Universidad
17/5/2024
Yacobitti y el CIN no tienen mandato para entregar la lucha
Vamos con todo a la jornada de lucha del Frente Sindical de Universidades Nacionales. Preparémosla convocando asambleas en todas las casas de estudio.
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Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA.
De la mano de Emiliano Yacobitti, vicerrector de la Universidad de Buenos Aires, las autoridades de la UBA (radicales y peronistas) sellaron un acuerdo con Milei respecto al presupuesto universitario. El acuerdo en cuestión es insuficiente por donde se lo mire, solamente contempla el ítem “gastos de funcionamiento”, que únicamente representa el 10% del presupuesto total. Completamente afuera del acuerdo quedaron el salario docente y no docente, algo elemental para el funcionamiento de cualquier universidad. Pero, además, como es de público conocimiento, el acuerdo solo comprende a la UBA, al menos por el momento. El resto de las universidades nacionales estarían quedando en “pampa y la vía”.
El CIN sigue los pasos de la UBA
Como Yacobitti, los rectores del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) se sentaron a “negociar” con el gobierno sobre la base de desactivar la ascendente movilización estudiantil, docente y no docente, que tuvo el 23 de abril un hito histórico que arrinconó a Milei. Solamente emitieron una timorata declaración política que básicamente pide al gobierno que ejecute el mismo aumento para gastos de funcionamiento que acordó para la UBA. Esto confirma algo que venimos explicando (y denunciando) desde estas páginas: que la única lucha que los rectores iban a dar era por obtener el presupuesto mínimo que les permita que las universidades simplemente “funcionen”. Dicho de otro modo, que “sobrevivan”.
Los rectores son fieles a los intereses de camarilla (capitalistas) que desde siempre han defendido al interior de las universidades. Es que, año tras año, década tras década, son los rectores y los consejos superiores que responden a ellos los que aprueban los presupuestos de asfixia universitaria que todos los gobiernos promueven, pasen o no por el Congreso Nacional. Y son la puerta de ingreso al lobby empresarial, al arancelamiento privado del contenido público, a contrarreformas antieducativas que degradan y mercantilizan cada vez más los programas de estudio que se diseñan según los intereses del Banco Mundial, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el propio FMI.
Es claro, entonces, que conquistar un salario por encima de la inflación para docentes y no docentes que permita que ningún trabajador de la educación esté bajo la línea de pobreza no es asunto de los rectores, como tampoco lo es terminar con el trabajo ad honorem ni con las contrataciones de personal precarias que existen en todas las universidades. Tampoco es asunto de los rectores pelear por la actualización del monto de la vapuleada beca Progresar, ni por ningún reclamo del movimiento estudiantil. No es por falta de empatía, es por intereses sociales que no lo hacen.
Vale apoyar la lupa sobre lxs rectorxs del conurbano, quienes en los medios declaran que en sus universidades la inmensa mayoría de estudiantes son primera generación universitaria en sus familias, trabajadores y/o hijos de trabajadores, pobres, etc. Y, sin embargo, en el acuerdo que le reclaman a Milei no se contempla una sola medida para que les estudiantes pobres no sean expulsados de las aulas a causa de la política de miseria planificada de Milei, que en abril llevo a que el 48,9% de la población caiga en la pobreza, o sea 29,4 millones de personas.
Que los rectores no apaguen una lucha que no encendieron
El contundente golpe que significo para el gobierno la histórica movilización educativa del pasado 23 de abril dio como resultado que desde el ministerio de Capital Humano se dispongan a resolver el conflicto por temor a una nueva acción mas masiva y más radicalizada en momentos en los que los funcionarios de Milei intentan hacer pasar en el Senado la Ley Bases que lleva 5 meses de tratamiento y crisis políticas de por medio; y el pescado sigue sin vender. En función de ello, pretende apagar el incendio primero en la UBA y luego imponer condiciones en el resto de las universidades. No será tarea fácil para Milei, aún con el concurso en primer lugar de los radicales y en segundo del peronismo de la UBA.
Sucede que la rebelión universitaria, que conmovió a todo el país, fue una expresión de masas que desbordó la capacidad de movilización de los rectores y sus aparatos. Docentes, no docentes, estudiantes y graduadxs parimos un proceso de organización desde abajo como hace años no existía, mediante asambleas autoconvocadas, encuentros por carreras y acciones de lucha en cada lugar de estudio que fueron creciendo dando lugar a la movilización del 23.
Docentes, no docentes y estudiantes: unidos y adelante
La entrega de la lucha por parte de las autoridades de la UBA y la que preparan el resto de las universidades no cuenta con el mandato de la mayoría de la comunidad universitaria. Estudiantes, docentes y no docentes no queremos ningún acuerdo con Milei que deje afuera los reclamos realmente esenciales para el funcionamiento de las universidades. Como dice un potente comunicado de la agrupación Naranja de docentes universitarios, “la emergencia en las universidades no terminó”.
Hay que reorganizar el plan de lucha y superar la orientación de los rectores y de los centros de estudiantes y sindicatos que responden a ellos. Una parada fundamental en la profundización del plan de lucha será militar a fondo por el éxito de la jornada de lucha convocada por el Frente Sindical de Universidades Nacionales, que consiste en desarrollar el próximo 22 de mayo jornadas de visibilización y marcha de antorchas y el 23 un paro nacional docente y no docente sin concurrencia a los lugares de trabajo. El movimiento estudiantil debe sumarse masivamente a ambas jornadas.
La moneda está en el aire: el movimiento universitario puede darle un nuevo golpe a Milei y quebrar el ajuste universitario. Además, debemos profundizar la deliberación sobre la Ley Bases para rechazarla y movilizar con todo al Senado cuando se trate.
La perspectiva dentro y fuera de la universidad es derrotar todo el plan Milei. Por ello construyamos la huelga general.
