Universidad
12/11/2024
LA PLATA
Qué dejaron las elecciones estudiantiles de la UNLP
Un primer balance y las perspectivas que se abren para el movimiento estudiantil.
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Lucha en la Unlp.
Entre el 6 y el 8 de noviembre tuvieron lugar las elecciones estudiantiles en la UNLP, en las que se votaron las conducciones de los 17 centros de estudiantes y los representantes estudiantiles en el Consejo Superior y los consejos directivos. El proceso electoral se desarrolló en un contexto marcado por la lucha en defensa de la universidad pública y contra los reiterados ataques del gobierno de Milei al presupuesto, los salarios y las cursadas.
Si bien esa lucha reavivó al movimiento estudiantil, que hasta hace poco estaba completamente desmovilizado, la elección no dio cuenta de grandes cambios respecto del año anterior. Es claro que el movimiento, cuya lucha llegó a su punto más alto con el desarrollo de las tomas, aún tiene mucho camino que transitar y muchas conclusiones políticas por sacar. Aún siendo uno de los factores de mayor movilización contra el gobierno de Milei, por el momento no escapa a la contención más general de la burocracia sindical y estudiantil, y a la contención de las autoridades universitarias, que son un obstáculo para desarrollar una lucha a fondo.
Los resultados
En síntesis, las elecciones permitieron a Franja Morada sostener su primacía en centros que ya tenía; posee 10 de los 17 en su poder (Arquitectura, Ingeniería, Informática, Exactas, Agronomía, Veterinaria, Derecho, Económicas, Observatorio y Psicología), y sus aliados derechistas del MOI el centro de estudiantes de Odontología. Dentro del peronismo, disgregado hace años en muchas listas en cada facultad, avanzó el sector más derechista, la JUP, ganando Medicina (el centro más grande, por lejos, luego de la eliminación del ingreso restrictivo), reteniendo Humanidades por mayor diferencia y haciendo elecciones grandes en Trabajo Social y en Psicología, donde se presentaron por primera vez. El Miles retuvo su conducción junto a Liberación en Trabajo Social, aunque no logró hacer buenas elecciones en otras facultades, mientras que Liberación sostuvo Naturales.
El sector peronista más ligado al kirchnerismo no hizo una gran elección. La Cámpora, que no hizo alianzas en la UNLP por la interna del PJ, sostuvo Periodismo e hizo una buena elección quedando segunda en Artes (centro que perdió hace un año); pero fuera de esas facultades no jugó un papel importante. Si bien retuvo Artes, La Mella perdió Medicina, y cayó en sus votaciones, fundamentalmente en Humanidades y en Trabajo Social. La Cepa solo logró crecer en votos en Humanidades, donde quedaron terceros, pero cayó fuertemente en Medicina y en Ingeniería, donde hace unos años conducían los centros.
La noticia de la presentación de dos listas libertarias únicamente en Económicas tuvo mucha difusión en los medios, evidentemente por ser agrupamientos que responden a un gobierno que se jacta de tener inserción en la juventud y que además no cesa en el ataque a la universidad. Sin embargo, hicieron una elección marginal y apenas sumaron 500 votos entre ambas listas, obteniendo menos de un 10%.
La elección de la izquierda
Las listas de la izquierda, que en algunos casos contaron con la participación de activistas autoconvocados, no pudieron por el momento salir del lugar relegado de los últimos años. Por supuesto, la expectativa luego del proceso de lucha, de las asambleas y de las tomas de facultades, era alta. Evidentemente, el punto más alto de movilización, las tomas de facultades, fue muy reciente y aún no se pudieron procesar conclusiones más de fondo de ese proceso. En la masa estudiantil, en elecciones en las que votan miles de personas, aún no se ve con claridad el papel de obstáculo a la lucha que jugaron las agrupaciones estudiantiles ligadas a las autoridades, desde la Franja Morada hasta el peronismo y el kirchnerismo.
Por el contrario, hasta ahora, las agrupaciones de las autoridades y las autoridades mismas son vistas como aliadas en la lucha contra el enemigo común que sería Milei. Su accionar indica otra cosa: fueron esas autoridades las que cerraron la lucha luego de la enorme marcha del 23 de abril, pactando con Milei un mísero aumento de gastos de funcionamiento que dejó por fuera los salarios y las necesidades estudiantiles. También fueron esas mismas autoridades las que ordenaron a sus agrupaciones levantar el proceso de las tomas, cosa que lograron, a sabiendas de que el movimiento estaba en ascenso y empezaría a cuestionar las propias políticas que radicales y peronistas han llevado adelante contra la educación.
Aún en ese cuadro adverso, de cierto aislamiento electoral (no en la lucha) de la izquierda, hay datos positivos en facultades donde se sostuvieron o se ganaron lugares de cierta relevancia. Es el caso de Artes con Artes al Frente (Autoconvocades, PO, La Revuelta, PTS, Cauce e IS) y de Trabajo Social (PTS-IS), donde obtuvo más del 10% de los votos. También es el caso de Humanidades (PTS, La Revuelta, PO y MST), donde se consiguió el 6,7%; de Arquitectura (PO-PTS), donde se alcanzó el 5%; y de Psicología (PTS, La Revuelta e IS) donde se obtuvo el 6,5%. El resto de listas de la izquierda, en general presentadas solo por el PTS, no salió de la marginalidad absoluta; incluso quedó muy lejos del 1% de los votos.
Orientaciones divergentes
La izquierda abordó la elección de forma heterogénea, con políticas divergentes. En nuestro caso, la campaña de la UJS-PO intentó empalmar con el proceso de lucha y colocar como eje la necesidad de conquistar centros de estudiantes “para enfrentar a Milei y sus cómplices y defender las carreras”. En ese mismo sentido, la consigna “Fuera Milei” apareció en nuestra campaña ligada a la necesidad de organizar un levantamiento más general contra el gobierno, que involucre al movimiento obrero y a todo el pueblo argentino. Indudablemente la lucha en la universidad puede ser un puntal en esa dirección.
En ese eje, además de mostrarnos como consecuentes con la lucha, entramos en polémica con las fuerzas políticas que de una u otra forma colaboraron con Milei, desde el Congreso o desde el despacho de las autoridades universitarias. La defensa de las carreras, como explicamos particularmente en Artes, Arquitectura y Humanidades, implica una confrontación con las autoridades que vienen de reformar los planes de estudio recortando contenidos y siendo correa de transmisión del ajuste nacional en las facultades. Por supuesto que estuvo presente el planteo de profundizar la lucha que venimos dando, que tuvo a Artes como el principal punto de reagrupamiento del activismo combativo con una toma que se extendió a pesar de las posiciones contrarias de la conducción del centro (Cronopios-Patria Grande). En definitiva, nuestra orientación apuntó, más allá de los resultados, a preparar las luchas y choques que se avecinan con el gobierno y las autoridades.
Por otra parte, el PTS decidió, una vez más, que el proceso electoral sea la previa de su campaña 2025. Su principal material de agitación en toda la universidad los presentó como la juventud de Myriam y Nico; estuvo lejos de apuntar a desenvolver el movimiento de lucha que se viene expresando. Esto entró en choque primero con la constitución de listas comunes, a las que el PTS puso muchas trabas; por ejemplo a que actúen como frente único para la recuperación de los centros con una campaña común. La orientación de listas de Bregman y Del Caño no funcionó a punto tal que las que presentó el PTS en soledad hicieron las peores elecciones de la UNLP. Se trata de una orientación equivocada, que desde la izquierda tiene un punto de contacto con la campaña del peronismo y de Máximo Kirchner de llamar a meter más diputados en 2025 y ganar las elecciones de 2027.
En Arquitectura, la agrupación Agite nuevamente decidió bloquear cualquier posibilidad de poner en pie una lista de frente único para disputar el Ceau, en una posición que es saludada especialmente por Franja Morada; esto también le valió ser la única lista que retrocedió en esta elección. De igual manera, esta política divisionista que le hace el juego a Franja se condice con el principio de integración al régimen universitario que Agite mostró al votar recortes a la carrera junto a la gestión radical.
Párrafo aparte merece la política del Nuevo Mas, que luego de la ruptura de todos sus militantes de la UNLP, que constituyeron la agrupación La Revuelta, enviaron militantes de otros puntos del país a armar listas divisionistas en Artes y Humanidades, y a montar provocaciones contra las listas de la izquierda de la UNLP.
Perspectivas
Todo indica que la necesidad de dar una lucha en defensa de la universidad y contra el gobierno, que atravesó este año, se profundizará en el próximo período ya que Milei ha dejado muy claro que es enemigo de la educación.
Una tarea fundamental en ese sentido es la de separar al movimiento respecto de las autoridades y la burocracia sindical. Incluso las tomas de las facultades carecieron de un contenido crítico sobre la política de los rectorados y decanatos, que en cada paso han mostrado que, si de ellos depende, el movimiento solo se centraría en defender sus intereses de camarilla y no la universidad y las carreras.
El choque entre las autoridades y Milei por el tema de las auditorías, por ejemplo, es un caso testigo de ello. Mientras es correcto rechazar la injerencia indebida y la violación de la autonomía universitaria que impulsa Milei, también hay que señalar que se trata de un mecanismo más del gobierno para presionar a los corruptos rectores y decanos para que pacten el ajuste y la privatización y desorganicen la lucha. Quienes han hecho negociados con nuestra educación no serán quienes organicen la lucha en su defensa.
La burocracia sindical y estudiantil, por su parte, entregó todas las banderas y se ha negado a profundizar la lucha de un movimiento que en cada acción convocada mostró su enorme potencial. De esta forma, el frente gremial universitario aún no puso fecha para la tercera marcha federal, y pretende en noviembre dar un “cierre” al conflicto, aún cuando la pérdida salarial es enorme y el presupuesto para 2025 no cubre ni la mitad de lo que solicitó el Consejo de Rectores.
Entramos en una nueva etapa para el movimiento estudiantil, pero al mismo tiempo llegamos a esa nueva etapa con direcciones de centros en manos de Franja Morada y el peronismo que, como ya hemos visto, serán un escollo a la lucha que tenemos que desenvolver. La lucha por una dirección independiente, democrática y combativa para los centros y las federaciones está a la orden del día y para ello la izquierda y los sectores independientes debemos actuar en frente único y tomar en nuestras manos la organización de la lucha por todos los reclamos y contra el gobierno de Milei, desbordando la contención planteada por las agrupaciones que responden a las autoridades.