Hace 28 años y producto de la lucha y deliberación de teatreras y teatreros de todo el país, es promulgada (el 28/04/1997) y publicada en el Boletín Oficial (el 19/05/1997) la Ley Nacional del Teatro N°24.800, que diera origen al Instituto Nacional del Teatro.

“… el H. Senado, en sesión de la fecha, ha considerado la confirmación de la H. Cámara de Diputados de su sanción anterior en las observaciones parciales al proyecto de ley Nacional del Teatro registrada bajo en N°24.800, y ha tenido a bien confirmar también la propia con el voto unánime de los presentes, quedando así definitivamente sancionado el proyecto según lo dispuesto en el artículo 83 de la Constitución Nacional” (negritas nuestras. Comunicación al Pte. de la Nación de parte del Pte. del Senado Nacional, 27/04/1997).

Esta es la ley que la “motosierra” mileísta pretende derogar mediante el Decreto N°345/2025 que invoca en sus Considerandos la potestad que le otorga “la Ley N°27.742 de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos (que) declaró la emergencia pública en materia administrativa, económica, financiera y energética por el plazo de UN (1) año. Que por dicha ley el PODER LEGISLATIVO delegó al PODER EJECUTIVO NACIONAL facultades referidas a materias determinadas de administración y vinculadas a la situación de emergencia que fuera declarada, todo ello por el plazo mencionado precedentemente” (Boletín Oficial, 21/05/2025). La “oposición amigable” algunos de cuyos partidos votaron unánimemente la Ley Nacional del Teatro en 1997, resultan cómplices hoy, habiendo posibilitado la “Ley Bases”, de su intento de liquidación. Anima tal intente una razón material: profundizar el ajuste fiscal según reclama el Fondo Monetario Internacional, y una razón simbólica: aportar a la cruzada que se ha denominado “batalla cultural” por parte del gobierno fascistoide.

¿A quién y para qué sirve una Ley Nacional del Teatro y un INT?

El artículo número 1 de dicha Ley, no por escueto es menos preciso: “La actividad teatral, por su contribución al afianzamiento de la cultura, será objeto de la promoción y apoyo del Estado nacional”.

En el inciso b) del artículo 2 donde explica a qué considera “actividad teatral” reconoce a la actriz/or, directora/or y demás roles como trabajadores, ergo a la actividad artística teatral como una actividad productiva: “…actividad… que constituya un espectáculo público y sea llevado a cabo por trabajadores de teatro en forma directa…”.

Las Finalidades, descriptas en el artículo 21 dan cuenta de la vasta labor de promoción y sostenimiento de la cultura que el INT desarrolla a lo largo y ancho del país.

a) Financiar actividades teatrales consideradas de interés cultural y susceptibles de promoción y apoyo por el Instituto Nacional del Teatro:

b) Financiar el mantenimiento o acrecentamiento del valor edificio de salas de teatro consideradas como de interés cultural por el Instituto Nacional del Teatro:

c) Solventar total o parcialmente el desarrollo de ámbitos para la actividad teatral, la remodelación o habilitación de salones multiuso, galpones, carpas circenses y escenarios rodantes con equipamiento complementario;

d) Otorgar préstamos y subsidios para entidades y elencos que presenten proyectos teatrales al efecto:

e) Equipar centros de documentación y bibliotecas teatrales, nacionales y zonales;

f) Atender gastos de edición de libros, folletos, publicaciones, boletines referidos especialmente a la actividad teatral, y que sean considerados de interés cultural por el Instituto Nacional del Teatro;

g) Otorgar becas para realización de estudios de perfeccionamiento en el país o en el extranjero mediante concurso público de antecedentes y oposición;

h) Otorgar premios a autores de teatros nacionales o extranjeros residentes en el país.

¿Los argumentos del gobierno tienen fundamento?

El Decreto N°345 señala que : “es importante destacar que la SINDICATURA GENERAL DE LA NACIÓN (SIGEN), mediante el informe de evaluación del Sistema de Control Interno presentado en el mes de octubre del año 2023 … …concluyó que los Sistemas de Control Interno del INSTITUTO NACIONAL DEL TEATRO son débiles, en la medida en que presentan falencias que afectan a sus principales operaciones”, ofreciendo como ejemplo que “los subsidios y/o aportes otorgados en el marco de las distintas líneas del llamado PLAN PODESTÁ, el que surgió como consecuencia de la Emergencia Sanitaria dispuesta por el Decreto N°260/20 sus modificatorios y complementarios durante el período 2020/2021, que los mismos se encontraban rendidos solo en un CUARENTA Y SEIS POR CIENTO (46%), de los cuales el NOVENTA Y DOS POR CIENTO (92%) aún no fueron analizados por el área competente”. (Boletín Oficial, 21/05/2025).

¡Pero estábamos en medio de una pandemia que en nuestro país significó la muerte de más de 130.000 personas!  Sufrimos situaciones límites de sobrevivencia que fueron enfrentadas por, en nuestro caso, las y los trabajadores de la cultura organizades en múltiples asambleas virtuales y de a poco con actividades presenciales -de las que, con Actuemos y el Frente de Artistas fuimos activos participantes-, que reclamaron a los gobiernos municipales, provinciales y nacional diferentes apoyos, desde subsidios no retornables hasta bolsones de comida porque el ASPO (Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio) primero y el DISPO (Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio) después, impedía la posibilidad de trabajar, de hacer funciones, ergo, de acceder al dinero para comer, pagar el alquiler, los remedios… Lo que de paso destaca la ENORME precariedad laboral que padece el sector.

La arbitrariedad oficial en su intención de emprenderla en este caso contra el INT y les artistas de teatro la evidencia el recorte del informe de rendiciones citado, ya que la propia SIGEN en el último informe de mayo del presente año señala que “el porcentaje de las rendiciones completadas durante todo el registro de 2022, que incluye al Plan Podestá, llega al 92%.  En ese mismo informe se detallan los montos de los subsidios que no se tramitaron por motivos ajenos al organismo: los beneficiarios que renunciaron, solicitaron prórroga o devolución y los que aún se encuentran en plazo de rendir como los inhabilitados” (negritas nuestras, La Nación, 24/05/2025). Queda expuesta así, por boca del propio Órgano de Contralor estatal la mentira respecto de los porcentajes esgrimidos a modo de argumento en el decreto de marras, un método clásico de la administración de La Libertad Avanza.

¿Entonces, cuál es la verdad acerca de los recursos estatales puestos en juego?

Una de las publicaciones más difundidas por las organizaciones de teatreres da cuenta del financiamiento del INT: “El Instituto Nacional del Teatro es autárquico y no depende del Tesoro Nacional. Se financia con: 10 % sobre publicidad en medios (ENACOM), 1% del impuesto a premios de juego (LOTBA), el 97 % proviene de ENACOM.” Continúa señalando la publicación difundida a través del chat de la Nueva Asamblea Federal de Teatrerxs: (de) Los subsidios citados en el decreto, el 92% (ha sido) rendido correctamente, 7% en plazo reglamentario, 1% inhabilitado”, en tanto que respecto de Festivales y Eventos “95% rendido, 4,5% en gestión, 0,36% inhabilitado. La rendición de los fondos del INT se concreta en un 99%” (información emitida desde el propio INT).

Alcance de la pretensión liquidacionista del Decreto oficial

El Decreto 345/2025, en caso de aplicarse, eliminaría la autarquía del INT, disolvería el Consejo de Dirección, integrado por representantes de las seis regiones culturales y sectores; derogaría de facto más del 60% de la Ley Nacional del Teatro; centralizaría todo el funcionamiento en la Secretaría de Cultura, quitando toda representación federal y sectorial, al tiempo de generar despidos.

En prieta síntesis, se pasaría de un Organismo descentralizado como lo es hoy a constituirse en una Unidad interna de la Secretaría de Cultura; de disponer de un presupuesto garantizado por ley a una indefinida e inequívocamente insignificante asignación de fondos bajo administración central; al liquidar el Consejo de Dirección y no sustanciarse los concursos pertinentes, desaparecería la representación federal concursada. Algo que alcanzaría también a los jurados, que al no realizarse los concursos correspondientes tendrían una designación política.

Argumentos sobran, debemos organizar la lucha

Podríamos continuar detallando montos, producciones, números de beneficiarios, localidades, provincias, salas, giras, formación, producción editorial, y un larguísimo etc. No se trata sin embargo, de contraponer argumentos – si bien valen para sumar adhesiones- ante quienes no pretenden desenvolver otra disputa que no sea la que la brutalidad de la relativa posición de poder les permita ganar. Entonces debemos preparar la confrontación. Se han resuelto ya algunas medidas de lucha, de esclarecimiento y visibilidad, de abordaje parlamentario.

Resulta fundamental elaborar un plan de lucha nacional en defensa de la cultura (¿cuánto más, después de ir por el Incaa, ahora por el INT, demorarán en ir por el Inamu, el Instituto Nacional de la Música, por ejemplo?). Naturalmente que desde el teatro independiente urge hoy, pero debemos articularlo con el conjunto de las y los trabajadores de la cultura y las comunidades. No se trata de una reivindicación de sector, corporativa, sino que está en disputa también el derecho al acceso a la cultura para la juventud, los trabajadores y el pueblo. La producción y circulación cultural está en riesgo y condicionada en favor de una política de mecenazgo por parte de sectores del capital, que se viene insinuando desde hace algunos años, tanto como de entrega a las corporaciones propietarias de las plataformas digitales (OTT). Ante el total corrimiento de la responsabilidad de financiamiento estatal de la cultura y la voluntad expresa por parte del gobierno nacional con la anuencia de los partidos del régimen y la burocracia sindical de liquidar la legislación laboral vigente (un reclamo especialísimo de las plataformas digitales para con nuestro sector de artistas escéniques) la apropiación cultural resultante será para pocos al igual que la renta, en tanto que el trabajo, las condiciones laborales y los salarios, brutales y escasos para quienes logren obtenerlo.

Abajo el decreto 345/2025. Fuera Cifelli [secretario de Cultura de la Nación]. Fuera Milei.

La ofensiva de Milei contra los trabajadores

Editorial de Gabriel Solano en 14 Toneladas T2 E16. -

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