Se realizó en el Espacio Cultural Carena la segunda asamblea de vecines autoconvocades, asambleas y organizaciones ambientales para organizar la participación en el paro y movilización del 24 de enero.

Alrededor de 100 compañeres, entre presenciales y virtuales, pudimos interiorizarnos y debatir alrededor de las propuestas planteadas en las diferentes comisiones preparatorias de la jornada: seguridad, comunicación, articulación con otras organizaciones, artística, etc.

La asamblea se convocó en función del agravamiento de la situación ambiental planteada por el DNU y la ley ómnibus, que de conjunto pretenden derogar la legislación existente (en muchos casos de escaso e irregular cumplimiento) para profundizar el saqueo de recursos naturales. En la convocatoria a la asamblea se denunció que con el DNU ya no se cuenta con la Ley de Tierras y la Ley de Minería y que con la Ley Ómnibus se pretende la modificación de la Ley de Bosques Nativos (26.331), la Ley de Protección Ambiental contra la Actividad de Quema (26.562) y la Ley de Glaciares (26.639).

En el debate no estuvo ausente la situación provincial y municipal, y la responsabilidad de los gobiernos del PJ y la UCR, que han devastado durante estos 40 años de democracia el monte nativo hasta casi su desaparición, para favorecer el agronegocio y el desarrollismo inmobiliario.

El ambientalismo y un debate político que aún no está saldado: ¿independencia política o seguidismo a los gobiernos depredadores?

La posición unánime de rechazo al DNU y la ley ómnibus de los participantes no significa que se hayan saldado debates políticos silenciados dentro del movimiento ambiental respecto a la posición del mismo frente al Estado y los distintos gobiernos y en particular frente al kirchnerismo que como en otros campos también desarrolló una extensa política de cooptación entre el ambientalismo.

La definición acerca de cómo participar en la movilización planteó un debate. Desde Tribuna Ambiental planteamos la necesidad de participar de la movilización del 24 desde una columna independiente a la CGT, que en Córdoba no sólo ha sido una correa de transmisión del ajuste de Schiaretti y Llaryora sino reciente protagonista de una vergonzante “marcha de la tristeza y de la bronca” hasta las escalinatas de la Catedral para ser recibida por un agente de la pastoral social, en contraposición con la marcha convocada por sectores combativos independientes del gobierno que marcharon a la sede del Ejecutivo.

Otras intervenciones dejaron entrever la necesidad de hacer una autocrítica por parte de las asambleas ambientales por la falta de participación en la escena política reciente, sea por indiferencia o por acompañamiento político al discurso progresista vertido por el anterior oficialismo nacional. El debate se empantanó con relación a desde qué posición marchar y se saldó parcialmente apelando a que “en la primera asamblea se había resuelto marchar junto al ‘Cordobazo Cultural’” y que “aunque convoque la CGT no significa que nos convertimos en los gordos, ya que la Utep también convoca”.

Hacia el final la asamblea resolvió participar de las convocatorias a reuniones organizativas planteadas para la semana próxima tanto por los sectores independientes (lunes) como por los espacios gremiales de la CGT (martes) mediante representantes y dilucidar en una asamblea posterior dónde marchar.

Esta duplicidad y las intervenciones que se centraban en plantear una gran preocupación y en extremar los cuidados por la vigencia del protocolo represivo y su implementación a pesar de los límites ya evidenciados para la aplicación del mismo y más en una jornada que se plantea masiva, muestran que el movimiento ambiental todavía encuentra límites para desenvolver una verdadera estrategia de movilización independiente en defensa de los bienes comunes.

¿Desde qué lugar convocamos al paro del 24?

Que las organizaciones ambientales y les autoconvocades marchen y convoquen a marchar el 24 significa un avance respecto de un pronunciado letargo que sólo ha sido conmovido por convocatorias esporádicas y sin continuidad frente al avance del extractivismo en el país y en la provincia. Ese letargo se explica en función de la cooptación ideológica que operó durante el gobierno de los Fernández-Massa, que llevó a Cabandié como ministro de Ambiente para posar de progresista mientras se ejecutó un ajuste brutal tanto en términos presupuestarios como en concesiones a los sectores empresariales: mineros, sojeros y petroleros.

En nuestra provincia, la reciente negociación respecto del aumento del corte de biocombustibles y la incorporación del referente K del “partido verde” –Pablo Rivero, de villa Ciudad Parque- al gobierno de Llaryora son datos que muestran qué intereses siguen defendiendo quienes nos gobiernan y cuál es el nivel de cooptación que operan. Sin embargo, la gravedad de la crisis deja poco margen para garantizar la contención y abre la posibilidad de superar los límites que el movimiento ambiental ha tenido para movilizarse como un sector independiente de los intereses del gobierno, representante indiscutido de los grandes pooles de siembra y del negocio de los biocombustibles.

La comprensión de la naturaleza depredadora del capitalismo nos exige intervenir con independencia política de sus representantes políticos, único modo de defender consecuentemente los intereses ambientales.

Llamamos a participar masivamente del paro activo del 24, y a marchar en una columna independiente de quienes han demostrado ser manipuladores del interés general en beneficio propio. Proponemos movilizar junto a los sectores que desarrollan una lucha consecuente por los intereses populares bajo los distintos gobiernos y que el 24 marcharan en una columna independiente de la burocracia sindical entregadora: el movimiento piquetero independiente y los gremios combativos como son los Químicos y el Sutna, y la recuperada Uepc Capital y ATE organizados junto a delegados y activistas de distintos gremios y organizaciones de lucha de la juventud y la mujer.

Marchemos junto a las organizaciones sociales que son las principales víctimas del ecocidio en curso, como lo demuestran las inundaciones de los barrios más humildes de Córdoba y la falta de disponibilidad de tierra para vivienda social; junto a les afectados por los pesticidas, víctimas silenciosas del agronegocio; junto a les vecines que ven cómo avanzan los desarrollistas inmobiliarios en contraposición a la necesidad de preservar pulmones verdes para los barrios y lo poco que queda del bosque nativo de la provincia.

Demos la batalla que el movimiento ambiental siga avanzando hacia un frente único en las calles, con independencia de todos los gobiernos para así poder desarrollar una lucha victoriosa contra el extractivismo y la destrucción del planeta y que hoy nos plantea el desafío de lograr la derogación del DNU y la ley ómnibus.

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