El asentamiento Esperanza, de reciente conformación, cercano al Barrio Colinas, ubicado al oeste de Villa Carlos Paz, está poblado por más de 50 familias que están construyendo una vivienda propia en estas tierras. Es una expresión del problema de la vivienda que padecen miles de familias cordobesas.

El mencionado asentamiento es una zona que no ha sido urbanizada, no hay trazado de calles ni prestación de los servicios de agua potable, luz, cloacas, recolección de residuos, alumbrado público. En estas condiciones, las familias, mayormente con niñxs en edad escolar, hacen frente a las intensas nevadas y heladas que trajeron las últimas olas de frío.

Las familias ocuparon las tierras empujadas por la crisis habitacional y desconociendo que ese espacio tenía propietarios. Luego de numerosas negociaciones, las dueñas de los terrenos accedieron a la venta de las cinco hectáreas, dando a las familias la posibilidad de comprar esos lotes de acuerdo a sus ingresos. Lo señalado constituye una excepción, la norma viene siendo los desalojos y la represión para quienes quieren ejercer el derecho a la vivienda.

Lxs vecinxs de Esperanza tienen trabajos informales, algunos en casas particulares, otros en “changas” en la construcción, venta ambulante, o actividades temporales relacionadas al turismo. En este cuadro, pasar el invierno en un asentamiento coloca a las familias y sus hijxs en situación de extrema vulnerabilidad, ya que sufren el frío, el hambre, el riesgo a incendios y asfixia que implica calefaccionar con leña una vivienda.

La situación del Barrio Esperanza se replica en varias zonas periféricas de la villa serrana, que en los últimos años ha visto crecer su población tras la llegada de numerosas familias buscando condiciones de vida digna. El derecho a la vivienda no tiene respuestas por parte del gobierno municipal, a cargo de Gómez Gesteira, ni del gobierno provincial, a cargo de Schiaretti. Para peor, impulsan el desarrollo de grandes emprendimientos inmobiliarios de carácter privado en manos de sus socios especuladores. Esto encarece el precio de la tierra y de los alquileres.

En este marco de reclamos por tierras y vivienda digna, el gobierno lanzó nuevamente el programa Más Vida Digna, una propuesta de créditos irrisorios que no alcanzan para construir ni una habitación. Además, trabajadores precarizadxs y descupadxs no pueden pagar la cuota mensual, en caso de que accedan al limitado programa.

La organización independiente de los vecinos y vecinas en su lucha por el derecho a la tierra y la vivienda son el único camino para conquistar el techo para las familias trabajadoras. En esa perspectiva, y para hacer frente a esta grave situación de crisis habitacional, desde el Partido Obrero y el Frente de Izquierda-Unidad se propone un Banco de Tierras y un plan de viviendas populares. Es necesario discutir una salida organizada al déficit habitacional. En ese sentido, lo haremos el próximo sábado 10 de julio a las 16 horas en el Congreso Provincial de la Vivienda, junto a lxs vocerxs del Partido Obrero Soledad Díaz García y Emanuel Berardo. Tierra para lxs trabajadores y no para los especuladores!