En los últimos días el conflicto universitario tomó un especial protagonismo en la situación política. Con la marcha federal del 2 de octubre, la calle habló defendiendo las universidades públicas. Solo dos horas después se producía el veto de Milei a la ley. Una semana más tarde, en una nueva sesión escandalosa con diputados adornados, la Cámara de Diputados ratificó el veto. La ley en cuestión estipulaba ni más ni menos que una actualización salarial para los trabajadores de las universidades, hoy en su mayoría por debajo de la línea de la pobreza, y un mínimo aumento de los gastos de funcionamiento para las facultades.

Indudablemente, lo ocurrido en la sesión del Congreso, que ocupó la primera plana de todos los medios en las últimas horas, marca un punto de inflexión en la situación política, en particular en lo que hace al movimiento estudiantil, docente y no docente. Llegamos al momento de la sesión con un estudiantazo en curso y tomas en distintas facultades y universidades del país, y luego de ratificado el veto esa situación se radicalizó y continúa desenvolviéndose de forma ascendente.

Es el caso de la UNLP, donde hasta el momento se imponía la contención de las conducciones radicales y peronistas de los centros de estudiantes y la Fulp, pero la cuestión se modificó en las últimas horas. Luego de ratificarse el veto, una concentración multitudinaria, de alrededor de 5.000 personas según distintos cálculos, copó el Rectorado, que terminó ocupado hasta el día siguiente, donde comenzó un paro total de los sindicatos en toda la UNLP.

Lecciones de la ocupación 

Como es de esperarse, en el curso de una lucha en alza se clarifican posiciones. Así es que en pocos días la experiencia deja lecciones importantes, particularmente sobre el papel que juegan las fuerzas políticas intervinientes.

Habían pasado solo unos minutos desde la ratificación del veto a la ley de financiamiento cuando el Rectorado de la UNLP, que encabeza el radical Martín López Armengol, difundía un comunicado muy clarificador. En el mismo ni siquiera se hace mención al veto y llama a trabajar “por las vías institucionales que sean necesarias” para reclamar el presupuesto. Sin dudas, un llamado a desmovilizar y un intento por evitar que la lucha contra el gobierno se radicalice en nombre de una “institucionalización” que, como demostró la “confianza” de algunos sectores en el Congreso, nos ha llevado hasta la grave crisis que atravesamos. Por su parte, la corriente estudiantil del radicalismo, Franja Morada, pasó brevemente por el Rectorado en la concentración, evitando acercarse a la puerta, y se retiraron del lugar cuando las columnas fundamentalmente estudiantiles ingresaban al edificio.

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Por su parte, el peronismo, que también forma parte de la alianza de camarillas que dirige la UNLP con el radicalismo, no participó de la acción en el Congreso mientras se trataba el veto, y luego convocó a la acción en el Rectorado a las 20hs como “vigilia y ruidazo”. En el transcurso de la multitudinaria actividad se negaron a poner en pie una asamblea para discutir cómo seguir la lucha y se retiraron antes de la medianoche sin plantear ninguna perspectiva. Las agrupaciones del peronismo que conducen la FULP, en una actitud profundamente sectaria, se dedicaron a cantar un repertorio variado de canciones por “Perón, Evita, Néstor y Cristina” durante toda su presencia allí, en lugar de cantar por la Universidad, y con eso buscaron impedir que se realice una asamblea autoconvocada de las agrupaciones de izquierda y estudiantes no agrupados, que pudo llevarse adelante cuando se retiraron.

La izquierda y la ocupación del Rectorado

Si la ocupación del Rectorado prosperó fue particularmente por el papel jugado por la izquierda en general, con la UJS destacándose como la corriente estudiantil que luchó por darle impulso, en el camino de sumar a la UNLP a la oleada de tomas en todo el país. Si bien la ocupación del edificio del Rectorado fue apoyada por toda la izquierda en la asamblea, no era inicialmente la política de todas las agrupaciones presentes. La juventud del PTS, al igual que La Revuelta-Estación Obrera, fueron contrarios a la ocupación el día martes, cuando hubo una primera concentración en Rectorado, y hasta el momento en que comenzó la asamblea eran contrarios el miércoles también.

Sin ir más lejos, la orientación de concentrar en Rectorado las acciones de lucha fue impulsada por el peronismo en las asambleas de distintas facultades el martes, lo cual tiene un componente grande de maniobra para sacar al movimiento de las facultades. El PTS, en un gesto de adaptación al peronismo, avaló la maniobra desde el inicio. Es evidente que a las fuerzas políticas del régimen (radicales y peronistas), que aportaron de una u otra forma a que salga el veto de Milei, les conviene “canalizar” la bronca en el Rectorado, lejos de las cursadas, para limitar y regimentar al movimiento. No abre debates, no masifica ni radicaliza la lucha que haya una toma acotada a un edificio con oficinas de funcionarios. La UJS-PO, por el contrario, busca desbordar a todas estas conducciones masificando la lucha en cada facultad, con el desafío de multiplicar las tomas en las asambleas que tendrán lugar este lunes. Con seguridad, las fuerzas del Rectorado como Franja Morada, el Miles, la JUP y otros sectores del peronismo, contrapondrán la toma del Rectorado a la de las facultades, para simular una lucha que no están dispuestos a dar.

Masifiquemos las asambleas del lunes y tomemos las facultades

La lucha crece en todo el país. La UNLP, la segunda universidad más grande de Argentina, no puede quedar de espaldas a eso. El lunes están convocadas asambleas de los centros de estudiantes en algunas facultades y asambleas autoconvocadas en otras, que seguramente sean masivas en todos los casos. Está a la orden del día el debate de las tomas de facultades y de las nuevas acciones para continuar este estudiantazo que está haciendo temblar al gobierno.

Estudiantes, docentes, no docentes y el pueblo en general, tenemos que organizar ya mismo las acciones de un plan de lucha hasta derrotar al gobierno. La fuerza está y lo muestra la concentración y ocupación del Rectorado. No podemos permitir que los docentes y no docentes que hacen posible la existencia de nuestra universidad se encuentren por debajo de la línea de la pobreza. Tampoco que corra riesgo el funcionamiento básico de las facultades y el presupuesto que debe destinarse para atender los reclamos del movimiento educativo.

Desde este lunes vamos por las tomas y un plan de lucha de toda la UNLP, reventando la calle el miércoles en la marcha de antorchas que convocan los sindicatos y apoyando el nuevo paro nacional docente el 17. Vamos con el planteo de una nueva marcha federal universitaria con paro nacional, y que esta vez se dirija a donde corresponde, a Plaza de Mayo, donde está el centro del poder político y desde donde salió el nefasto veto a la ley universitaria. Es hora de ir a fondo, porque si un gobierno veta la universidad y los derechos más elementales del pueblo, el pueblo tiene que vetar a ese gobierno. Que el estudiantazo que está en curso, como ya ha pasado en otras oportunidades en la historia de nuestro país, sea el puntapié inicial para generalizar la lucha contra este gobierno anti-popular que tiene que irse con la lucha de los trabajadores y el pueblo.

A fondo con la lucha universitaria ¡Fuera Milei!

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prensaobrera.com