El viernes 19 se realizó en el Polo Educativo Mugica (CABA) una actividad en repudio a los maltratos que vienen ocurriendo en la escuela primaria N°25 Bandera Argentina, ubicada en el barrio de Retiro, donde asisten principalmente alumnos de la Villa 31: una población fuertemente afectada por la crisis y el ajuste del FMI.

La iniciativa surge de las madres y padres del barrio que ven con preocupación la serie de maltratos que vienen recibiendo las niñas y niños que asisten a la institución por parte de la directora Mónica Casalini.

Las denuncias no terminan ahí y se suman una serie de reclamos por la situación general de la escuela, asfixiada por falta de presupuesto en educación por parte del GCBA. Las viandas de mala calidad son un problema generalizado en las escuelas de la capital, situación que se agrava en las villas de la ciudad donde los alumnos dependen de la comida de la escuela para una nutrición adecuada. Otra de las graves denuncias es la falta de docentes en algunos cursos, que renuncian producto del acoso laboral.

Durante la medida pudimos conversar con varias vecinas y vecinos que se acercaron y fueron parte. “Tuve que cambiar a mis hijos del colegio por problemas con la directora”, cuenta Carolina, quien tiene dos hijos en edad escolar. “Tuve muchas discusiones fuertes con ella”, agregó.

Una de las denuncias generalizadas es la disposición de la directora de no poder utilizar los baños ante la falta de auxiliares. “La directora no le permite ir a los chicos al baño cuando están en clase y hay casos donde se hacen encima y no avisan a los padres para ir a retirarlos”, explica Luciana, mamá de un niño de 9 años.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida por Partido Obrero Villa 31 (@povilla31)

La situación de la escuela Banderita, como se la llama comúnmente en el barrio, es un caso entre muchos donde la falta de presupuesto se refleja de manera concreta con el agravante de que es parte del Polo Educativo Mugica, que también tiene establecimientos educativos de edad inicial y secundaria, que ha sido mostrado como parte de la polémica urbanización que lleva adelante el GCBA y que ha traído múltiples problemas al barrio.

A pesar de que las denuncias salieron a la luz hace varias semanas, el Ministerio de Educación de la Ciudad no da una solución a las familias. El gobierno de Larreta y Acuña es responsable de encubrir y defender a la directora.

Ante la falta de respuestas, la comunidad educativa sigue en alerta y espera respuestas por la separación preventiva de Casalini del cargo, para el retorno seguro de los niños que fueron violentados.