Sociedad

17/5/2024

Vuelven los créditos hipotecarios con más endeudamiento impagable

En medio de una crisis habitacional los bancos ofrecen líneas de crédito ruinosas para los trabajadores.

Negocios sobre el endeudamiento.

En el marco de la crisis habitacional y la caída de la tasa de intereses de referencia, los principales bancos del país vuelven a ofrecer las polémicas líneas de “créditos hipotecarios UVA”, para la refacción y construcción de viviendas. Cuando aún persiste un tendal de “hipotecados UVA” en conflicto contra las cuotas usurarias de los bancos, el sector financiero vuelve a la carga del endeudamiento de la población para poder acceder a una necesidad bloqueada por el ajuste: la vivienda propia.

Los créditos UVA se han ganado su mala fortuna debido a las consecuencias de las medidas devaluatorias e inflacionarias de los sucesivos gobiernos, que han empujado las cuotas a porciones significativas del total de los ingresos de las familias hipotecadas.

El coeficiente UVA es utilizado, justamente, para indexar las cuotas de los créditos otorgados a los vaivenes de la inflación, produciendo severos desajustes entre las mismas y el poder adquisitivo de las familias que buscan acceder a una vivienda propia. Las que accedieron a este sistema en el pasado quedaron rehenes de un sobreendeudamiento forzado, llegando a pagar cada vez más y a nunca desendeudarse.

Ahora, más de una decena de los principales bancos del país (el Hipotecario, Banco Ciudad, Santander, Macro y el Banco Nación, etc.) vuelve a la carga con la oferta de créditos hipotecarios UVA, que cubren entre el 75 y 100% del presupuesto de obra, con financiación de entre 20 y 30 años y con máximos que se ubican alrededor de los 90.000 dólares.

Las condiciones varían según la entidad y la pertenencia o no del solicitante a las mismas, oscilando entre los términos señalados y con el establecimiento de una tasa nominal anual fija que puede ir desde 4,5% hasta casi 10%.

Un caso llamativo es el del Banco Nación que ofrece una tasa del 4,5% más un seguro del 1,5% adicional para que las cuotas del crédito se ajusten a las subas de los salarios. Si bien esto representa un encarecimiento de entre el 15 y 20% en el financiamiento solo acumula las diferencias “cubiertas” para el final de la deuda, lo que seguramente daría lugar a nuevas refinanciaciones y más endeudamiento.

Endeudamiento y mercado concentrado

La promoción de estas líneas de crédito que terminan convirtiéndose en herramientas usurarias contra la población, operan bajo la necesidad de cientos de miles de personas carentes de acceder a una vivienda propia, incluso a pesar de contar con ingresos “superiores” a la media.

Estos créditos UVA van dirigidos a familias que superen actualmente ingresos mensuales por $1.600.000, con respaldo bancario, actualmente condenado a pagar alquileres elevados en un mercado inmobiliario donde crece la concentración y la especulación de grandes capitales.

Un registro de esto es lo que ocurre en la principal ciudad del país, CABA, donde un informe privado acaba de relevar que el 10% de los propietarios (físicos y jurídicos) concentra el 33% del total de los inmuebles. Mientras que solo el 1% de estos es dueño del 12% del total de las propiedades.

Otro dato importante es que dentro estos números las empresas triplican las tenencias de propietarios individuales, dando cuenta de un proceso de concentración en manos de capitales privados y especuladores del sector, que ha venido encareciendo los alquileres y el valor de las propiedades, empujando el valor fiscal de las tierras por los cielos.

Además, en los últimos 20 años el número de propietarios de inmuebles en CABA se redujo de un 65% al 40%, aumentando así el número de familias inquilinas, sobre una población total que se mantiene en 3 millones de habitantes.

El relanzamiento de los créditos hipotecarios UVA implica un nuevo negocio financiero para la banca privada, fuera de cualquier salida al problema real de la crisis habitacional, en un país donde se ha paralizado toda la obra pública en la materia y no existe ningún programa oficial al respecto.

Todo crédito en materia habitacional debe está vinculado directamente a la evolución de los salarios, con cuotas que nunca superen el 25% de los ingresos familiares y de acceso universal para el conjunto de los trabajadores. Junto a un impuesto contra las viviendas ociosas y los capitales especulativos para financiar la construcción de viviendas en todo el país.

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