Internacionales
14/8/2025
Bolivia, el 17: votar nulo o en blanco
Repudiar las elecciones proscriptivas y reagrupar fuerzas contra la ofensiva antiobrera y proimperialista.

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Protesta campesina.
El domingo 17 de agosto se realizarán elecciones presidenciales y legislativas en Bolivia.
Las encuestas indican que marchan en la punta dos hombres provenientes de la derecha. Samuel Doria (Alianza Unidad), "exitoso" empresario, encabezaría con 21,5%; seguido por "Tuto" Quiroga (Alianza Libre), exvicepresidente del dictador Banzer, a quien reemplazó en la presidencia en 2001/2, y uno de los denunciados en la “guerra del gas”, con 19,5% de intención de voto (Bloomberg, 8/8). De ser así, habría segunda vuelta entre ellos dos, el 19 de octubre.
Después de 20 años (descontando los meses del golpe que dio lugar al gobierno fallido de Añez en 2019), el movimiento nacionalista burgués, el MAS de Evo Morales, sería desplazado del poder, cuando siempre ganó todas las elecciones en primera vuelta en forma plebiscitaria (más del 50% de los votos).
El MAS está en crisis y disgregación. Se dividió entre la fracción que dirige el actual presidente, Luis Arce, y el líder histórico, Evo Morales. Este último fue proscripto de presentarse como candidato a presidente, para lo que se apeló a distintos argumentos "constitucionales" y hasta a la acusación de estupro contra una menor hace una década atrás.
Crecientemente, se ve la aplicación de la "doctrina" política del imperialismo de proscribir la presentación electoral de opositores nacionalistas burgueses o centroizquierdistas sobre la base de impugnaciones judiciales, para así facilitar el triunfo de candidatos derechistas. Esto se evidenció en Brasil con la destitución de la presidenta Dilma Rousseff (2016) y la posterior proscripción (y cárcel) de Lula Da Silva en 2017 como candidato a presidente, para facilitar el "triunfo electoral" de un derechista como Bolsonaro. El "Poder Judicial" también impugnó la candidatura presidencial de Correa en Ecuador y la de Cristina Kirchner en la Argentina, guionado por la diplomacia pseudo "democrática" y "anticorrupción" yanqui. Lo mismo sucedió con Pedro Castillo, el depuesto presidente peruano.
Al proscribir a Evo Morales, se marginó a la fuerza política con mayor apoyo, especialmente en las comunidades indígenas y campesinas, opositora al gobierno. Luis Arce quería presentarse a la reelección, pero su candidatura no tuvo apoyo popular y renunció al poco tiempo a la misma. En su lugar, nombró como "pollo" del poder al ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo. Este tampoco logró despegar, a pesar de correr con la boleta oficial del MAS. Las encuestas le dan un 2% (si no saca al menos 3%, el MAS perdería la legalidad electoral).
Evo Morales creó un nuevo partido (Evo Pueblo) y lanzó una amplia movilización, con marchas y cortes de ruta contra la proscripción que conmovió a Bolivia. En los últimos choques hubo 6 muertos y decenas de heridos. En el ínterin, Evo fue emboscado por una patrulla militarizada y salvó milagrosamente su vida, como lo evidencia el automóvil todo agujereado por las balas agresoras. Vive encerrado en la comunidad cocalera de El Chaparé, defendido por miles de campesinos que hacen guardia para que no pueda entrar la policía a llevárselo.
Finalmente, su proscripción quedó impuesta, lo que constituyó un traspié para el movimiento de lucha.
Inmediatamente, se presentó Andrónico Rodríguez, presidente del Senado, vicepresidente de la Federación Campesina del Trópico, hasta ahora considerado mano derecha de Evo. Esperaba contar con el apoyo de Evo, pero… este se negó y denunció como una traición su presentación. Empezó con cierto reconocimiento en la intención de voto, pero una a una las organizaciones del MAS le fueron retirando su apoyo (Federación Campesina de La Paz, Federación de Cooperativistas mineros, etc.), siguiendo directivas de Evo. Hoy, las encuestas hablan que está bastante atrás, en el tercero y hasta cuarto lugar electoral. Aunque El País (12/8) considera que las encuestas se hacen preferentemente en un ámbito urbano y no toman en cuenta el rural ni a las comunidades campesinas indígenas. Lo que podría dar alguna sorpresa a favor de Andrónico.
El voto nulo
Evo lanzó una campaña contra las elecciones llamando al voto nulo, impugnando el carácter antidemocrático de las mismas. Los datos de encuestas recogidos por Bloomberg dan 8,1% para el voto en blanco y 13,6% para el voto nulo. Sumados dan 21,7%; por encima del 21,5% de Doria. Históricamente, los votos nulos y blancos no suelen pasar del 5%.
En esta elección pueden terminar saliendo primeros o segundos, canalizando el repudio al gobierno de Arce, a la crisis económica que se vive y a la amenaza de que la derecha vuelva al poder. Esto, sin contar la tendencia a la abstención.
Crisis económica y social
La situación económica se viene deteriorando crecientemente. Bolivia no cuenta con suficientes carburantes: importa el 90% del diésel y el 60% de las naftas. No tiene dólares para mantener una importación constante. Hace más de una década que los combustibles están subvencionados y los intentos de quitar esos subsidios (que se han duplicado del 2023 al 2024: más de 3000 millones de dólares) han sido fuertemente resistidos y finalmente retirados. Es más, hay contrabando de exportación: especuladores ligados al poder compran combustibles subsidiados y los venden a países limítrofes a precio internacional. La escasez de dólares ha creado un dólar paralelo que ha llegado a cotizarse al 100% de dólar oficial (ahora estaría en 60%, debido al ingreso de préstamos otorgados para que el gobierno pueda llegar a las elecciones y transmitir el mando a nuevas autoridades).
Las reservas están prácticamente en cero: en 2014 eran de 15 mil millones de dólares, el año pasado apenas sobrepasaban los 1.000 millones. El riesgo país ha aumentado drásticamente (2.000 puntos), siendo el mayor de Latinoamérica. A pesar de que la deuda externa no es muy abultada (más del 30% del PBI), se destina un 6% del presupuesto estatal para pagar los intereses de la misma y se encuentra al borde del default. El déficit fiscal orilla el 11%.
La lucha política dentro de las filas del MAS potencia esta inseguridad y la crisis económica. La bancada fiel a Evo Morales se negó, en alianza con los diputados de la derecha, votar la autorización al gobierno de contraer deuda para afrontar el corto plazo.
La bancarrota de la política nacionalista burguesa del MAS
Evo echa la culpa de esta crisis económica -que se refleja en un aumento creciente de la inflación y el costo de vida (alcanzando ya un 20% anual)- al abandono, por parte del presidente Arce, del "modelo nacional" del MAS. Pero es justamente ese "modelo" el que ha fracasado. No olvidemos que fue el mismo Arce –ensalzado, oportunamente, como el "exitoso" ministro de Economía de los gobiernos de Evo- el constructor de ese "modelo". Lo que ha fracasado es la política de la burguesía nacional "andina" de desarrollar Bolivia de la mano del arbitraje del Estado en asociación con los monopolios imperialistas para explotar los recursos naturales. Fue la asociación con estos monopolios para explotar la exportación de los grandes yacimientos de gas, en un momento en que los precios de este commoditie estaban altos.
Pero no hubo un real proceso de industrialización, gran parte de los excedentes financieros fueron volcados al pago de la deuda pública y tampoco hubo inversiones para crear nuevas reservas de depósitos de gas. La caída internacional del precio del gas y el "secado" de los yacimientos de estos fluidos significaron una caída en picada de los ingresos de Bolivia y del Estado. Hoy en día Bolivia importa hidrocarburos y no cuenta con los dólares para financiar esas importaciones. Es la crisis de una economía rentista de un país atrasado en un período de crisis económica mundial imperialista. Es lo mismo que le sucedió a la Venezuela chavo-madurista con el petróleo.
Salidas antiobreras y proimperialistas
Todos los candidatos, por supuesto los derechistas, pero también los nacionalistas burgueses del MAS, incluido Evo Morales, plantean la necesidad de un giro abierto y directo hacia la derecha. En primer lugar, levantar los subsidios a los combustibles: es decir un tarifazo contra el pueblo. Algunos dicen de hacerlo en forma paulatina. Todos plantean también diferentes formas de devaluación monetaria. Todos anuncian medidas de racionalización administrativa/financiera para disminuir el déficit presupuestario, lo que implica cierre de reparticiones, despidos de trabajadores estatales y privatizaciones. Nadie plantea enfrentar el déficit no pagando la deuda pública con los monopolios, ni aumentando los impuestos a los grandes empresarios. Se trata todas de medidas de ajuste contra el pueblo trabajador. Parte de los candidatos intentan asimilarse a la imagen de Milei, aunque menos drástica, dado el alto nivel de combatividad del pueblo boliviano. Doria, que va primero, tiene como consigna “100 días, carajo”: promete un shock de medidas para encaminar la economía.
Todos también colocan como prioridad terminar con los cortes de ruta y bloqueos, un arma central de la movilización campesina. Hasta Andrónico, figura del MAS, plantea seleccionar los cortes justos de otros que no lo son (los realizados contra la proscripción de Evo Morales), lo que introduce la intervención judicial/penal/policial en la tipificación de los mismos. En el plano político-institucional los candidatos derechistas plantean abandonar el Estado Plurinacional y volver a la República liberal, lo que significa un ataque en regla a conquistas de las comunidades indígenas, es decir un avance de la reacción política.
La lucha por el litio
Una batalla importante se está dando en torno a la privatización del nuevo recurso natural emergente en el mercado mundial: el litio. Bolivia es uno de los grandes reservorios de este mineral tan solicitado para autos eléctricos y dispositivos electrónicos. En el bicentenario de la independencia de Bolivia, asistimos a una nueva vuelta de la entrega nacional, como lo fueron en el pasado la plata, el gas, etc. Las propuestas van desde vender por anticipado -para que ingresen dólares a corto plazo- un porcentaje de extracción importante del litio, hasta la cesión de concesiones directas. El gobierno de Arce está tratando de dejar cerrado parte de este negociado con empresas extranjeras, antes de retirarse el 8 de noviembre próximo.
Hace meses que Arce pretende que se cierren acuerdos para la producción y cierta industrialización, con Uranium One Group (Rusia) y Hong Kong CBI (China), que han venido siendo frenados. Este martes 12, a escasos días de las elecciones, se forzó la reunión de la Comisión de Presupuesto parlamentaria (3 convocatorias el mismo día, intervención policial, funcionamiento y votación clandestina, etc.) que aprobó el proyecto de la Uranium. Habilitando que próximamente pase a ser discutida y aprobada por ambas cámaras parlamentarias. La oposición derechista y evista se oponía diciendo que fuera el próximo parlamento el que debatiera y aprobara la propuesta.
Votar nulo o en blanco (y organizar la movilización contra el ajuste antiobrero y proimperialista)
Se hace necesario avanzar en la organización de la resistencia obrera, campesina, estudiantil y popular al giro derechista-entreguista que se desarrollará después de la segunda vuelta electoral. El proceso electoral será un prologo y las definiciones sobre la situación política, económica y social de Bolivia vendrán a continuación.
Las elecciones no son secundarias, de ninguna manera. Los que quieren resistir la ofensiva antiobrera y proimperialista que se está armando deben intervenir en este proceso, tratando de reagrupar la protesta obrera-campesina en torno al voto nulo o en blanco. Contra la proscripción y la entrega: voto nulo o en blanco.
El Partido Obrero Revolucionario (POR) de Bolivia llama también a votar nulo o en blanco. Pero lo hace siempre, rutinariamente. El POR no se movilizó contra la proscripción de Evo Morales, sino que se limita a denunciar el “circo electoral”: una posición anarquista. La clase obrera luchó históricamente contra la proscripción a sus expresiones políticas, contra el Estado burgués. Ya sabemos que el Estado es el órgano de dominación de la clase capitalista contra el pueblo trabajador. Pero luchamos por poder intervenir en los procesos electorales con un programa socialista revolucionario y también para que puedan intervenir todas las expresiones políticas (pequeñoburguesas, etc.) de diferentes clases y colores.
Una gran votación por el voto nulo o en blanco (ni hablar si se impone como primera minoría) creará mejores condiciones políticas para enfrentar la ofensiva en marcha contra el pueblo. De hecho, si saliera en primer lugar este voto opositor a las elecciones proscriptivas, se plantearía la lucha por impedir la asunción del nuevo gobierno derechista e imponer la convocatoria a nuevas elecciones, sin proscripción alguna, solo con el tramite de inscripción (habilitando también la participación de fuerzas a la izquierda del MAS). Es el pueblo el que debe votar libremente, no un grupo de jueces venales comprados.
El fracaso de esta nueva experiencia nacionalista burguesa (MAS) plantea con fuerza la recuperación de los sindicatos, hoy en manos de una burocracia sindical subordinada al Estado burgués, y la constitución de un partido obrero independiente y revolucionario.

