A lo largo y a lo ancho del país, decenas de facultades fueron tomadas por les estudiantes, tanto antes como después de la votación en la Cámara de Diputados y ratificación del veto a la ley de financiamiento universitario. Mientras tanto, les estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales nos preparamos para la asamblea de este lunes 14 de octubre, para definir un plan de lucha radicalizado con toma en defensa de la universidad.

De la asamblea a la toma, y al veto después

El pasado martes 8 de octubre, luego de grandes jornadas de clases públicas, más de 500 estudiantes participamos de la asamblea con el corte de la calle Santiago del Estero. Una jornada que mostró un salto del movimiento estudiantil, ansioso por avanzar en medidas contundentes en defensa de la universidad.

La asamblea votó, de manera unificada, la toma de la facultad hasta las 10 de la mañana del miércoles para movilizar; así como medidas de visibilización como el gran ruidazo que llevamos a cabo en repudio al veto, con el corte de la avenida Independencia.

La ratificación del veto en el Congreso no fue una sorpresa, así como ratificaron el veto a jubilados y votaron la Ley Bases, una vez más quedó demostrado que gobiernan a espaldas de la clase trabajadora y la juventud de nuestro país. Sabrina Ajmechet, diputada del PRO y docente de Ciencia Política de la facultad de Sociales, fue una de quienes votaron a favor del veto, mostrando hasta qué punto es inviable cualquier tipo de confianza en el recinto del Congreso. La respuesta fue clara: lejos de resignarse el movimiento estudiantil a una derrota, inmediatamente se gestó una reacción organizada contra el veto con tomas de las universidades y rectorados a nivel nacional, ruidazos y cortes de calle.

Por otra parte, la ausencia de las autoridades universitarias en la movilización del miércoles demostró una vez más que no hay posibilidad de organizar un movimiento de la mano de ellos. Se trata de un sector que traiciona de manera reiterada a docentes y no docentes, sea mediante el levantamiento de la emergencia presupuestaria luego del 23 de abril y la conquista de una partida presupuestaria que solo contemplaba los gastos de funcionamiento, dejando por fuera los salarios (92% del presupuesto universitario); o del boicot a los paros de no docentes como en el caso de Sociales, en manos de la decana Ana Arias.

Sociales: una conducción del CECSo integrada a las autoridades del ajuste

En nuestra facultad, La Cámpora ha mostrado una reticencia a votar en las asambleas un plan de lucha de fondo, como la toma. No sorprende, son al fin y al cabo la militancia de Máximo Kirchner, un dirigente que dijo que se debía aceptar el veto a los jubilados, en tanto se trataba de “una medida constitucional”. Sus exhortaciones a “dejar de patalear” expresan una política del peronismo de desmovilización en todos los sectores, teniendo como el mayor ejemplo a las centrales sindicales. Se trata de una falsa oposición que se encuentra no solo abstraída de los procesos de organización de todos los sectores atacados por este gobierno, sino que también le garantiza la gobernabilidad a Milei. Se vio con la Ley Bases y los cinco legisladores de Unión por la Patria que no votaron contra el veto a la ley de financiamiento universitario.

Es evidente cómo La Cámpora, junto con Acción x Sociales, se han puesto por objetivo boicotear las medidas de fuerza: maniobrar la fecha de asamblea para el martes en vez de lunes, para desarticular la toma y no sea más que una vigilia.

Mientras tanto, la Emergente y Mella, la pata que se pretende izquierdista, buscan evitar que la crisis genere una ruptura con las autoridades a las que están integrados, y el CECSo. Se dedican a evitar un desborde del movimiento que sobrepase a las autoridades de la facultad, y hasta querían permitir que en la toma se permitiera el ingreso de las mismas en la facultad, siendo la izquierda quien conquistó que sea bajo control estudiantil.

Sin ir más lejos, en la asamblea que tuvimos el 30 de septiembre, la conducción del centro votó en contra de nuestra propuesta de la izquierda para que la fecha de asamblea sea el 8 de octubre, y promovió que se dilate hasta el 15 de octubre. Las clases públicas con corte de calle, el día miércoles, en repudio al veto, logramos que se dicten a pesar de las vacilaciones de la conducción. No obstante, los hechos marcan el curso por sobre cada una de las maniobras de dilatación y desmovilización de la lista 15. Y del mismo modo, queda claro que el movimiento debe desbordar. La chispa del movimiento estudiantil y la presión por parte de los sectores independientes le va marcando la agenda al CECSo y no al revés: se abre un panorama para una intervención contundente, con la conducción a la cabeza o con la cabeza de la conducción. Son las primeras intervenciones en este conflicto donde les estudiantes convocamos independientemente a iniciativas por fuera de la agenda “de lucha” de las autoridades universitarias.

La vanguardia de un movimiento dispuesto a llevar la lucha hasta el final

La ofensiva del gobierno contra la universidad pública ha dado un salto político que recrudece los objetivos de arancelamiento y privatización de la universidad sobre la base del vaciamiento presupuestario.

A la par, la experiencia le está demostrando a un creciente sector del estudiantado la necesidad tanto de una radicalización en el plan de lucha, como la importancia de una organización independiente de todas las autoridades para construirlo. Como ha quedado demostrado esta semana, las tomas en las universidades bajo control estudiantil es el salto en la lucha que exige la etapa. La facultad de Ciencias Sociales debe sumarse a la radicalización y votar la toma indefinida de la facultad. Frente al ataque a las ciencias sociales, al desagüe en investigación y la precarización de nuestras profesiones, no podemos quedarnos atrás, debemos dar una respuesta contundente.

Es el movimiento estudiantil quien históricamente en nuestro país ha sido uno de los pilares fundamentales para construir la unidad obrero estudiantil frente a la represión y ajuste de los gobiernos. No queda duda alguna que el movimiento estudiantil encendió la chispa y prendió una verdadera rebelión universitaria. Vamos este martes por una masiva asamblea en Sociales que vote la toma indefinida con clases públicas y medidas contundentes, sobre la base del creciente apoyo e iniciativa del estudiantado. Es Milei o la educación pública y tenemos una perspectiva clara: se tiene que ir. Por la huelga educativa, por el paro general hasta derrotar el plan de ajuste y miseria del gobierno.

A fondo con la lucha universitaria ¡Fuera Milei!

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prensaobrera.com