Internacionales

18/11/2022

Amazon prepara cerca de 10 mil despidos

Los trabajadores como material descartable.

Despidos masivos en el sector tecnológico

Amazon, una de las empresas más poderosas del planeta, ha comenzado a aplicar un plan de despidos, que podría perjudicar a unos 10.000 trabajadores. Se trata del ajuste de personal más importante de la historia de la compañía, cuyo dueño es el magnate norteamericano Jeff Bezos.

El gigante del comercio electrónico es el segundo mayor empleador privado de Estados Unidos, por detrás de Walmart. La cifra de posibles cesantes equivale al 3% de los trabajadores fijos, y al 1% de la plantilla total, que está compuesta por unos 1.5 millones de empleados que se encuentran diseminados por todo el mundo, “la mayor parte de ellos, fuerza laboral contratada temporalmente en los almacenes o dedicada a las tareas logísticas” (El País, 14/11).

En Seattle, la ciudad en la que fue fundada la empresa, ya se ha despedido a trabajadores de la plataforma de juegos Amazon Luna y de la división de Alexa, el asistente de voz. Otros 260 obreros serán cesanteados en varios centros de trabajo ubicados en California, donde realizan actividades científicos de datos e ingenieros de software.

En el marco de este plan de ajuste, Amazon ha eliminado algunos de sus proyectos, como la telemedicina Amazon Care, la subsidiaria de telas Fabric, y Scout, el robot de entrega a domicilio. Asimismo, está optando por cancelar contratos para la construcción de nuevas naves o centros, como ha ocurrido en las ciudades españolas de Girona, Reus, Sevilla y Vitoria (La Vanguardia, 17/11).

Amazon experimentó un gran desarrollo durante la pandemia, como fruto del crecimiento del comercio electrónico. Sumó centros y empleados en todo el mundo, bajo modalidades precarias de contratación. Ahora que hay un reflujo de esa modalidad de compra, se empieza a desprender -como si fuera material descartable- de personal.

Otras empresas tecnológicas también han avanzado en despidos, como Meta y Twitter.

El secreto de Amazon siempre ha sido la superexplotación y desprotección del personal. Sus almacenes tienen tasas de lesiones que duplican la media del sector; los conductores de Amazon Flex y Amazon Delivery a menudo se hallan tercerizados, no tienen tiempo para ir al baño y están vigilados por cámaras; y los pilotos de Amazon Air están mal pagados y padecen sobrecarga laboral.

“En la sede central de la empresa en Seattle, los trabajadores de cuello blanco son conocidos por llorar en sus escritorios y han presentado quejas sobre la falta de tiempo suficiente para usar el baño” (Jacobin, 23/4/2021). La brutalidad de la compañía se expresó con fuerza cuando una trabajadora, Patty Hernández, sufrió un aborto espontáneo porque la empresa rechazó hacer adaptaciones en su puesto de trabajo durante el embarazo (Público, 24/7/2021).

Amazon ha erigido un sistema policiaco de control, lo que fue acompañado por una feroz persecución para impedir la formación de sindicatos. A pesar de ello, algunos almacenes han conseguido poner en pie organizaciones obreras para defender sus derechos.

Abajo los despidos.