Universidad

16/5/2024

Las autoridades de la UBA acuerdan con el gobierno descartando a los trabajadores y el resto de las universidades

El Consejo Superior acaba de votar el levantamiento de la emergencia presupuestaria sin resolver los problemas de fondo.

Movilización educativa.

El Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA) acaba de votar el levantamiento de la emergencia presupuestaria. Con el rector Gelpi a la cabeza, anuncian haber alcanzado un acuerdo de aumento del 270% para los gastos de funcionamiento, dejando de lado a les trabajadores de la universidad y al resto de la universidades del país.

Este anuncio omite algo fundamental: el acuerdo deja de lado el salario de les trabajadores docentes y no docentes, expresado en el artículo 2 de la resolución bajo la forma de “preocupación”, pero descartando llevar adelante cualquier tipo de acción. La omisión de contemplar el salario de les trabajadores de la universidad no es solo consolidar la pulverización del salario, con aumentos salariales impuestos más de un 40% debajo de la inflación del último periodo, sino que es la garantía de llevar adelante un ajuste en regla en la universidad.

A su vez, como señala el último comunicado del CIN, este acuerdo constituye un acuerdo unilateral del rectorado de la UBA con el gobierno, excluyendo al resto de las universidades del país, dejando al descubierto la intención de avanzar en un cierre o vaciamiento total de distintas universidades nacionales.

El gasto en funcionamiento contempla tan solo un 7,9% del presupuesto de la universidad, un 1% en hospitales y siendo los salarios el restante 82,6%. Anunciar el levantamiento de la emergencia presupuestaria no es solo abandonar a los trabajadores a su suerte, sino que es avalar el ajuste del aspecto sustancial del presupuesto. En resumidas cuentas, lejos está de estar garantizada la continuidad de la universidad, si no se garantizan salarios a les docentes, no docentes e investigadores, que son les que garantizan su funcionamiento.

El ahogo presupuestario en este rubro constituye un régimen de expulsión las autoridades avanzan con su propia agenda de ajuste: cerrando comisiones, anunciando jubilaciones anticipadas y privando de recursos a quienes se dedican a la investigación.

¿Cogobierno o independencia política?

Resulta importante caracterizar el rol del kirchnerismo en la votación. Demás está decir que ya todo un sector del peronismo en la UBA está integrado y gobierna con los radicales. No debe dejar de llamar la atención que el kirchnerismo también lo está. Esto se ve expresado en la votación del superior en la cual Manetti (Filo), Durán (Exactas), De Charras (Sociales), gestiones integradas por la Mella, La Cámpora y el Kirchnerismo, votaron a favor de levantar la emergencia presupuestaria.

A modo de impostura se abstuvieron discursivamente del artículo 1 pero votaron a favor de todo el proyecto. Que de todas formas, fuera del montaje, votan de forma íntegra el proyecto porque no estaba planteado por artículos. Esto es una muestra más de cómo operan como bloque que cogobierna en la universidad, en defensa de sus intereses y perjuicio de estudiantes, docentes y trabajadores no docentes.

Si bien la minoría de estudiantes y graduados (La Cámpora) votó en contra, no es más que una maniobra para evitar críticas “por izquierda”. Si fuera un abordaje consecuente contra la posición del Rectorado debieran salir a criticar a sus propias gestiones, algo que no hacen ni harán. La experiencias de este accionar deja a las claras cómo estar atados a las autoridades genera un problema: todo discurso de lucha, de la mano de quienes votan de esta manera, no es más que una impostura.

Es por eso que desde la izquierda entendemos que solamente el campo de independencia política puede desenvolver un plan de lucha que no esté atado de manos a intereses que no son los nuestros. Así lo hicimos desde el principio con los molinetazos contra el tarifazo, con el CEV, el Cefyb, el CEJVG, el Cedam y el Ceavi, acción a la que se sumó el Centro de Audiovisuales (UNA), con los compañeros de AGD (docentes universitarios) y tantos otros estudiantes. Es por ese camino que hay que seguir.

La pelea por la dirección de este movimiento, así como por la necesidad de que haya centros independientes, se pone a la orden del día.

Pacto de mayo universitario: la ley de Bases como telón de fondo

A la hora de caracterizar la situación, es ineludible señalar el telón de fondo de la negociación: la Ley de Bases. Mientras millones salíamos a las calles, los bloques que componen las autoridades universitarias acordaban con el gobierno la media sanción de la Ley de Bases, aprobada por los diputados de la UCR, y por un sector los diputados peronistas ligados a los gobernadores de Tucumán y Catamarca. Esto tuvo su expresión a nivel estudiantil: ni la Fuba ni la FUA, dirigidos por Franja Morada/Nuevo Espacio (UCR), ni los centros ligados al kirchnerismo movilizaron contra la Ley de Bases.

El propio Lousteau, senador de la UCR muy ligado al vicerrector Yacobitti, señaló que tenía un acuerdo general con la ley de Bases pero que este debía contemplar el aumento del presupuesto universitario. Puesto en otros términos, las autoridades universitarias utilizaron el presupuesto para negociar la Ley de Bases. La tan denunciada “casta” por Milei es una parte fundamental del acuerdo.

Este punto no es menor, finalmente las autoridades universitarias avalan la reforma laboral, aspecto central para atacar a docentes y no docentes, al mismo tiempo que avalan las facultades extraordinarias y aspectos como el Rigi, señalando una hoja de ruta para la universidad: avalando la entrega de recursos nacionales, la UCR y el peronismo, marcan que seguirán ese camino en la universidad, profundizando negociados y convenios con empresas del sector privado, avanzando a una privatización, arancelamiento y degradación de nuestros títulos.

Luego de denunciar las cajas de la universidad y amenazar con auditorías, el gobierno avanza en un acuerdo con quienes denunció de utilizar de manera corrupta los fondos de la universidad. Al mismo tiempo, ataca a quienes se organizan contra el hambre con allanamientos y causas judiciales armadas, como lo demuestra el proceso abierto contra las organizaciones piqueteras. El mensaje es claro, a quienes acuerdan se los integra en los negociados. A quienes luchan, criminalización.

Por una gran rebelión universitaria

La conclusión es que siguiendo el curso de la movilización universitaria tenemos que poner en pie un movimiento que con el método de la independencia política conquiste sus reivindicaciones: aumento salarial del 100% para docentes y no docentes, por una Beca Progresar de $100.000, por el boleto estudiantil y todos nuestros reclamos.

Para esta tarea no podemos omitir que la conducción de la Fuba y gran parte de los centros de estudiantes están integrados al Rectorado. Como aquí se dijo, el kirchnerismo pondrá sus centros al servicio de sus autoridades, no de los estudiantes. Es necesario entonces retomar una campaña para que haya asambleas en todas las facultades y construir instancias por fuera de las conducciones allí donde estás boicoteen la organización.

La base de esta instancia está en la pelea por el salario de quienes trabajan en la universidad, entendiendo que sin docentes y no docentes nuestras facultades se ponen en riesgo. Necesitamos volver a poner en pie un movimiento de lucha, en la perspectiva de la huelga general.

De las mismas, deben desprenderse planes de lucha que logren poner en pie un movimiento de lucha nuevamente, que empalme los reclamos de la universidad con los del resto de la población trabajadora, desde cacerolazos y movilizaciones, hasta acompañar las clases públicas de les docentes, molinetazos contra el aumento del transporte y distintas acciones de visibilización y presión.

La lucha en defensa de la universidad no puede estar desligada de las luchas en curso. La solidaridad con el reclamo salarial docente y no docente empalma con la lucha contra los despidos de Fate, o la del movimiento piquetero contra la persecución y el hostigamiento judicial de Milei, Bullrich y Lijo, que criminalizan a quienes reclaman algo tan básico como alimentos para comedores populares, siendo necesario impulsar pronunciamientos y participar del plan de lucha en todas las facultades.

Con ese impulso tenemos que generar un gran movimiento de lucha, porque no nos olvidemos que acá arregló la UBA pero no así el resto del país. Luchar en defensa de la universidad es también luchar contra la Ley de Bases, que no es más que una lucha contra Javier Milei. Finalmente, defender la universidad no es más que derrotar a Milei.

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