Educación

3/11/2020

REAPERTURA DE ESCUELAS

Panorama educativo de CABA ¿qué pasa en las escuelas?

Plan de lucha, salario, reaperturas prematuras, Consejo federal de educación y calendario escolar.

maestro del programa maestro/ Maestro y miembro del Consejo directivo de Ademys.

El gobierno de la Ciudad avanza en la reapertura de escuelas para sostener actividades presenciales. Además de los intentos de reapertura (en mayor medida, frustrados) de 7mo grado de primaria, y 5to y 6to de media y técnica, el larretismo –bajo el paraguas de la resolución 370 del Consejo Federal de educación- ha anunciado la reapertura de sala de 5 años de nivel inicial y 1er grado de primaria. También difundieron la vuelta de las actividades presenciales de los días sábados a través de programas socioeducativos.

Se ha anunciado también por parte de la administración porteña que en 2021 el ciclo lectivo de adelantará a febrero y se intensificará la presencialidad.

Estas medidas responden a una orientación de fondo del Estado y el empresariado que buscan imponer una “normalidad” laboral y de circulación de trabajadores, consumidores y bienes en plena pandemia, con el único objetivo de cuidar sus ganancias incluso a costa de la salud y la vida de miles de personas. El gobierno nacional y el de las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires, están comprometidos a fondo con esta orientación.

“Veremos cómo nos va…”

El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, resolvió a través del decreto provincial 1400/20 la apertura de escuelas, en una provincia que tuvo un descontrol con la cantidad de casos y las posibilidades de respuesta del sistema sanitario. El sindicato ATECh ha denunciado que la ministra de educación de esa provincia no dio ninguna respuesta a las advertencias del riesgo objetivo para salud de trabajadores de la educación, estudiantes y familias, limitándose a responder: “veremos cómo nos va…”, admitiendo de forma cínica que se trata de una aventura en la que experimentan con la población descuidando los riesgos sanitarios, forzando una escolarización presencial en escuelas en las que no se ha invertido ni un peso en estos meses.

Como si esto fuera poco, el propio decreto 1400/20 estipula que la docencia chaqueña tendrá que hacerse cargo de la limpieza y todos los cuidados, responsabilizándola de las consecuencias a nivel sanitario. Ante esta situación, cabe resaltar que el propio ATECh no ha llevado adelante ninguna medida de fuerza para frenarlo, dejando a la docencia librada a su suerte.

En la Ciudad de Buenos Aires, ya se contabilizan seis casos positivos de trabajadores de la educación en distintas escuelas desde la reapertura de actividades presenciales. Hay que destacar que, en la inmensa mayoría de los casos, las familias deciden no enviar a sus hijos a las escuelas y se ven “burbujas” vacías, o escuelas que directamente no pueden reabrir como consecuencia de que faltan insumos de limpieza o prevención.

La orientación general desde el gobierno de Alberto Fernández es la misma que la de la ministra chaqueña: “ir viendo”. Mientras tanto, se da rienda suelta al lobby de las empresas de turismo para crear las condiciones que llevaron a Europa a la situación de descontrol actual: un verano “normal”, vacaciones y abandono total de la cuarentena.

La especie de que en febrero o marzo habrá “clases normales”, no sólo es apresurado, sino profundamente irresponsable porque marca a un Estado decidido a empujar a la población a una suerte de “inmunidad de rebaño” de consecuencias muy graves.

Las “diferencias” entre Trotta y Acuña son “marketing” en lo sanitario…

Es claro que –a diferencia de lo que plantea el kirchnerismo y la dirección de UTE- la avanzada porteña no es marketing, sino una orientación estratégica del Estado en su conjunto y el empresariado. Lo que sí es marketing son los chisporroteos entre el ministro de Educación nacional y su par de la Ciudad. Compartiendo una misma orientación, estos enfrentamientos mediáticos les sirven al gobierno nacional y al porteño para acumular cierto capital político.

El gobierno local ha anunciado un comienzo adelantado del ciclo lectivo 2021 para “mediados de febrero”, mientras que Trotta afirmó que “está todo listo” para comenzar las clases en marzo. No hay diferencias de fondo. En la reunión del próximo miércoles 4, el Consejo Federal de Educación discutirá el calendario educativo para 2021 y, al igual que con la resolución 370, es probable que haya “fumata blanca”.

Las reaperturas de Larreta y Acuña están enmarcadas en dicha resolución del CFE, y es lo que avala las reaperturas en provincia de Buenos Aires, Chaco y las demás que se aprestan a avanzar.

En la Ciudad, se pretende volver a las actividades presenciales de los sábados, sostenidas, en muchos casos, por docentes precarizados como los de CAI y Jornada Extendida (que se encuentran por fuera del estatuto docente y no cuentan con obra social ni salarios ni licencias acordes a los del resto de la docencia).

Quizá sea en esta reapertura de los días sábado donde el gobierno muestra su verdadero rostro, ya que han informado a los docentes que los alumnos y trabajadores que durante la semana formen parte de alguna “burbuja”, podrán integrar otra los días sábados. Es decir que el protocolo “burbujas” es –como la inmensa mayoría de los protocolos- papel pintado; el protocolo no es más que la llave que abre la puerta para llevar a cabo cualquier actividad en cualesquiera condiciones.

…y en lo salarial

En la cuestión de la paritaria se ve con toda claridad que el gobierno porteño actúa en espejo con el gobierno nacional y el de la provincia de Buenos Aires. No sólo se parecen Patricia Bullrich y Sergio Berni, con la represión a las familias de Guernica. También Larreta, Kicillof y Fernández que han otorgado a la docencia universitaria o de la provincia cifras muy por detrás de la inflación.

La pauta para cerrar los reclamos salariales de 2020 tiende a ser del 7%. Así lo confirmó el gobierno porteño en la reunión de mesa salarial el pasado viernes 30/10. Dar cumplimiento, con tres meses de retraso, a la cuota salarial que debían haber abonado en julio, sin retroactivos, eliminando el bono de $2.500 por cargo y negando cualquier aumento por fuera de ello.

Así, la pérdida salarial, tanto de la paritaria nacional como la de la ciudad, alcanzará un nivel histórico. Según los trabajadores del INDEC, una familia tipo necesita más de $73.000 para vivir. La docencia porteña no alcanza esa cifra ni siquiera trabajando dos cargos, ya que el mínimo para una maestra de jornada simple con hasta diez años de antigüedad sería de $35.000.

La burocracia sindical… en “cuarentena eterna”

La mayoría de los sindicatos docentes de la ciudad están fuertemente alineados con el gobierno y no buscan siquiera disimularlo. Se sostienen sobre la base de las prebendas del propio Estado y la venta de cursos y carreras que otorgan puntaje docente a través de resoluciones que el ministerio les aprueba a libro cerrado. Son sindicatos fuertemente repudiados por la docencia.

De los únicos dos sindicatos que se han opuesto a la vuelta a la presencialidad (UTE y Ademys), sólo Ademys impulsa la organización por escuela, distrito y nivel, y promueve acciones de lucha votadas en asambleas abiertas virtuales.

La dirección de UTE no ha convocado a una sola instancia de deliberación, ni a una medida de paro en todo el año. Dejaron pasar la paritaria de hambre de principios de marzo, la ley de emergencia, los ceses a docentes suplentes que se han quedado sin salario, los actos públicos virtuales amañados por la COREAP y el ministerio,
el aguinaldo en cuotas, el sumario y amedrentamiento a supervisores escolares, el ajuste sobre los alimentos que se entregan a las familias, la falta de dispositivos y conectividad, el congelamiento salarial y el incumplimiento del acta firmada en marzo por el propio gobierno.

Es importante sacar las conclusiones de esta situación. El rol de la burocracia sindical no se reduce solamente a lo “antidemocrático” de su accionar. No es un problema de formas, sino de contenido. La burocracia sindical expresa una orientación del Estado y la clase capitalista al interior del movimiento obrero. En este marco de crisis económica, flexibilización laboral, desocupación, paritarias y jubilaciones a la baja, crisis sanitaria y habitacional, la política del gobierno nacional es ajuste y represión, de la mano de un nuevo acuerdo con el FMI.

Una dirección sindical como la celeste de UTE, integrada al kirchnerismo, lleva a cabo esa política, aunque pose de combativa frente a Larreta y Acuña.

Impulsamos la adhesión a las medidas votadas en la asamblea abierta virtual convocada por Ademys para toda esta semana: paro de actividades presenciales desde el lunes 2 de noviembre (incluyendo el sábado); caravana educativa el miércoles 4 hacia Palacio Pizzurno (donde estará reunido el Consejo Federal de Educación); asambleas por escuelas y distritos para impulsar la organización; campaña hacia las familias para rechazar activamente la reapertura de actividades presenciales y reclamar por entrega de dispositivos y conectividad; relevamiento de escuelas para denunciar las condiciones en que el gobierno pretende llevar adelante las reapertura y frenarlas en todos los lugares donde se incumpla con lo mínimo indispensable.

Profundicemos la organización y el plan de lucha en defensa de la salud y la vida de las comunidades educativas, y en defensa de la educación pública y las condiciones laborales y salariales docentes.