Universidad
4/9/2024
Milei y lxs rectores del CIN “hicieron match” contra la universidad pública
A construir la marcha educativa que necesitamos para enfrentar el plan de guerra contra la universidad.
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Movilizacion universitaria
El viernes 30 de agosto se desarrolló el 92° Plenario de Rectoras y Rectores del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) en la ciudad de Santa Rosa sede de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam). La reunión se realizó en momentos en que la docencia universitaria, lxs no docentes, lxs trabajadores de Ciencia y Técnica continúan reclamando por una recomposición salarial y en rechazo al ajuste y vaciamiento en las dependencias universitarias.
El encuentro, que se desarrolló de forma bimodal, discutió la elaboración del presupuesto universitario 2025, que contemplaría aumentos “razonables” tomando como base la Ley de Financiamiento Universitario que está en el Congreso. Además, emitieron una declaración de ocasión en la que sostienen que “la situación salarial es crítica” y que “el estado de situación de la ciencia en la Argentina es alarmante luego de haber transcurrido los primeros ocho meses de gestión del gobierno nacional”.
Sin embargo, la declaración de marras tiene omisiones que encubren el papel de lxs propixs rectores en la crítica situación que atraviesan lxs trabajadores de las universidades públicas. Hay en curso no solo un “ajuste salarial” sino también un vaciamiento de dependencias de las universidades, que implican despidos, y hasta el cierre de áreas. Por ejemplo, en la Universidad Nacional de Córdoba el rector Jhon Boretto aplica su propia motosierra y avanza en el desguace de los medios dependientes de la UNC mientras lxs trabajadores de los SRT protestan en defensa del multimedio.
Lxs trabajadores del Conicet también tienen toda una agenda de reclamos urgentes, que no pueden seguir esperando un resultado producto del lobby parlamentario o del veto presidencial.
La tarea es agrupar fuerzas en función de todos los reclamos de la comunidad universitaria y desarrollar a fondo, en la calle, la protesta contra Javier Milei y sus cómplices. Este es el camino para avanzar, como quedó claro en la masiva manifestación que ocurrió el pasado 23 de abril que obligó al gobierno a anunciar el incremento de los fondos de funcionamiento para las universidades. La desmovilización y la parálisis en que se han empeñado los rectores y las burocracias sindicales y estudiantiles solo han servido para darle tiempo al gobierno intentando planchar el reclamo.
Ahora el CIN marca expectativas en el Senado, y por elevación en el gobierno nacional en relación a la aprobación de la Ley de Financiamiento Universitario, como solución al problema presupuestario de las universidades del país. Pero si Milei vetó un miserable aumento para las jubilaciones, ¿por qué dejaría pasar una recomposición salarial de lxs trabajadores de las universidades?
A luchar
Quienes alentaban esperar la reunión del CIN planteando que de allí podría surgir algún plan de movilización en defensa de la universidad pública se encontraron una vez más frente a un Consejo Interuniversitario Nacional que demostró que no apuesta a abrir un curso independiente que pueda llevar a confrontar con los planes del gobierno, mientras este le garantice mantener sus cajas y camarillas -a las cuales prioriza por sobre la defensa de la comunidad universitaria.
Quedarse de brazos cruzados esperando una resolución del parlamento o el veto de Milei es seguir dejando correr el ajuste también durante el segundo semestre. Como ha quedado claro con el accionar parlamentario de los diputados y senadores de los distintos bloques patronales desde que asumió Milei, los mismos están lejos de defender los intereses de los trabajadores o la educación, ya que han dejado pasar todos los ataques de un gobierno absolutamente minoritario antipopular y entreguista de los recursos del país.
Hay que tener en cuenta que si hoy está a discusión en senadores la aprobación de la llamada Ley de Financiamiento Universitario no se debe a un compromiso con la universidad pública de la mayoría de quienes la votaron en diputados, sino a la crisis del gobierno y a las maniobras de una oposición que presiona para negociar sus áreas de poder y negocios. Es el caso por ejemplo de Macri planteando el nombramiento de Dietrich y otros funcionarios o la cobertura de las cajas de la UBA controladas por el radicalismo porteño de Losteau-Yacobitti.
Poner luz sobre los intereses que cada sector defiende permite entender las contradicciones y maniobras de las distintas fracciones, que un día no dan quórum y otro aparecen planteando defender las jubilaciones o las universidades.
Las maniobras se suceden también con la Ley de Financiamiento Universitario, que fue votada por los mismos que en 1999, 2005, 2018 debieron enfrentar grandes luchas universitarias por la falta de presupuesto. Hoy parecen preocupados por la educación pública y sin embargo hace pocos días votaron la Ley de Esencialidad Educativa que no asigna un peso para aumentar el presupuesto educativo de infraestructura, equipamiento y mejora de los salarios, como correspondería a algo considerado esencial, pero eso si avanza en… prohibir el derecho de huelga a los docentes y no docentes con el argumento de que la educación es deficiente porque hay muchos paros.
Una perfidia total, cuando se pierden muchos más días de clase por baños rotos, problemas eléctricos, techos que se llueven, falta de calefacción o vidrios en invierno o de ventiladores y por condiciones insoportables en verano derivados del abandono de la educación pública por los distintos gobiernos para favorecer el negocio de la educación privada. Ni hablar del cuadro social de pobreza estructural que crece día a día.
Frente a este panorama es fundamental sacar conclusiones. Si el gobierno de Milei debió anunciar un aumento de los fondos para los gastos de funcionamiento de las universidades se debió a la enorme y multitudinaria marcha del 23 de abril en todo el país.
Con el mismo método debemos encarar los reclamos pendientes. Sin lucha no habrá respuestas favorables para la comunidad educativa. La fuerza para desarrollarla existe y la tarea planteada es organizarla.
Basta de vueltas: preparemos un nuevo 23
Así como el gobierno debió tomar nota sobre la histórica movilización del 23 de abril, la burocracia sindical y estudiantil también lo ha hecho: para cumplir su rol de cubrirle las espaldas al ajuste se han empeñado en desmovilizar y desorganizar a la comunidad universitaria alentando expectativas en instancias de negociación y en sectores que como las autoridades se subordinan a los planes del gobierno.
Por esa tarea de contención, luego de cuatro meses de la gran marcha seguimos sin tener una fecha de movilización convocada por ningún gremio a pesar de que la situación se agrava y la disposición a la lucha ha sido demostrada en numerosas clases públicas, carteleadas, ruidazos y otras actividades que han intentado ser disgregadas y boicoteadas por las burocracias.
Les estudiantes de Córdoba nada podemos esperar de la FUC, Franja Morada, Sur y La Bisagra o el PJ, así como tampoco de las conducciones de Adiuc, ni de la Gremial San Martín, porque ya demostraron que no harán por su subordinación y falta de independencia de las autoridades. Esta situación solo será superada positivamente por la organización desde abajo y por el desarrollo de las asambleas de claustro e interclaustros en las facultades y dependencias e interdependencias como representación real de la movilización de la comunidad universitaria por sus reivindicaciones.
En ese camino llamamos a fortalecer la convocatoria de la Asamblea Interfacultades Interclaustros, la asamblea del Conicet y de diferentes asambleas por facultad que ya votaron la construcción de una marcha de la UNC el 23 de septiembre, así como también hagamos extensivas las actividades previas planteadas hacia la marcha. Basta de vueltas: volvamos a poner de pie a la comunidad universitaria.
