El 25 de agosto se realizó una importante jornada nacional de lucha convocada en repudio al acuerdo del gobierno nacional con China para instalar granjas industriales de cerdos, pero que fue ganando voltaje también ante la crisis generada por las quemas en las islas del Delta del Paraná y en las sierras de Córdoba y San Luis. En 48 puntos de todas las provincias del país se concentraron miles de personas, convocadas por distintas organizaciones ambientales, asambleas regionales y el Frente de Izquierda – Unidad, para realizar desde intervenciones artísticas en las principales plazas hasta la movilización a la Plaza de Mayo en la Ciudad de Buenos Aires.

Tanto el acuerdo entreguista con China como los incendios para favorecer el agronegocio evidencia una política en favor de la depredación capitalista del ambiente. La técnica de quemado de pastizales para desmalezar y así preparar los terrenos para la siembra se agrava por la sequía. En plena pandemia de coronavirus, el humo afecta las vías respiratorias de amplios sectores de la población. Se agrega a esto el efecto de los desmontes, que solo desde el inicio de la cuarentena suman más de 30.000 hectáreas arrasadas en la región chaqueña. Así, el denominador común de todos los reclamos es el avance de la frontera sojera y ganadera.

Estos reclamos fueron los que llevaron a decenas de organizaciones y asambleas de todo el país a movilizarse en los centros del poder político. Esto es destacable, ya que la jornada en sus inicios iba a ser una protesta hacia la Sociedad Rural por el maltrato animal, pero luego se enfocó en la movilización para reclamar contra el Estado, el principal garante de los negociados de los terratenientes, los pooles de siembra y las grandes multinacionales.

Llamó la atención la ausencia de algunos sectores del movimiento ambiental, entre los que se destaca Jóvenes por el Clima. La razón está en la ligazón de estos sectores al gobierno nacional, ponderando las “reuniones” con el Ministerio de Ambiente en lugar de apostar a la movilización popular. Como marca la historia reciente, con la rebelión mendocina en defensa del agua o la actual Iniciativa Popular chubutense contra la megaminería, la única vía para defender el ambiente es con los métodos históricos de la organización y la lucha popular.

Que los reclamos chocan contra el Estado se expresó físicamente en la movilización de la Ciudad de Buenos Aires, donde la policía golpeó y detuvo a dos activistas. La organización de los presentes logró detener el accionar policial y la liberación de los compañeros. Mientras en todo el país se movilizaba contra la orientación del gobierno nacional de Alberto Fernández, Larreta reprimía en su distrito. Es imprescindible la independencia política para organizarse bajo un programa de salida ante la profundización de la depredación ambiental.

Sobre esta base es que desde Tribuna Ambiental llamamos a todo el movimiento ambientalista a organizar la próxima Huelga Mundial por el Clima del próximo 25 de septiembre y a realizar un plenario nacional para debatir una serie de campañas comunes que marquen el sendero que debemos tomar para luchar contra todos los gobiernos y empresas que siguen depredando el ambiente.

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