En las vísperas de un nuevo paro nacional de docentes y no docentes de las universidades nacionales, la tarde-noche del miércoles 22 de mayo en La Plata recibió una masiva marcha de antorchas. A un mes de la histórica marcha universitaria en todo el país, esta convocatoria volvió a mostrar que hay fuerzas para derrotar el plan de ajuste de Milei contra las universidades y en general contra los trabajadores.

La marcha estuvo precedida por una jornada de lucha en algunas facultades. Exactas e Ingeniería cortaron avenida 1 desde temprano con clases públicas. Artes también tuvo clases públicas desde el mediodía, como lo había votado la asamblea del centro de estudiantes el lunes. Esto redundó en columnas importantes y masivas, particularmente de Exactas y Artes.

La movilización fue un canal para expresar la voluntad de lucha del movimiento educativo de la UNLP, que las conducciones de los gremios no pretenden organizar. La convocatoria a esta marcha por parte de Adulp, Atulp y la Fulp llega después de un mes de inmovilismo, aún cuando la situación por la que más de un millón de personas salimos a la calle el 23 de abril pasado no tuvo respuesta por parte del gobierno. La situación presupuestaria sigue siendo crítica, los salarios no alcanzan y el gobierno retruca en su ofensiva contra el pueblo con la nefasta Ley Bases.

El acuerdo anunciado en los últimos días, primero entre el gobierno nacional y la UBA que luego se extendió al resto de las universidades, es completamente insuficiente. Los funcionarios de Milei anuncian maliciosamente un aumento del 270% del presupuesto, cuando eso solo alcanza a los “gastos de funcionamiento” de las universidades (que representa alrededor de un 8% del presupuesto total de las universidades), además de que es tan solo una actualización unos puntos por debajo de la inflación. No se anuncia ninguna actualización para los salarios, que vienen en caída libre, ni tampoco partidas presupuestarias para atender problemáticas de años de desfinanciamiento de las facultades.

El papel que juegan las autoridades, tanto radicales como peronistas, debe ser motivo de reflexión para el movimiento de lucha. En la UBA, el rector radical rápidamente impulsó el cese de la declaración de “emergencia presupuestaria”, con el visto bueno de los decanos por asegurarse esa actualización de gastos de funcionamiento.

López Armengol, el rector radical de la UNLP que es apoyado por absolutamente todas las agrupaciones peronistas, ya había manifestado su expectativa de que el acuerdo alcanzado por la UBA se hiciera extensivo al resto de las universidades, con la intención de cerrar el conflicto lo antes posible.

Por su parte, los decanos peronistas, fieles a su tradición, se encuentran aplicando medidas de ajuste en sus propias facultades, como lo reconoció Belinche, el decano de Artes, en la última sesión del consejo directivo, dando cuenta de la reducción del financiamiento de proyectos de investigación, de la anulación de contratos y otras medidas de adecuación a la asfixia presupuestaria del gobierno.

El cuadro de situación deja claro fundamentalmente dos cosas. Primero, que estudiantes, docentes y no docentes tenemos que tomar en nuestras manos la lucha por la defensa de la universidad, de la ciencia y de los salarios, para llevarla a fondo de la manera más consecuentemente. Esto requiere desenvolver el movimiento de manera independiente de los bloques políticos que de una u otra forma colaboran con Milei, siendo las autoridades de la Universidad las representantes de esa colaboración en este caso. Y segundo, que la línea de “negociación” con el gobierno de Milei, que después de la marcha del 23 de abril se apuró a darle media sanción a la ley bases, es una línea de derrota para el movimiento de lucha.

Por eso, el Partido Obrero y sus agrupaciones en la UNLP y el resto de las universidades del país llaman a seguir desenvolviendo la lucha. Por la convocatoria a asambleas en cada gremio y en cada facultad, para resolver nuevas acciones de movilización, con vistas a parar y movilizar al congreso el día que se trate la ley Bases. Lo que puede cambiar el rumbo y derrotar el plan de Milei y sus cómplices es la organización y la lucha popular masiva.

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