Nuevamente el problema del asbesto, material altamente cancerígeno, vuelve a colocarse entre la infinidad de problemas que recorren los ámbitos educativos porteños.  Tal como se había denunciado en años previos a la pandemia al respecto de escuelas con presencia de materiales con asbesto, como en el caso de la escuela Lengüitas, en las que se obtuvo la desabestización a fuerza del insistente reclamo de la comunidad educativa, el problema vuelve a través de la denuncia de la comunidad de la Escuela Primaria n°4 del Distrito Escolar 8° y del jardín “El Tranvía” del barrio de Caballito.

Ambas escuelas son linderas a los talleres denominados El Polvorín y Bonifacio donde sé encontró el material contaminante. Es decir que las escuelas a las que asisten más de 400 estudiantes, y con una planta de trabajadores docentes y no docentes de alrededor de 50, están expuestas a la volatiladad del material cancerígeno. La chimenea del taller apunta directamente a los patios de la escuela y a aulas que están prácticamente pegadas al taller. Desde las escuelas se solicitó a la empresa Sbase (Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) que apague la chimenea hasta tanto tener un informe real de la situación, así mismo plantearon responsabilidad en los controles necesarios para no exponer la salud y la vida de nadie.

Es sabido que frente a la presencia de asbesto en todo el tendido del subterráneo lxs trabajadorxs del sector han realizado diversas acciones desde medidas de fuerza hasta presentaciones judiciales. La certeza lamentable de las consecuencias de la exposición a tal material son trabajadorxs enfermos de cáncer e incluso fallecidos. Uno de los problemas que señalan, tanto lxs trabajadorxs del subte como las autoridades de la escuela primaria, es el largo plazo puesto la exposición de la salud de hoy puede verse alterada a futuro con consecuencias que pueden llegar a ser fatales. Al día de la fecha algunas familias denuncian enfermedades respiratorias recurrentes en las infancias escolarizadas en dichos establecimientos.

Si bien el gobierno porteño realizó estudios que han presentado dentro de los parámetros permitidos de asbesto, la comunidad no se encuentra tranquila ya que es incierto cuando esos niveles pueden aumentar, en caso de que los elementos con presencia de asbesto permanezcan. La única garantía que reclaman lxs trabajadorxs de las escuelas, la comunidad, y lxs trabajadorxs del subte es el inmediato traslado de estos elementos.

La conducción de la escuela ha realizado todos los reclamos frente al Ministerio de Educación y ha construidos puentes y redes con los diferentes actores de la comunidad que interpelan el accionar del gobierno para quien la salud poco importa a la hora de invertir en las necesidades reales de la población de la CABA. En este sentido las conducciones escolares redactaron un documento detallando cómo fueron notificados de la presencia de asbesto en los talleres linderos a las escuela que conducen, las investigaciones que realizaron, los aportes que obtuvieron de parte de profesionales y especialistas y un pedido claro: la mudanza del taller que se encuentra junto a las escuelas.

Es fundamental que el gobierno de la CABA junto al Ministerio de Educación, de Salud y de Transporte, de urgentes soluciones y operativicen el traslado de los elementos necesarios en defensa de la salud y la vida no sólo de las comunidades educativas en cuestión sino también de lxs trabajdorxs y de los vecinxs del barrio de Caballito.