En los últimos días se conoció la noticia de que la directora de la Secundaria 14 de Ituzaingó fue agredida por una madre de la comunidad. El hecho ocurrió el pasado 19 de agosto, y se enmarca en un contexto de debacle social y ajuste que se agudiza contra la población y traspasa a un plano de agresión de trabajadorxs contra trabajadorxs. Los hechos de violencia en Ituzaingó ya son varios, y este se expresa como un capítulo más, donde las juventudes y la niñez son expuestas (y muchas veces protagonizan) situaciones que emergen de la propia descomposición de la sociedad.

Los hechos y su cobertura mediática

Algunos medios locales difundieron versiones distorsionadas poniendo a la la víctima en lugar de victimario, contribuyendo al intento de encubrir el accionar de la Inspeccion distrital, principal responsable de lo sucedido. Presentaron que la estudiante agredió a un compañero de clase y recibió un acta por dicha situación. Hay que aclarar que la estudiante es una víctima, que llegó golpeada a su casa, lo que desató el problema que termina con el hecho desafortunado.

La Inspección distrital es responsable

Hace meses que docentes de la Secundaria 14 vienen denunciando las falencias de la gestión, avisando que en ese rumbo situaciones como estas estallarían contra algún miembro de la comunidad educativa. En lo que va del año varias veces se produjeron situaciones de violencia donde docentes y preceptoras terminaron golpeadas y con lesiones. Sin embargo, en la Secundaria 14 lo que se viene llevando adelante en forma permanente es la persecución, el desprecio y el maltrato a les docentes, en el marco del intento de vulnerar su Estatuto y sus derechos consiguientes.

Son moneda corriente los descuentos y sanciones a las profesoras que se organizan para sacar adelante el proceso educativo, luchando a la vez contra la situación de precariedad en la infraestructura y contra la miseria salarial. A estas mismas situaciones es expuesta la docencia del distrito, lo que ya vimos en las denuncias hechas por la docencia de nivel inicial del municipio hace meses atrás. La Jefatura distrital y sus inspectores de nivel fueron alertados varias veces por las docentes, con informes elevados por vías jerárquicas pidiendo su intervención en la institución. Pero no han llevado adelante acciones para remontar o preveer la situación. A contrapelo de las necesidades reales, se ha presionado para aplicar el ajuste contra la docencia desatendiendo los derechos del estudiantado. Ahora deben hacerse responsables por lo sucedido.

No a la violencia en las escuelas

Bajo ningún punto de vista es aceptable el ejercicio de la violencia entre quienes forman parte de la comunidad educativa. Pero no podemos ignorar el contexto social y económico que están transcurriendo miles de familias de los barrios más golpeados del Conurbano. Las comunidades educativas están insertas en el cuadro más general del aumento de la desocupación y también de la pobreza, que alcanza a más de la mitad de la población nacional.

Es parte del panorama que retrata el informe de Unicef, que plantea que un millón de niños en Argentina han dejado de ingerir una comida diaria, y que tiene como demostración más cruda la muerte de una niña por desnutrición en CABA. Mientras tanto las escuelas siguen vaciadas, sin dispositivos, conectividad ni material didáctico para llevar adelante la continuidad pedagógica. Las familias están en una tensión constante para llegar a fin de mes y es una realidad en la que muchas veces no hay nada para poner en la mesa. Desde Tribuna Docente proponemos una asamblea de la comunidad educativa y exigimos plenarias para discutir una salida a la problemática, decidida desde una perspectiva de los trabajadores y las comunidades educativas.

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