Políticas

27/5/2025

La ofensiva de Milei contra los trabajadores

Editorial de Gabriel Solano en 14 Toneladas T2 E16.

Una política inviable con la complicidad de la oposición y la burocracia sindical.

Si tuviéramos que resumir este editorial lo diría del siguiente modo: "la pelota está picando en el campo del movimiento obrero". ¿Por qué esto? Porque es indudable que después de las elecciones, especialmente de la que tuvimos en la Ciudad de Buenos Aires hace unos días atrás, el gobierno de Milei reforzó una ofensiva contra los trabajadores.

Si uno ve lo que hizo el gobierno como medidas más importantes son todos ataques al movimiento obrero. Uno que es de una gravedad inusitada que es el decreto 340, que prácticamente termina aboliendo el derecho a huelga porque, invocando una serie de razones completamente falsas, establece que casi en la totalidad de las actividades económicas que se desarrollan en Argentina tiene que haber en cualquier paro entre el 75 y el 50% de la fuerza de trabajo presente (cuando es claro que si hay un 50% de la fuerza de trabajo presente un paro fracasó, y ni hablar si es el 75%).

Y es tan amplio es el espectro de actividades que pueden ser alcanzadas por este decreto que en uno de sus artículos dice que alcanza a cualquier actividad que afecte la recaudación fiscal. Como prácticamente toda actividad tributa impuestos, entonces quiere decir que cualquier actividad en la Argentina en la cual hay trabajadores no se puede llevar adelante un derecho a la huelga, que es constitucional, porque si no va a ser declarado ilegal al amparo de este decreto. Entonces es una una ofensiva muy fuerte largada por este gobierno.

Luego estuvo lo de Tierra de Fuego: una gran ofensiva también para tratar de avanzar contra los trabajadores fueguinos y aplicar despidos que podrían llegar a los 5.000 o 7000. Y aparte hacer inviables ciudades enteras, porque por ejemplo Río Grande es una ciudad que si se cierran las fábricas metalúrgicas directamente dejaría de existir con la población actual, quedaría desierta porque no hay ninguna actividad alternativa hoy que permita darle fuente de trabajo a esos trabajadores que quedarían despedidos de llevarse adelante la política de gobierno. Es decir, un ataque importante.

Un anuncio que este fin de semana hizo muchísimo ruido y que tiene que ver con las libertades democráticas en Argentina es el de nuevas disposiciones tomadas internamente por la Side para poder aplicar una política de espionaje frente al conjunto de la oposición política de Argentina y también la oposición social, esa memoria obrera, estudiantil, popular en general.

Todo esto se está llevando adelante ahora. A la vez que una profundización del ataque al salario, porque el gobierno sigue empeñado en pisar las paritarias y no permitir que ningún aumento salarial supere el 1% mensual. En el medio tuvimos una represión aún más brutal después de las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires, que se ejecutó contra los jubilados, en la cual se apuntó especialmente contra los trabajadores de prensa. Algo que ha dado lugar a muchísimas denuncias, todas muy correctas, porque quienes estuvimos ahí pudimos ver de una manera directa cómo el gobierno reprimió a los jubilados en particular con mucha fuerza, pero especialmente con mayor saña a los trabajadores de prensa para tratar de que no se vea en el país esa situación tan grave que ocurren todos los miércoles en las inmediaciones del Congreso nacional.

Ahora uno tiene que preguntarse lo siguiente: el gobierno, luego de las elecciones de la ciudad, refuerza su ofensiva antiobrera, su ofensiva represiva, el intento de establecer un Estado cada vez más totalitario. ¿Cuáles son las bases para eso? ¿Desde dónde parte? ¿Con qué fuerza? Si uno va estrictamente a medirlo en términos políticos y deduce de ahí el problema de las elecciones tiene que concluir que es una fuerza relativa.

En las elecciones provinciales, si uno saca por un momento la elección de la Ciudad de Buenos Aires, el gobierno no ganó ninguna -salvo la que triunfó en Chaco, pero no lo hizo él sino que lo hizo integrando la lista del gobernador radical de la provincia y, como en su momento señalamos al analizar las cifras, el gobernador había sacado más votos y más porcentaje yendo solo que yendo con Milei; es decir que La Libertad Avanza en principio no le otorgó una votación adicional. En la primera elección en la provincia de Santa Fe había quedado tercero cómodo, con una cifra del 13%. Y ganó la ciudad de Buenos Aires, es cierto, pero ganó con un 30% ante una participación electoral del 53%, lo cual muchos han sacado de la cuenta, y es muy fácil de sacar, que en realidad la fuerza de Milei obtuvo solamente el 16% del total del padrón electoral de la Ciudad de Buenos Aires.

Es decir que si uno tiene en cuenta la fuerza que le dan las elecciones tiene que concluir que es una fuerza relativa, que el gobierno para esta ofensiva antiobrera parte con una fuerza política relativa. Las elecciones no le han dado un respaldo contundente. Pero el gobierno busca lograr ese respaldo con estas acciones contra los trabajadores.

Si uno va a ver la parte económica, también la respuesta es que parte de una base endeble. Tengamos en cuenta que el gobierno logra ganar estas elecciones de CABA con una votación baja y una participación también muy baja gracias al rescate del Fondo Monetario Internacional. Sin esos 20 mil millones de dólares el gobierno no hubiese logrado impedir que la inflación pegue un salto, habíamos tenido de 3,7% en el mes de marzo y amenazaba con pasar el 4% en el mes de abril, y si eso hubiese sucedido con seguridad el gobierno perdía las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires. Para evitar eso vino un rescate del gobierno: el objetivo político claro del FMI estaba asociado a la cuestión electoral, como expresó la propia titular Georgieva cuando dijo "ojo cómo se vota".

Pero el gobierno después de este acuerdo no está logrando comprar reservas, lo que es un tema muy sensible. Al revés, después del acuerdo con el Fondo Monetario las reservas han empezado a caer nuevamente. Parece imperceptible porque un día caen 50 millones de dólares, otro día caen 100, pero lo cierto es que el gobierno no logra comprar reservas y al no hacerlo está en cuestión si el gobierno va a cumplir el acuerdo con el FMI como se estableció, que es comprar los cuatro mil y pico de millones de dólares para poder pagar los vencimientos del mes de junio. Y la impresión que da es que eso no se va a cumplir, que el gobierno le va a pedir un perdón al organismo y va a tener que pagar los vencimientos de junio utilizando la plata que le dieron.

El gobierno no puede comprar estas reservas y no quiere tampoco. ¿Por qué no quiere? ¿Y por qué no puede? Porque si las comprase el dólar subiría su precio y eso golpearía a los precios, con inflación. Entonces el gobierno decidió no comprar, no intervenir para comprar dólares en el mercado de cambios, a costa de una pérdida sistemática de las reservas. Y como no tiene dólares ha largado esta iniciativa que el otro día anunció el ministro Caputo para sacar los dólares de "abajo del colchón" y remonetizar la economía mediante estos dólares; algo que en general los analistas entienden que no va a prosperar.

Analicemos esta medida. Cuando el gobierno dice saquen los dólares de abajo del colchón, ¿a quién se lo dice? Bueno, solo a los que tienen dólares. Hay una parte muy importante de la población que no tiene un ahorro que podría sacar debajo del colchón sino que no llega a fin de mes. Incluso una parte de los trabajadores que puede tener un pequeño ahorro lo tiene en ese sentido, sabiendo que mañana puede tener una contingencia de salud, familiar, o lo que sea, y tiene un pequeño ahorro para enfrentar una situación excepcional. No va a sacar del colchón para comprarse una heladera su único ahorro para enfrentar una situación adversa, que nadie puede descartar en su vida cotidiana, en su vida familiar.

Caputo se refiere a un sector de la clase media más acomodada y a la clase capitalista, que no lo está haciendo. Hemos tenido ya muchísimos blanqueos. El más grande fue el de Macri, con casi 100 mil millones de dólares. Luego el blanqueo de Milei, de 20 mil millones de dólares, y ahora este blanqueo medio trucho que en realidad ni siquiera es un blanqueo y difícilmente pueda prosperar.

Si el gobierno quiere remonetizar la economía está haciendo lo contrario, porque al pisar el salario de los trabajadores la economía se desmonetiza, no tiene pesos porque al trabajador se le quita una parte de su salario. Ocurre lo mismo con los jubilados, cuando está congelado el bono de $70.000 que es una parte importante de los ingresos jubilatorios. Es decir que el gobierno va en un sentido contrario. Entonces lo que está buscando es una mayor diferenciación social. El que tiene pesos va a tener menos porque no tiene salario, porque no tiene jubilaciones, y trata de que una parte de los sectores más acomodados de la sociedad utilicen sus dólares para determinados gastos, por ejemplo bienes de consumo tipo heladera, moto o un auto.

Pero eso no va a modificar la actividad económica -que si uno la estudia más de cerca marcha con muchísimas dificultades. Hubo un pequeño crecimiento en enero y febrero comparando con dos meses muy malos como fueron los de 2024, pero en marzo cayó. El gobierno festeja los números de Producto Bruto Interno pero si uno los desagrega va a ver que dentro de eso crece mucho lo que se llama "intermediación financiera", es decir los bancos, pero no crece la industria ni la construcción. Detrás del número del PBI se esconden realidades sociales muy distintas que hay que tratar de desarmar para poner en evidencia qué es lo que está pasando.

Entonces, desde el punto de vista del gobierno, no logra comprar reservas ni sacar la economía adelante, mientras está atacando el salario, y por lo tanto su fortaleza es muy relativa para llevar adelante este plan contra los trabajadores.

¿De dónde saca su fortaleza? Primero, de la complicidad de la oposición. Este es un punto clave. La oposición es cómplice. Lo mostró la lucha en Catamarca contra el gobernador peronista alineado al Partido Justicialista: los docentes salieron contra este gobernador porque lleva adelante en Catamarca la política de Milei.

Esta complicidad de la oposición incluye a Cristina Fernández de Kirchner. Esto es importante marcarlo porque muchas veces se dice que "está el cuco del kirchnerismo", pero Cristina dio un discurso el 25 de mayo en un barrio de la ciudad de Buenos Aires y su discurso fue claramente derechista. Fue una capitulación en lo que ellos llaman la batalla cultural contra los libertarios. Se expresó a favor de una reforma laboral: dijo claramente "queremos una modernización laboral", que no es otra forma de decir una reforma laboral como Milei firmó con el Fondo Monetario Internacional.

También dijo, frase textual: "Con la motosierra se identificaba el tipo que fue a una oficina a buscar una solución. Lo boludearon 30 horas y se fue puteando; el que fue al hospital a pedir un turno y no lo atendieron o se lo dieron para dentro de tres meses; o el que no puede pagarle la cuota al colegio privado de su hijo, lo manda el público y no tiene clases cada dos por tres". Este es el discurso de la derecha, de Milei. Cristina Kirchner no se preguntó si el pibe no tiene clases cada dos por tres en la escuela pública porque en la provincia de Buenos Aires o en la provincia de Santa Cruz los salarios de los docentes son salarios golpeados y tienen que hacer paros para recuperarlo. O si no pasa lo mismo en los trabajos de la salud, que tienen todo tipo de déficit presupuestario, de personal y por lo tanto la atención en el hospital público es deficitaria no por culpa de los trabajadores sino por culpa de los gobiernos.

Este discurso derechista a favor de la reforma laboral, de ataque a los trabajadores del Estado, de la salud, y de la educación es lo que indudablemente une a la oposición con el oficialismo. Es la "nueva música" que quería tocar Kicillof, y que también le toca a Cristina. Por más que estén peleado como perros y gatos uno ve que los acuerdos entre ellos son más fuertes de lo que parece.

Para el movimiento obrero, y por eso está la pelota picando en su campo, es importante partir de la conclusión de que no tenemos un gobierno en sí mismo fuerte por su armado político, ni por su solvencia económica, sino que su fortaleza viene fundamentalmente por la complicidad de la oposición y de las direcciones del movimiento obrero.

El otro día tuvo mucha repercusión en las redes sociales un reportaje que se le hace al titular de la CGT, Daer, que fue a la Casa Rosada a entrevistarse con el jefe de gabinete el día después que se conociera ese decreto nefasto de prohibición del derecho a huelga. Los medios le preguntaban: "¿hablaron de ese decreto?", y él dijo "no, yo este tema no lo toqué".

El titular de la CGT va a la Casa Rosada, se reúne con el jefe de gabinete y no repudia el decreto antihuelga. Dice "vamos a ir a la Justicia", nada más. Y cuando le preguntan si van a hacer un paro dice: "No, no hay clima". Ahora, si le preguntás al trabajador de Tierra del Fuego diría que hay clima. Si le preguntás al docente de la provincia de Buenos Aires, diría lo mismo. Si le preguntás al docente de Catamarca diría que hay clima. El clima no lo tiene la CGT.

Entonces, si los trabajadores salen a luchar a este gobierno se lo puede derrotar. No es un gobierno fuerte en sí mismo. Su fortaleza relativa deriva de la complicidad de la oposición capitalista y de las direcciones burocráticas. Y nuestro llamado, por lo tanto, es a superar esta situación mediante una gran acción de los trabajadores. Lo que hemos visto incluso en la UTA, donde también la dirección de Roberto Fernández y la burocracia de la UTA hace un acuerdo con las patronales y con el gobierno traicionando el mandato de las asambleas, y este jueves hubo una reunión de 35 cuerpos de delegados para discutir cómo seguir la lucha contra el gobierno, contra las patronales y contra la dirección de la UTA.

El problema fundamental es organizarse y salir a pelear, porque ahí va a estar la salida para el país. La política de Milei es una política inviable que nos lleva a una catástrofe. La oposición es cómplice y la burocracia sindical es un lastre para el movimiento obrero. Hay que ponerse de pie y derrotar al gobierno de Milei.

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