El 10 de noviembre, luego de intensas semanas de organización y difusión política, se realizó la audiencia pública convocada por la diputada nacional Romina Del Plá (Partido Obrero-Frente de Izquierda) y el Movimiento Federal de la Danza (MFD) por la Ley Nacional. Es su presentación más significativa, después de catorce años de lucha, teniendo en cuenta que suma la firma de 19 diputades y abrió un debate que se expande en cada rincón donde la danza se ejerce. A los firmantes ya conocidos, se suman radicales y peronistas, fruto de una fuerte campaña por colocar el debate en la agenda parlamentaria.

Realizada en el salón auditorio de Diputados, la audiencia nucleó a más de 160 personas de la danza. Fue una enorme acción de lucha, asamblearia, movilizadora, federal y de unidad de trabajadores y estudiantes de la danza. Conducida por Romina Del Plá y Mariela Ruggieri, presidenta del MFD, congregó a varios diputados, de manera presencial o mediante adhesiones que se leyeron íntegramente. La mesa principal se destacó por conformarse de mujeres luchadoras: además de Romina, Gabily Anadón, misionera y vice del MFD; Ailín Retamar, presidenta del Cedam (Centro de Estudiantes del Departamento de Artes del Movimiento); y, durante parte de la audiencia, Myriam Bregman, también firmante, como todos los diputados del FIT Unidad.

Los grandes protagonistas, desde el estrado o desde las butacas, fueron sin duda les bailarines del Movimiento Federal de más de diez provincias y les dirigentes y estudiantes del Cedam (UJS). Estos últimos llegaron en caravana movilizando desde la facultad al Congreso, con bombo y platillo, al canto de #DanzaesTrabajo y que queremos el Instituto Nacional de la Danza.

Pero intervinieron también otras destacadas figuras del movimiento cultural como Diego Boris, que fue titular del Inamu (Instituto Nacional de Música) durante ocho años; Ramiro Pérez, tenor del Teatro Colón y miembro de Músicos Organizados; Guillermo Tello, de la Multisectorial Audiovisual; y Julián Morcillo, del Ojo Obrero, entre otros. Se leyó la adhesión de Actuemos, agrupación de la Asociación Argentina de Actores.

Las intervenciones en la audiencia y su fuerte convocatoria nos hablan de un momento clave para la danza en nuestro país. Como nunca antes, el debate por una ley escala en todos los sentidos. En un lapso breve, hemos colocado la cuestión en la agenda de la Cámara de Diputados, como señaló en una aplaudida intervención Néstor Pitrola. No solo por los diputados firmantes, sino también porque el sector K de la gestión de la UNA (Universidad Nacional de las Artes) y la CTA presentó su proyecto con firmas del bloque del Frente de Todos, algo inédito, ya que siempre se negaron a atender este reclamo. Bienvenido el proyecto cuya letra no conocemos al presente, pero que sin duda ayudará a colocar el debate en comisiones.

 

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El debate en la audiencia fue muy al fondo sobre los motivos centrales de la necesaria ley de la danza, un sector olvidado de la olvidada cultura por todos los gobiernos. Un debate sobre qué tipo de Inda (Instituto Nacional de Danza) queremos, confrontando en el terreno político directamente con las lógicas de los institutos del Estado que operan como fondos para los amigos y como un botín del gobierno de turno. El debate que está llegando a cada lugar de estudio y trabajo es si las autoridades del Inda serán elegidas por el voto de un registro Nacional de Trabajadores de la Danza o serán puestas a dedo por el Poder Ejecutivo. La importancia de la participación directa y lo que refiere a la identidad de la comunidad de la danza como un colectivo compuesto de trabajadores de la cultura es el riquísimo terreno de intervención que nos abre esta lucha. La consigna #Danzaestrabajo interpela en profundidad sobre la identidad del creador, del intérprete, del docente de la danza como trabajador del arte. Un concepto enraizado fuertemente en el Movimiento Federal de la Danza, cuya titular es además titular de un sindicato que lucha por su inscripción gremial, justamente para bregar contra la extrema flexibilización laboral que sufre el sector como toda la cultura.

Desde luego, en particular en la presentación de Romina apareció la cuestión del ajuste a la cultura, víctima de todos los recortes, como la educación, la salud o el gasto social, a diferencia “de los intereses de la deuda”, como ella marcó. No hace falta explicar en estas líneas el lugar que la inversión en cultura, la danza, la educación artística y los espacios donde ella se desarrolla puede ocupar en las prioridades del FMI.

Con una convocatoria que copó el auditorio del Congreso, se lanza esta presentación y dimos un inédito puntapié inicial para desarrollar este movimiento por la ley nacional y por los derechos laborales de les trabajadores de la danza.

Convocamos desde la agrupación BUM y el Cedam a seguir organizades por este derecho. Llamamos a una reunión abierta para seguir generando los espacios de organización para todos los institutos, universidades de danza, para que sea bandera de todo el estudiantado del arte y del movimiento de la cultura, para hacer crecer este movimiento, sin techo, hasta arrancar la ley. A debatir para que no resulte cualquier ley, víctima de los lobbies, como acaba de pasar con humedales, donde el movimiento ambiental se movilizó, justamente el día de la audiencia, y se aprobó un dictamen antihumedales. Llamamos a unir a todo el movimiento de trabajadoras y trabajadores de la danza, a movilizarlo de manera unitaria, hasta la victoria, sin detenernos más.

https://prensaobrera.com/cultura/el-estreno-de-tintorero-la-obra-de-un-artista-perseguido