Ambiente
15/11/2024
No tan distintos: Milei, la COP29 y la destrucción capitalista del planeta
Argentina se fue de la cumbre, donde la demagogia no puede ocultar los antagonismos que dominan el escenario mundial.
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COP29.
Javier Milei ordenó retirar a la delegación argentina de la cumbre climática COP29 que está teniendo lugar en Bakú, la capital de Azerbaiyán. El gobierno libertario reafirmó su voluntad de ir a fondo en la promoción de la depredación ambiental capitalista, y de paso hizo un guiño al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que según el diario The New York Times ya tiene preparados decretos para salir del Acuerdo de París, como hizo en su mandato anterior.
Una reducida comitiva compuesta por miembros de los organismos que conducen Daniel Scioli y Gerardo Werthein recibió la orden de suspender sus actividades en el país caucásico y regresar a la Argentina. Milei rechaza aplicar hasta el más mínimo control sobre la explotación de las riquezas naturales; el Rigi, el régimen de prebendas económicas para el gran capital que trajo consigo la Ley Bases, habilita a los pulpos petroleros y mineros expoliar los bienes contaminando el ambiente –pasando por encima de leyes de protección de ecosistemas como los glaciares o los bosques nativos–, les da prioridad en el acceso al agua, entre otras concesiones.
En la COP se reúnen delegaciones estatales de casi todos los países del mundo para fijar metas de mitigación del calentamiento global, y en particular para planear una transición energética que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero de los combustibles fósiles, con el objetivo de que a fines de este siglo el aumento de la temperatura no sea superior a 1,5°C respecto de los valores de la era preindustrial. Llevan tres década fracasando estrepitosamente; porque en realidad son cumbres para explorar formas de “negocios verdes”, sea como estrategia publicitaria (greenwashing) o como plataforma de jugosos subsidios fiscales y financieros para sectores capitalistas.
Según estudios científicos, las emisiones de CO2, sobre todo producto de la quema de petróleo, gas y carbón, continúan escalando y aumentaron con respecto a 2023. Asimismo, más del 90% de los océanos del mundo sufrieron olas de calor, los glaciares fueron golpeados por una pérdida sin precedentes de hielo y la extensión de hielo marino antártico cayó a niveles mínimos. El mayo de 2024 fue el mayo más caluroso registrado. Según las Perspectivas de la Clasificación Anual Global de Temperatura de NCEI, hay un 50% de probabilidades de que 2024 termine siendo el año más cálido. El responsable de la “lucha contra el cambio climático” del organismo, Simon Stiell, afirmó en su momento que el planeta va hacia un aumento “ruinosamente alto” de la temperatura global –de 2,7 °C desde la era industrial.
Las consecuencias ya las estamos viendo. La COP tiene lugar mientras la catástrofe del Dana en España, el huracán Milton, las sequías en Argentina, la destrucción del Amazonas en Brasil y otros focos de devastación del ambiente azotan al planeta.
La cumbre, que se extenderá hasta el 22 de noviembre, ya tuvo sus crisis. Es que se reproducen en ella los crecientes encontronazos y antagonismos entre los capitalistas a nivel mundial. Los líderes de potencias como Estados Unidos, Francia y China pegaron el faltazo. El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, dijo que su nación es el blanco de una campaña de “difamación y chantaje” ante la denuncia de que el país anfitrión vive de la renta petrolera y tiene un régimen político represivo. Las delegaciones de la potencias occidentales llamaron la atención sobre el incremento de la utilización de carbón por parte de China e India, mientras comandan desde la Otan la guerra contra Rusia.
Por eso fracasan y volverán a fracasar los “pactos climáticos”. Los capitalistas que dominan los resortes de la economía mundial no se van a privar de seguir facturando gracias a la explotación del petróleo y del gas; en ese mercado encuentran inversiones más rentables que en el de las energías renovables y de una magnitud muchísimo mayor. Para 2022, los bancos más importantes del mundo (como JP Morgan, Mizuho y Bank of Amerika) habían proporcionado alrededor de 6,9 billones de dólares a proyectos relacionados a los combustibles fósiles en los ocho años transcurridos desde el Acuerdo De París (Sin Permiso, 27/6).
De hecho, a la COP van los representantes políticos de las principales empresas contaminadoras del planeta: Total, Shell, Chevron, Livent, Saudi Aramco, Exxon, British Petroleum, etc. Son las mafias capitalistas que destruyen la vida de pueblos enteros, que promueven la guerra imperialista, que viven del trabajo ajeno, y que explotan las riquezas naturales con la mira puesta en obtener superbeneficios –sin importarles que el planeta pueda ir en un futuro no muy lejano hacia un escenario catastrófico para la humanidad. La lucha contra el cambio climático es incompatible con el régimen social capitalista.
La llegada de Trump a la Casa Blanca promete profundizar la depredación ambitental. El magnate norteamericano, a quien Milei visitó este viernes en Florida, habría terminado de elaborar los decretos que aplicará para retirar otra vez a Estados Unidos del Acuerdo de París. Esto, cuando el huracán Milton acaba de causar estragos en la península. Asimismo, trascendió que reduciría el tamaño de algunos monumentos nacionales para permitir más perforaciones y minería, que habilitaría nuevas terminales de exportación de gas y que eliminaría controles sobre la contaminación en California y otros estados.
Al igual que los demócratas Joe Biden y Kamala Harris, Trump es un defensor acérrimo del fracking. Las petroleras yanquis, metidas a fondo en la lucha por disputar posiciones en el mercado mundial, están haciendo grandes negocios en Europa como consecuencia de la guerra en Ucrania, que trastocó el abastecimiento de gas ruso al Viejo Continente.
Un párrafo aparte merece la denuncia que realizaron activistas de la red de Acción Climática para América Latina sobre la restricción por parte de la ONU para que distintas organizaciones presentes en Bakú denuncien la guerra genocida que el Estado de Israel está llevando adelante contra el pueblo palestino y el hecho de que no se destine dinero para que países puedan recuperarse de huracanes e inundaciones y sí para financiar conflictos bélicos.
Solo los trabajadores podemos que rescatar al mundo de la decadencia capitalista.