Ambiente

8/11/2020

La Matanza: la lucha contra la contaminación de la Ceamse y por un ambiente sano sigue vigente

A 14 años del "Catanazo".

Los basurales a cielo abierto se han instalado en distintos puntos del conurbano hace décadas, como en González Catán, y vienen afectando la salud y el ambiente en diferentes barrios de la clase obrera. A fines de octubre de 2006, los vecinos de González Catán iniciaban bloqueos de camiones en los accesos a la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse), centro de deposición de residuos. A 14 años de aquellos hechos, la lucha contra este negociado del Estado y grupos empresarios sigue en pie.

Contaminados desde la dictadura

Desde la última dictadura la estrategia de los diferentes gobiernos para gestionar los residuos sólidos urbanos del área metropolitana viene siendo el empleo de rellenos sanitarios. Para ello, se creó la empresa Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse) con participación de los gobiernos de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, la cual se encarga, en asociación con otras empresas, de transportar los residuos desde las zonas de acopio y realizar su disposición final, entre otras actividades.

Uno de los tres centros de deposición final de residuos se encuentra en González Catán, localidad que venía recibiendo un promedio de 17 mil toneladas por día de 14 municipios y de CABA hasta 2007 aproximadamente. El proyecto, inspirado y en beneficio de grupos empresarios como Techint y Benito Roggio, se impuso con la promesa de que se enmarcaría en un espacio parquizado y armonizado con el ambiente. El predio debía tener 25 hectáreas pero el Estado facilitó 50 más. En el área, además, hay cuatro cementerios privados, un negocio de los 90, y un conjunto de barrios sin una infraestructura acorde.

La Ceamse funciona desde 1979 y sigue operando con la complicidad de todos los gobiernos, tanto a nivel provincial como municipal, provocando contaminación en el aire, el suelo y el agua y, como consecuencia de ello, diversas enfermedades (cáncer de piel, de mama, leucemia, trastornos respiratorios, lupus, púrpura) que afectan a los habitantes de tres de los barrios linderos al cinturón ecológico: Las Marías, San Enrique y Nicol.

La crisis del 2001 y la organización contra la contaminación

Desde el año 2003 un grupo de vecinos comenzó a organizarse, conformándose como Vecinxs Autoconvocadxs contra el Ceamse y el Care (Centro Ambiental de Reconversión Energética), en el marco de la movilización de trabajadores ocupados y desocupados y las prácticas asamblearias que había alumbrado la crisis de 2001.

Ese mismo año, 2003, realizaron una denuncia, la cual llevó a que se abriera una causa penal en el Juzgado Federal Nº 3 de Morón. Pablo Salas, juez de la causa, ordenó realizar pericias a los pozos de agua de la zona, las cuales arrojaron que la misma no es apta para consumo humano. La misma resolución sentenció que el agua no debía utilizarse “ni para lavarse los dientes”. De este modo, la Municipalidad de la Matanza y la Secretaría de Política Ambiental se veían obligadas a “implementar con carácter de urgencia las medidas sanitarias pertinentes con relación al suministro de agua potable” a los vecinos de los tres barrios afectados y a los colegios de la zona a través del Consejo Escolar. Al día de hoy, no se cuenta con un sistema de cloacas de cobertura plena ni una planta potabilizadora que se encargue de eliminar los metales pesados de las aguas de las napas contaminadas por los líquidos de la basura.

El “Catanazo”

Un antecedente inmediato al “Catanazo” de noviembre de 2006, fue la Interbarrial de González Catán, una de las primeras asambleas piqueteras de la zona, y de donde surgirían los cuadros que luego fundaron el Polo Obrero en Catán y en La Matanza. La lucha de la Interbarrial fue enorme por varios motivos, pero sin dudas, su victoria más apreciada y recordada ha sido la puesta en funcionamiento del Hospital del Km 32.

Las denuncias, los reclamos persistentes, la conciencia creciente sobre la contaminación y las responsabilidades políticas cada vez más claras, fueron confluyendo. Así es como los vecinos resolvieron en asamblea, como ya lo venían haciendo, el bloqueo de camiones en el ingreso del predio de la Ceamse por varios días a fines de octubre de 2006. La tenacidad del reclamo se encontró con un enorme despliegue policial que buscaba desalojar a los manifestantes. Fernando Espinoza, intendente en ese momento, intervino decretando “la emergencia sanitaria” dado que, con el bloqueo, la basura se acumulaba en las veredas de las viviendas y podría generar focos infecciosos. Como consecuencia, una orden impartida por el juez de Garantías de La Matanza, Marcelo Dau, habilitó el desalojo y la represión de los manifestantes. El brutal operativo contó con 500 efectivos y dio lugar a la detención de 40 compañeros, en su mayoría militantes del Polo y de la CCC. Las organizaciones habían sido sostenes claves del bloqueo, sumando a los reclamos la plena apertura del Hospital del km 32 y que se revierta el vaciamiento del Paroissien.

Sin embargo, el operativo tuvo el efecto adverso al que buscaban. La población de Catán protagonizó el 3 de noviembre una histórica movilización por la liberación de los detenidos, contra la contaminación del Ceamse, por su cierre y el saneamiento del lugar que llegó a congregar a miles de personas.

La movilización popular colocó la cuestión de la salud, la basura y su tratamiento en el primer plano de la situación política. Así es como, el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, prometió el cierre definitivo de la planta para finales del año 2007. Sin embargo, las promesas no se cumplieron y un acuerdo entre el municipio y el gobierno provincial decidió extender las operaciones del basural a cielo abierto.

Las escuelas de Catán y sus comunidades fueron un factor fundamental en el “Catanazo”. No sólo en la participación física en aquellas jornadas de enorme movilización sino también en el antes y el después. Muchas docentes detectaban en los estudiantes varias de las enfermedades que luego fueron asociando con el basural. Asimismo, fueron quienes colocaron el tema para trabajar en las aulas y dieron pasos importantes en lo que hoy se conoce y se demanda como educación ambiental.

Como resultado del “Catanazo” se dejó de ingresar residuos de unos 17 municipios del Conurbano y de Capital Federal, además de conseguir la provisión de agua potable para las escuelas de la zona, porque, si bien están conectadas a la red de Agua+Trabajo, es agua de pozo y está contaminada, nos cuenta uno de los referentes de esta lucha, Hugo Osores.

En relación al tratamiento de residuos, Osores plantea que, además del cierre inmediato de la planta y la remediación de la misma con la intervención del Estado y la participación de universidades, debe llevarse a cabo un plan integral del tratamiento de los residuos, el cual incluye la separación en origen y la recolección diferenciada. Plantea que podría abrirse un camino allí hacia el trabajo genuino para la población desocupada a través del reciclado. Además, propone que un sector del hospital del Km32 de Catán, el “Simplemente Evita” sea destinado al estudio, seguimiento y tratamiento de las enfermedades generadas por la contaminación ambiental de la Ceamse y otros como Klaukol, a través de un equipo interdisciplinario de profesionales.

El frente único como salida de los trabajadores por un ambiente sano

La extensa y profunda lucha que han llevado y continúan los trabajadores de González Catán ha dejado como saldo la instalación de la problemática que desde la dictadura funcionaba como un negocio “limpio”. Con avances y retrocesos, la conciencia del perjuicio ambiental que implica el relleno sanitario sin el tratamiento adecuado y la conciencia de la unidad de distintos sectores de trabajadores es una marca que queda en las nuevas generaciones que continuamos en la misma senda.

Aún queda mucha lucha para terminar de eliminar este basural, así como también para la planificación de un sistema de tratamiento y reciclado de los residuos con control obrero y de los vecinos que efectivamente aborde integralmente esta problemática. Estamos atravesando un tiempo de crisis del capital que pone cada vez más en riesgo nuestros ambientes. El gobierno actual se acomoda a las necesidades del capital y un sistema en crisis y viene reciclando a funcionarios antiobreros como Felipe Solá, que hoy en día promueve el polémico acuerdo de megafactorías de cerdos con China.

Sin embargo, esa crisis está atravesada por diferentes procesos de lucha en La Matanza y en el país que bregamos por que se conjuguen para pegar juntos con el mismo puño. Siempre defendiendo una estricta independencia política de los gobiernos de turno, la lucha por el cierre de la Ceamse, el saneamiento y el tratamiento integral es una bandera más de los vecinos de González Catán y del conjunto de la clase obrera en el camino a tomar las riendas de nuestro propio destino.

En defensa de un ambiente sano para los trabajadores.

Abajo el régimen de la depredación ambiental.