Universidad
3/3/2022
Elecciones estudiantiles en la UBA: el Rectorado votó fecha para el 4 de abril
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Imagen: Público.
Las autoridades de la UBA votaron fecha para las elecciones estudiantiles, suspendidas en estos dos años por pandemia. De esta forma, buscan una votación con poco tiempo para el debate (algunas Facultades arrancan las clases la última semana de marzo) en donde buscan volcar el peso de los aparatos de las gestiones para favorecer a sus agrupaciones.
Universidad o FMI
La convocatoria a elecciones se da en un contexto de ajuste general marcado por el acuerdo con el Fondo y que por supuesto tiene su expresión en la Universidad. La partida educativa del Presupuesto 2022 (que finalmente no se votó) presentado por Guzmán aumentaba un 21% con respecto al año anterior, cuando la inflación estimada por el Banco Central en la encuesta de Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) indica casi un 55% (30 puntos de pérdida). Esto no se da en el vacío: la Universidad perdió Presupuesto real tanto en 2019, como en 2020, como en 2021. Esto no es solamente un número: menos comisiones, menos obras de infraestructura, hoy más importantes que nunca. La situación del salario docente expresa hoy una situación casi catastrófica: el salario básico de un ayudante de 1ra semiexclusivo ronda los $27.000. El desfasaje salarial desde 2015 es del 32% contra la inflación, dividido en 10,88% durante el gobierno de Mauricio Macri y 18,99% en la gestión de los Fernández (con medio mandato por cumplir).
Las autoridades universitarias dejaron bien en claro de qué lado están, cuando el pasado 29 de enero pusieron por escrito lo siguiente: “el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que reúne a las universidades públicas de la Argentina, manifiesta su beneplácito por el acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI)”. En algún punto, en la UBA queda más expuesto lo que en el país se intenta disimular: Cambiemos y el peronismo co-gobiernan en el rectorado de Alberto Barbieri, así como el PJ-kirchnerismo y la UCR-PRO votarán a favor del acuerdo con el FMI más allá de alguna maniobra o vericueto de un sector que busque diferenciarse. Los partidos mayoritarios garantizan que pase el ajuste, algo que en la universidad es permitido por las autoridades y sus organizaciones estudiantiles.
Las políticas fondomonetaristas implican un ajuste del “gasto público”, que se reducirá este año al 2,5% y el que viene a 1,9%. Ese recorte es ajuste, mal que le pese al gobierno y a sus voceros defensores y el ajuste es menos trabajo, menos salario, más precarización. También es ataque al ambiente, como lo demostró el propio ministro Juan Cabandié, “para pagar la deuda hay que contaminar”. Los incendios en Corrientes muestran como detrás de esto siempre hay intereses profundos de clase: los humedales se pierden a partir de la expansión de la frontera agrícola-ganadera, mientras Cambiemos y el peronismo cajonean una ley que los defienda.
Ajuste presencial, recorte virtual
El debate acerca de cómo vamos a cursar va a estar, en este 2022, más presente que nunca. Las discusiones muchas veces pasan o se hacen pasar como “educación a distancia” o “vuelta a las aulas”, es decir, como la dicotomía entre virtualidad y presencialidad. El aula “híbrida” (presencialidad con porcentajes de virtualidad) aparece como una novedad. La falta de precisiones sobre cómo va a ser la vuelta a la presencialidad plena que anuncian las autoridades, responde no al desinterés sino a los problemas que implica hacerse cargo.
Lo que es cierto es que el debate real nunca puede ser ese, en la medida en el que sin presupuesto no hay cursada. No solamente por lo dicho arriba. El Plan de Virtualización de la Educación Superior II, anunciado por el Ministerio y las autoridades de las Universidades Nacionales para fomentar la introducción de nuevas tecnologías a nuestra cursada tiene el 0,56% del presupuesto. Una de las cosas que más cayó en la partida planificada para este 2022 es la obra pública, por lo cual tampoco están garantizadas las condiciones edilicias. Si el Presupuesto va para el FMI y no para las aulas, no hay modalidad que aguante.
Por centros y una FUBA independientes
Con todo lo dicho anteriormente, podría sorprender que la mayoría de los centros de estudiantes y que la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) no estén en las calles, peleando por nuestra educación, contra el FMI, en defensa del ambiente y por los derechos de la juventud. Pero su escaso margen de acción no está vinculado a las necesidades de les más jóvenes, sino a los intereses que defienden.
Ningún centro de estudiantes conducido por agrupaciones del gobierno por agrupaciones vinculadas al gobierno ajustador. Solo por tomar un ejemplo, el Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras (CEFyL), que tiene una tradición inmensa de lucha en los últimos años, quedó casi paralizado desde que quedó bajo el ala del kirchnerismo (Cámpora/Mella). No pudo organizar ni dos asambleas por año (en tiempos de pandemia, con todos los problemas que tenemos los estudiantes), defendió el acuerdo con el FMI con el argumento de que “la negociación se da en un momento de fragilidad económica”, defendieron la contaminación del mar, entregaron espacios del centro por pedido de la gestión de Cristófalo y la lista sigue.
De igual manera, ningún centro de estudiantes vinculado a las fuerzas macristas tuvo alguna reacción. No fue capaz siquiera de convocar una vez a los estudiantes, de organizar a las pibas y los pibes del CBC que se quedaban afuera de la cursada o no podían rendir. Una Federación de los Larreta, en alianza con una facción del PJ y compañía jamás peleará por los derechos de la juventud.
Desde los Centros de Estudiantes de Farmacia y Bioquímica y Veterinaria (UBA) hemos mostrado otra orientación. Posicionándonos frente al conjunto de las luchas en curso como EMA, Guernica. Lo primero que hicimos, apenas declarada la pandemia, fue organizarnos con los estudiantes, con asambleas, reuniones acertadas. Participamos activamente de la convocatoria “No al Pacto con el FMI” con los plenarios en Parque Lezama. Desarrollamos las luchas de las propias facultades, como las peleas de les pibxs de FFyB para rendir exámenes Promocionales y las peleas de los pibes del CBC para ser incluidos. También de las luchas de la juventud de las barriadas que por conectividad, WIFI y computadoras coparon una y mil veces las calles, llegando al punto de tomar el Ministerio de Educación de Pizzurno. Esta experiencia política, que encontró en las calles a miles de pibes y pibas reclamando a los dos gobiernos (Nación y Ciudad) para poder estudiar, se verá plasmada en la elección, que tendrá como dato político la intervención de la juventud piquetera, con la JPO a la cabeza.
Esto deja una conclusión importante: que nuestros sindicatos estudiantiles no tengan las manos atadas para luchar por nuestros intereses es un problema fundamental en los tiempos que corren. Necesitamos centros y una FUBA independiente del gobierno y las autoridades universitarias, para defender los intereses de la juventud y salir a la lucha.
¿Por qué luchamos?
La pelea del 2022 implica defender la educación superior ,con un programa concreto. Que defienda la necesidad de un plan de becas nacional, que incluya el aumento de la Beca Progresar a $15.000. Lo mismo para el reparto de computadoras, puntos de wifi y la liberación de datos de todas las plataformas que incluyen clases o intercambios virtuales. A su vez, requiere la pelea por mejores condiciones edilicias, que incluye no solamente más aulas para garantizar el distanciamiento y poder cursar (la pelea para que no haya cupos a las inscripciones hoy toma una envergadura considerable) sino también jabón en los baños, alcohol en gel en todos los pisos, mayor planta docente para mayor cantidad de cursos, que las materias tengan triple franja horaria. Lo mismo vale para plantarse en defensa de las condiciones laborales de nuestros docentes, para que ninguna modalidad sea una excusa para un ataque mayor.
Comprendemos, a su vez, que desde nuestra facultades tenemos que juntarnos con los movimientos de lucha que están del otro lado de las paredes de nuestras facultades, para organizarnos en defensa del ambiente, por ejemplo, junto a la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones, que gana las calles en todo el país. También, desde la UJS y la Juventud del Polo Obrero (JPO) buscamos la unidad con el movimiento piquetero que en las calles lucha para acabar con la pobreza. Se hace necesario, en ese sentido, salir a pelear en las aulas y en los barrios por un plan de becas nacional que permita que los pibes y las pibas de las barriadas mantengan su cursada.
Entendemos como algo trascendental, también, que el movimiento juvenil se plante con banderas imprescindibles. Que rechacen el pacto con el Fondo Monetario y el capital Financiero. Que defiendan el derecho a la vivienda, a la educación, a la salud, a salarios y jubilaciones que sean iguales a la canasta familiar. Que peleen contra la precarización laboral y digan basta a aquellos que quieren liquidar el ambiente solamente para pagar una deuda que no es nuestra.
Luchamos, con este programa, para que la juventud, junto al movimiento obrero y popular, derrote la política fondomonetarista que solamente traerá hambre, miseria y ataque a las condiciones de vida de quienes trabajan en la Argentina. Solo luchando tenemos futuro.
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El frente único, el mejor camino
Como dijimos, quedarnos sin hacer nada no es opción. Desde la UJS, entendemos no solamente importante sino necesario que nos pongamos en pie de lucha en todas las aulas contra el ajuste educativo y contra el ataque a la juventud, lo que implica derrotar las políticas fondomonetaristas del gobierno nacional y la oposición patronal. Este ajuste es equivalente a robar los sueños de la juventud, a dejarla sin perspectiva.
Entendemos, a su vez, que tenemos que golpear unidos, con un solo puño con todas las organizaciones de lucha. El espacio amplio que repudió el 11 de diciembre del 2021 y el 8 de febrero reciente el pacto con el FMI nos parece un buen ejemplo de cómo hay que actuar. Frente al régimen político del Fondo, el gobierno y las autoridades, entendemos que no hay otro camino que el frente único de lucha. Comprender la importancia de pelear unidos en esta etapa histórica nos parece crucial. Llamamos a todas las organizaciones que participan en la UBA como el PTS, IS, MST, Nuevo MAS, 29 de Mayo, Cauce y a todas las organizaciones que se reclamen independientes del régimen, sus partidos y sus políticas pro-FMI a pelear en común, con la misma intención, para llevar a la Universidad esa rica experiencia de lucha que vivimos en las calles, para los centros que nos falten y, con ellos, nuestra federación.
Este frente único, entendemos, va más allá de una lista o de una elección: implica ponerse en pie de lucha para defender a la Universidad. En los hechos, consideramos que tiene que traducirse en una agenda de movilización, organización y lucha, con asambleas, reuniones abiertas, actividades en cada una de las 13 facultades de la UBA para separar a la juventud del gobierno y de la oposición patronal.
Que este 2022 nos encuentre unidos y en lucha. Saquemos a la juventud y a la UBA del Fondo. Vamos por centros de estudiantes independientes del gobierno y las autoridades.
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