Universidad

28/3/2023

La UBA: entre el ajuste y el recorte de las carreras

La juventud tiene que estar en las calles, junto a los trabajadores, enfrentando el programa fondomonetarista.

Contra el ajuste en la Universidad.

Comenzaron las clases en la UBA y, como parte del acuerdo con el FMI, el gobierno ajusta en la Universidad. Mientras el presupuesto impulsado por el gobierno nacional contempla un aumento del 45% para este 2023, la proyección de la inflación del gobierno es de 60%, pero los índices del IPC ya vaticinan que ese número será superado. Las consecuencias las pagamos estudiantes y trabajadores que día a día transitamos los pasillos de la universidad.

¿En qué consiste el ajuste en la Universidad?

Las consecuencias del ajuste en la Universidad están a la vista: docentes con salario de indigencia y problemas edilicios que dificultan la cursada. Frente a esto, las autoridades universitarias, desde las más de derecha hasta las más “progres”, están en una ofensiva para llevar adelante un programa “anti-universitario”. El rector Ricardo Gelpi, fruto de una alianza de radicales (Emiliano Yacobitti es su vice) y peronistas, viene a profundizar la agenda de su predecesor Barbieri: más ajuste es más negocio.

Un ejemplo claro de la orientación social que buscan imprimir a la universidad es el reciente planteo de Massa de auditar en la Facultad de Económicas la confiscación a las jubilaciones, algo completamente perjudicial para trabajadores y jubilados. Meses atrás sucedió algo similar en Sociales con las auditorías de los planes sociales. Una muestra más de la Universidad como moneda de cambio para garantizar el ajuste.

En Medicina asistimos a una situación de colapso total, en la cual las clases arrancaron atravesadas por un corte de luz durante varios días y la respuesta de la gestión fue virtualizar la cursada en general. Esto no es novedad dado que, frente al hacinamiento por falta de infraestructura, se impuso la virtualización de determinadas tecnicaturas. Queda claro que esta medida contra la calidad académica de nuestra formación no resuelve la situación calamitosa que atraviesa la Facultad, que tiene un colapso de baños y ascensores desde hace ya muchos años. Otro aspecto que refleja esta ofensiva son los nuevos filtros hacia los estudiantes de las tecnicaturas de la Universidad (de distintas facultades), a quienes les han agregado materias del CBC.

No sólo los estudiantes sufrimos las consecuencias de esta avanzada, la evaporación al salario y el recorte de la obra social de docentes universitarios (Dosuba). Esta medida de frente contra el trabajador fue votada también por el sector de “decanos progres” (Sociales, Exactas y Filo) vinculados directamente al kirchnerismo. Pasa en el país y pasa en la UBA: cuando hay que ajustar al trabajador no hay grieta.

La mcdonalización de la UBA

En algunas facultades los salarios de indigencia están generando un éxodo masivo de docentes e investigadores, un caso emblemático es el de Exactas, donde hay faltante de docentes debido a eso. El interés principal del decano está en avanzar con la Coneau para seguir reforzando esta perspectiva. De la mano del vaciamiento de la educación pública se da un fenómeno de mayor mercantilización. Esta línea es una orientación que excede a la UBA y forma parte de una política más general: el ministro de Educación nacional, Jaime Perczyk, impulsó en la esfera de las Universidades Nacionales un “mapa georreferenciado de carreras cortas” que van en la misma orientación de fomentar la devaluación de los contenidos, de la mano con la acreditación a la Coneau

Esta orientación es compartida a fuego por los radicales, el propio Emiliano Yacobitti planteó “necesitamos planes de estudio más flexibles, con títulos intermedios que posean certificaciones para la empleabilidad y estén diseñados para transferir conocimientos a diferentes sectores sociales” (Parlamentario, 8/2022). El problema de esto es que es puramente demagogia narrativa, parten de la necesidad de lxs estudiantes de recibirse por la crisis más general para avanzar en un desguace de los planes de estudio. Cuando hablan de “flexibilizar”, se refieren a permeabilizar los recortes para promover el crecimiento de los posgrados, a partir de garantizar títulos pregrado y un contenido más generalizado donde inevitablemente la necesidad de especializarse crecerá.  No sólo eso, sino que aplicaron tarifazos a los posgrados, como ocurre en la Facultad de Ciencias Sociales, donde los aumentos van de 133% a 354% según si son o no de la Facultad.

Está claro entonces que las reformas de los planes de estudio vienen en ese sentido y son compartidas por los decanos del Rectorado como por los “progres”. Las reformas de los planes de estudio en Exactas, Farmacia y Bioquímica, Medicina, Ingeniería y otras van en este sentido, así como el intento de incorporar a la Facultad de Psico a la Coneau.

Mientras ajustan y vacían la educación pública, las autoridades utilizan esto como argumento para reforzar los vínculos con las empresas. De esta forma se ponen los recursos académicos al servicio de los capitalistas. En Agronomía de la UBA, nuestra agrupación impulsó una lucha importante que derogó los convenios de la Facultad con la empresa Benetton. Queda hacer lo propio en Exactas con Shell y todas las empresas megacontaminantes. El camino es la organización independiente de las gestiones.

Franja Morada y los k: la juventud funcionaria

Esta ofensiva del Rectorado y los decanos se da en un momento particular del movimiento estudiantil. La Fuba hoy no es solo un aparato de propaganda electoral de Martín Lousteau, sino que hay una integración total de los centros de estudiantes dirigidos tanto por la Franja como por los K. Gran parte de los referentes estudiantiles de estas fuerzas ocupan hoy lugares como funcionarios en las distintas gestiones de sus facultades. Ellos en los despachos aplicando los ajustes y recortes, los estudiantes y docentes sufriendo las consecuencias de las políticas de sus gobiernos y sus decanos, y las orgas que responden a las gestiones garantizando el ajuste en vez de organizar a lxs estudiantes contra este.

Un caso emblemático de esto es Derecho, en donde La Cámpora votó con la totalidad de los claustros (estudiantil, docente y graduados) al decano propuesto por el radicalismo. Un personaje abiertamente relacionado a la “mafia judicial”, al punto que Lorenzetti, referentes del MPF, y consejeros de la magistratura asistieron a su asunción. “Si la tocan a Cristina, el decano vamos a votar”. En Filosofía y Letras las gestiones están copadas por militantes que se encuentran en la conducción del centro también, poniendo el centro de estudiantes como una oficina más de las mismas. Las consecuencias de esto están a las claras: se avanzó en el recorte de la carrera de letras y no organizaron a nadie. Una vez más la juventud funcionaria a la rastra de las gestiones.

Pongamos al movimiento estudiantil de pie

Desde la UJS queremos que lxs estudiantes intervengan en la crisis política más general, de la mano de las luchas populares. Por eso, mientras nos organizamos en las facultades llevamos a nuestros centros a los acampes piqueteros contra el recorte de los planes sociales, como también lo hicimos con el Sutna, acompañando cada medida desde bloquear portones, acampes, movilizaciones hasta que finalmente alcanzaron la victoria. Organizamos también la movilización y permanencia, junto al Polo Obrero, cuando el gobierno recortó los Potenciar Trabajo donde conquistamos la compatibilidad de los planes. En la pandemia nos movilizamos por conectividad y computadoras para que nadie se quede sin cursar. Desde las facultades vamos a las villas para organizarnos contra el ajuste, pero también para aportar nuestro aprendizaje a la sociedad en sus expresiones más golpeadas por la crisis. Por eso hacemos asistencia jurídica, postas de salud y relevamientos socioambientales para luchar por condiciones de vivienda digna. Nos organizamos en defensa del ambiente porque no hay planeta B, por eso impulsamos las pasantías interdisciplinarias en las cuales viajamos a pueblos con conflictos socioambientales, con el objetivo de estudiar el conflicto y aportar con lo aprehendido en nuestras carreras.

El movimiento estudiantil se tiene que poner de pie, seguir el camino de AGD, organizados en huelga por un salario digno, tenemos que enfrentar la política de ajuste y mercantilización en la Universidad, y también acompañar las luchas populares en curso.

Retomando la tradición del Cordobazo, la juventud tiene que estar en las calles, de la mano de los trabajadores, enfrentando el ajuste del gobierno y el FMI, que toma forma de Nuevo Espacio/La Franja Morada y La Cámpora en las facultades. Este 2023 tenemos el desafío de luchar contra la avanzada hacia los planes de estudio. Vamos por aumento de la beca Progresar, por el boleto estudiantil, y salario para los docentes, ayudantes alumnos y para los ad honorem.