Universidad

28/3/2025

En la universidad prendemos la mecha: fuera Milei

El paro docente y no docente y las movilizaciones masivas en las calles anticipan un año convulsionado, retomemos la lucha universitaria.

Marcha universitaria.

Arrancaron las clases atravesadas por una convulsión política total: el gobierno viene golpeado por la crisis de Libra y apuesta toda su energía a cerrar un acuerdo con el Fondo que, según dice, viene encaminado. No obstante, el Fondo insiste en una devaluación llevando el dólar a $1600 y el oficialismo es reticente planteando que no hay atraso cambiario.

El gobierno busca cerrar el acuerdo porque necesita dólares para reforzar las arcas del Central que se encuentran en rojo y empieza a tener dificultades para intervenir en la brecha. Esto afecta su campaña para mantener el tipo de cambio sin grandes alteraciones para financiar el carry trade, pero el aumento del dólar en los últimos días y el crecimiento de la brecha empieza a alterar sus planes. La contraprestación del préstamo del Fondo es un ajuste brutal que vemos en todos los polos: la universidad, las jubilaciones, las paritarias. 

¿Cómo arranca la universidad?

La universidad arrancó con un paro docente y no docente de adhesión casi total. En la UBA, exceptuando la Facultad de Derecho, no abrió ninguna, y en el caso de PBA la adhesión fue casi total también. La universidad es objeto de un vaciamiento que tuvo una respuesta muy grande durante 2024 con las marchas educativas, las tomas y todas las distintas acciones de lucha que atravesaron ese año impulsadas por estudiantes, docentes y no docentes. Según una nota en Perfil (12/3/2025), el gobierno redujo en 2024 un 25% en términos reales las transferencias al sistema universitario con un ataque específicamente a los salarios. Como viene denunciando AGD, la masa salarial docente en las universidades nacionales ha descendido 64,69 puntos porcentuales.

Este año empieza peor. Si ya en 2024 las partidas de gastos de funcionamiento estaban 40% debajo del crecimiento acumulado de precios, ahora empezamos 2025 sin actualización con una inflación que empieza a acelerarse. De los informes que impulsa el gobierno podemos observar que no se han actualizado ni en 2024 ni en 2025 las partidas vinculadas a infraestructura universitaria o el desarrollo de la ciencia, sino más bien todo lo contrario. El gobierno plantea que el recorte persistirá mientras las universidades no se dejen auditar, pero la realidad es que el 95% del presupuesto universitario (que corresponde a salarios) ya es auditable de hecho por el Poder Ejecutivo. Lo que el gobierno no dice es que su política es incompatible con la universidad.

La ejecución del 0% de fondos destinados a infraestructura tiene consecuencias lescivas para el desarrollo de su normal funcionamiento, como por ejemplo edificios de laboratorios enormes en desuso, la no construcción de edificios nuevos para abordar el desborde que hay entre el crecimiento de la matrícula y la real capacidad edilicia de las facultades, la imposibilidad de poner en funcionamiento máquinas y equipos, la disposición de los insumos de laboratorios y el cierre de los departamentos de investigación.

Las consecuencias del vaciamiento están a la vista: éxodo docente al sector privado, cierre de comisiones, recorte de los planes de estudio para hacer carreras más cortas y no solo promover la especialización en el posgrado pago, sino tener las sillas ocupadas por menos tiempo.

Defendamos la independencia política del movimiento 

El 2024 fue una radiografía clave para que el activismo haga una experiencia y pueda empezar a sacar algunas conclusiones. La más importante de ellas es que hay una gran disposición a luchar que encuentra en su dirección un límite. Las autoridades universitarias, radicales y peronistas, y sus correspondientes agrupaciones acuerdan en el trazo grueso del ajuste de Milei pero tienen choques en relación a la distribución de la caja de la Universidad. Es evidente que estas jugaron un papel en la desmovilización del año pasado: mediante la burocracia sindical utilizaron el movimiento para negociar su propia agenda con el gobierno, dándole la espalda a los reclamos salariales y de condiciones de cursada de docentes, no docentes, investigadores y estudiantes, y utilizando a sus agrupaciones estudiantiles afines para desactivar el proceso de lucha, con sus matices pero con una política en común ordenada sobre la premisa de garantizar la gobernabilidad a Milei.

El peronismo aplicó una política de descomprimir, como vimos con la convocatoria a la asamblea en Filosofía y Letras que no fue solo vaciada por ellos sino que tuvo baja participación estudiantil porque justamente no tenían el objetivo de darle un contenido de lucha y una perspectiva. Por su parte, Nuevo Espacio y La Franja directamente manejaron una política de bloqueo a las asambleas en sus facultades, o usando la FUBA como boletería sin votar un plan de lucha profundo contra el gobierno. Ahora, impulsan estas performance en Casa Rosada que es simplemente un punto de campaña para impulsar a la principal candidata de Evolución, ex presidenta de la FUBA, buscando instalar que sería un reflejo de la defensa de la universidad en las listas. Pero al revés, es una campaña que esconde la verdadera orientación que llevaron adelante durante el proceso e incluso su acuerdo de gobernabilidad con Milei. Es clave llevar adelante una agitación profunda para combatir la tendencia al planchamiento. El desafío de este 2025 es desarrollar las tendencias combativas del movimiento estudiantil para superar estas direcciones y recuperar una perspectiva independiente que le permita luchar a fondo junto con docentes y no docentes, sin ningún compromiso con las autoridades universitarias.

Pongamos de pie asambleas en todos los lugares de estudio

Lo que vemos en la universidad es moneda corriente del cuadro más general de flexibilización de todas las esferas como política del gobierno nacional. Lo vemos con las jubilaciones de miseria a las que el gobierno ofreció un aumento miserable de 2,4% en enero de 2025, manteniendo a la jubilación mínima en $273.000, lo mismo pasa con las paritarias con aumentos del 2% o 3% en un cuadro de crecimiento de la inflación.

La consultora LCG advirtió que en la última semana de febrero hubo subas de hasta el 3,3% en el rubro alimentos, que no solo está por arriba de la inflación general sino que puede disparar el IPC. Estos aumentos y el recorte concienzudo del gobierno a las partidas salariales o a las jubilaciones de los trabajadores lo hace con la perspectiva de priorizar una línea de confiscación a favor del capital financiero. 

No obstante, la respuesta en las calles es abismal frente a la ofensiva del gobierno. Tuvimos movilizaciones de carácter masivo contra el gobierno de las cuales hubo una participación estudiantil interesante. El dato es que hubo una organización a pesar del bloqueo de los centros ligados al peronismo o el reformismo que apuestan a la contención. Tenemos que llevar esa pelea contra el gobierno a las facultades, terciarios y secus.

Luego de la masiva movilización en defensa de los jubilados y su consecuente represión, AGD impulsó un paro de 24 horas para el 13 de marzo. En el movimiento estudiantil tenemos que seguir ese camino. El primer paso en la perspectiva de retomar la lucha universitaria es poner en pie asambleas que deliberen y resuelvan planes de lucha hacia adentro y afuera de los lugares de estudio. La juventud también tiene que acompañar los conflictos obreros, como es el caso de Morvillo, para acompañar y reforzar todas las luchas en curso, generando un impacto mayor mediante la unidad de obreros y estudiantes.

Los tiempos cambiaron: pasemos a la ofensiva

EL 1F, 8M, 24M y las dos movilizaciones en defensa de los jubilados configuran un clima que empieza a mostrar algo distinto: la organización a pesar de las direcciones. El llamamiento al paro de la CGT por presión de sus bases es un ejemplo claro: impulsan un paro para descomprimir después de aceptar la paritaria a Milei. Lo dijo explícitamente Maturano de La Fraternidad: "acá hay una presión social tan grande que, si nosotros nos quedamos en el molde, va a explotar por algún lado. Y no puede explotar, este gobierno tiene que llegar a los cuatro años". Las movilizaciones masivas recientes no fueron convocadas por grandes federaciones o centrales, y aún así tomaron un carácter masivo. El gobierno está entre la espada y la pared: un crecimiento de la movilización popular por un lado y una corrida cambiaria en puerta por el otro. 

La etapa política cambió, demos un paso al frente y vayamos a la ofensiva para que se vaya Milei.

Milei en la cornisa
Entre la corrida cambiaria y la movilización popular. -
prensaobrera.com