitudinaria marcha que el jueves 8 colmó las calle de la ciudad de La Plata.

Tampoco se han privado de hacer desfilar por la zona a su perro de cacería, el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni, quien se ufana de ser un desalojador serial.

Cuando falta menos de una semana para concretarse el plazo previsto para el desalojo no hay por escrito ninguna garantía para las familias de Guernica, solo promesas en el aire. Razón por la cual los vecinos y vecinas han reforzado su organización y convocado a una seguidilla de actividades a lo que el ministro Larroque dio por calificar como “estudiantina universitaria de Centro de Estudiantes de la UBA”. Detrás de sus palabras no se disimula el miedo de lo que las familias han puesto en pie, un preencuentro por tierra y vivienda, este lunes 12 a las 10 horas en Guernica, que reunirá a procesos de recuperación de tierras de decenas de lugares y que plantea una coordinación nacional de un movimiento en ascenso para confluir en su pelea.

La lucha por la tierra y la vivienda ha dejado al descubierto la naturaleza social de este gobierno y amenaza por convertirse en una crisis profunda que sacuda a propios y ajenos.

Respuestas ya para las familias de Guernica. Basta de provocaciones y maniobras. No al desalojo.