Políticas
12/8/2025
Respuesta a la cadena nacional de Milei
Editorial de Gabriel Solano en 14 Toneladas T2E28.

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Milei en cadena nacional.
El día viernes, el gobierno hizo una cadena nacional. Es interesante este hecho porque la cadena nacional, en general, representa una medida autoritaria de Estado: impone a toda la sociedad escuchar a un presidente que, en principio, si no fuese porque se bloquean todas las señales de televisión y de radio, no escucharía. Y uno entiende que una cadena nacional está reservada para momentos muy trascendentales de la vida política de un país, pero el gobierno de Milei la utilizó en varias ocasiones.
En este caso concreto, tenía el siguiente propósito: justificar los vetos que aplicó a leyes votadas por el Congreso a una ley que incrementa las jubilaciones mínimamente en unos $60.000 para los que cobran la mínima, el veto también a la moratoria previsional y otro veto a la asistencia a las personas con discapacidad. El gobierno decidió vetar estas leyes en nombre del superávit fiscal.
Además, el gobierno anunció en esta cadena nacional que vetará, si finalmente el Senado las aprueba, las leyes que en esta semana que pasó aprobó la Cámara de Diputados a favor del Garrahan, aumentando el presupuesto para su funcionamiento y para el salario de los trabajadores; a favor de las universidades, incrementando también el presupuesto para que se recompongan los salarios, y anulando una serie de resoluciones que había aprobado el ministro de Desregulación que, por ejemplo, buscaba despedir trabajadores del Inti y cerraba Vialidad Nacional. Si se terminan aprobando en el Senado y se convierten en leyes, el gobierno también dice que las va a terminar de vetar. Un régimen de vetos permanentes.
Y añadió en sus anuncios algo que llamó mucho la atención: que iba a darle una orden al Ministerio de Economía para que no pueda utilizar ningún tipo de recurso de emisión monetaria para financiar el gasto ordinario. Y, en segundo lugar, anunció el envío de una ley al Congreso por la cual se iba a aplicar la Ley penal contra los diputados y senadores que aprueben leyes que terminen perjudicando este superávit fiscal. Muchos constitucionalistas consultados salieron a rechazar categóricamente estos anuncios, juzgándolos como inconstitucionales. Pero políticamente tienen un significado que tenemos que analizar, porque un gobierno que pretende ejercer el poder permanentemente con vetos sistemáticos a las leyes votadas por el Congreso, en última instancia tiende a cerrar el Congreso; porque el veto ya no se convierte en una medida excepcional frente a una u otra ley, sino que es el método político permanente de gobierno. Y ya no solo eso, sino que ahora se le añade el intento de penalizar individualmente a un diputado o senador -que aparte tiene fueros para poder actuar en su respectiva cámara, para la cual fue electo por el pueblo- si vota leyes que el gobierno entiende que perjudican este superávit fiscal; por ejemplo, si nosotros, que hemos hecho propuestas durante la campaña electoral de incrementar los salarios, las jubilaciones, el presupuesto universitario, somos electos y vamos a la Cámara y votamos de acuerdo al mandato que nos dio el pueblo, si se aprueba la ley seríamos susceptibles de recibir un castigo penal, es decir, eventualmente ser encarcelados. En los países en general los fueros parlamentarios son concebidos como una defensa del legislador frente al Poder Ejecutivo, que tiene una acumulación de poder mucho mayor. Y en este caso concreto uno puede percibir una amenaza al Congreso e incluso más una tendencia, una especie de fujimorización del gobierno. Porque si el gobierno gana las elecciones de octubre, lo que es una posibilidad, aunque con un resultado módico como ganó por ejemplo las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires, muy difícilmente -es casi imposible por los cálculos que tenemos de cómo hacer ese reparto de diputados y senadores- obtenga una mayoría parlamentaria; es decir que podría invocar un módico triunfo, pero sin embargo no va a tener mayoría parlamentaria, y si no tiene mayoría parlamentaria el Parlamento puede seguir votando leyes como la que estos días vimos.
Entonces, puede ser un anuncio también de que el gobierno avance contra el Congreso de una manera más directa, porque es muy difícil pensar que los diputados o los senadores van a votar una ley como esta. Imagínense un diputado que vote ser penalizado o un senador que vote ser penalizado, eso no va a prosperar; pero lo que queda sobre la mesa es la amenaza del gobierno de avanzar contra el Congreso. El intento de una especie de fujimorización está inscripto como una de las variantes de la situación política argentina, porque un gobierno que aplica un ajuste tan brutal, que él mismo califica como el más importante de la historia, no puede no chocar con otras instituciones parlamentarias.
Y esta tendencia a una fujimorización está presente en otros aspectos de situación política. Un aspecto interesante -después lo vamos a analizar con más rigor al momento de ver las alianzas- es el acuerdo con el PRO, porque el acuerdo con el PRO no es solamente una sumisión del PRO a La Libertad Avanza sino que es también su renuncia a las banderas que lo habían caracterizado al momento de su fundación. ¿Cuál era la bandera de PRO? La de la defensa de la República, utilizada contra el kirchnerismo y las medidas estatistas que son clásicas del nacionalismo burgués. Entonces era una derecha de tipo republicana que invoca la Constitución Nacional para oponerse a medidas estatistas de un gobierno nacionalista burgués. Nosotros siempre nos opusimos a las medidas de los gobiernos nacionalistas burgueses desde el punto de vista de un programa de los trabajadores y la derecha invocaba en esa oposición cuestiones de orden republicano; este partido que se funda con estas banderas supuestamente republicanas las baja completamente para someterse a los dictados de La Libertad Avanza; bajando también parte de la burguesía la defensa del republicanismo.
Y en la cadena nacional que vimos el otro día pasó un hecho también interesante: dentro del equipo económico estaba el presidente del Banco Central. Esta derecha tipo PRO, en el pasado, se la pasaba todo el tiempo hablando sobre la independencia del Banco Central contra el kirchnerismo. En esta ocasión el PRO se va con La Libertad Avanza sin importarle para nada que el Banco Central se haya convertido en una dependencia completa del Ministerio de Economía y del propio presidente. Ya nadie habla de la autonomía del Banco Central, ya nadie habla de independencia del Banco Central; por el contrario, el Banco Central es sometido directamente por el Poder Ejecutivo. Entonces uno ve en esta situación cómo el gobierno intenta concentrar el poder para aplicar un ajuste que, insisto, es brutal. Por eso muchos constitucionalistas entienden que son medidas que no deberían aprobarse y que en el caso de que fuesen aprobadas, la Justicia no debería permitir que se implementen porque son inconstitucionales. Este contexto que estamos viendo y cómo la derecha republicana clásica se somete a los dictados de Milei habla de que los ajustes que se tienen que aplicar requieren medidas excepcionales, medidas excepcionales de fuerza, el sometimiento de todas las instituciones representativas y plantea, por lo tanto, un choque importante entre las clases.
En el pasado estas cosas ya se han visto. Yo recuerdo muy bien cuando Menem quiso lograr su reelección -está presente ahora en la serie de Menem, que mucho se ha visto por las redes y que está también en los canales, en las redes sociales- y no podía hacerlo porque estaba prohibido por la Constitución Nacional; y quería que Alfonsín le firme un acuerdo para convocar una Asamblea Constituyente y modificar la Constitución, pero el radicalismo se oponía, se resistía a esto. ¿Qué fue lo que hizo Menem? Amenazó con convocar un plebiscito para que la ciudadanía se pronuncie, un plebiscito que no estaba establecido en la Constitución Nacional. El alfonsinismo finalmente se aviene a un acuerdo con el menemismo, modifica la Constitución y habilita la reelección invocando el alfonsinismo que si se convocaba el plebiscito estaría en riesgo la democracia; nunca se le ocurrió enfrentar este intento golpista -así nace esta nueva Constitución, con un intento golpista- mediante una movilización democrática, se somete y Menem logra la reelección, una reelección que pedía gran capital internacional. ¿Por qué vale remontarse a la historia y tener en cuenta este ejemplo? Porque frente a la amenaza que acaba de realizar Javier Milei por cadena nacional al Parlamento, considerando los intereses de clase que tiene el resto de la oposición capitalista, es de pensar que se pueda allanar a esta amenaza y que una fujimorización no se termine de concretar por el simple hecho de que el Congreso se someta a los dictados de Milei. Porque Milei... ¿Qué dice? "Después de las elecciones tenemos que avanzar en las reformas estructurales, la reforma laboral -que sabemos lo que significa: liquidar directamente la legislación laboral de Argentina-, la reforma previsional -que en el fondo pretende habilitar nuevamente en Argentina un sistema privado de previsión social, como fueron las AFJP de los 90- y una reforma impositiva -que coloque todavía más impuestos al consumo y le quite más recursos a las provincias. Y estas reformas, cuando se apliquen, provocarán un crecimiento de la Argentina y va a venir la inversión extranjera".
Una inversión extranjera que hasta ahora nunca ha venido, sino al revés. Y ese intento de chantajear al Congreso es un intento de someter a la oposición que tiene el gobierno desde el punto de vista del capital: el peronismo, sectores del radicalismo, de la Coalición Cívica, de esta coalición de gobernadores que se acaba de formar. Y viendo lo que ocurrió el pasado y los intereses que ellos defienden, es de pensar que esta amenaza puede prosperar. Finalmente, toda alteración del régimen político, más que un ataque a la democracia, es un ataque a los trabajadores; es la forma que adopta en el plano del régimen político un ataque a los trabajadores, que es el objetivo final.
Entonces, para los trabajadores es importante sacar una conclusión: no podemos posicionarnos frente al gobierno con una expectativa de resguardo a estos intentos reaccionarios de tipo golpistas y confiando en la propia oposición burguesa o en que hace falta un frente democrático en defensa de las instituciones. Eso no va a pasar. La lucha contra el gobierno depende fundamentalmente de la acción de los trabajadores. Por eso estamos impulsando este plenario el día sábado, del activismo obrero; por eso estamos impulsando las luchas de los trabajadores del Garrahan, las universidades, la lucha contra los despidos en defensa de las paritarias. Solo de una acción de los trabajadores muy fuerte puede venir una derrota del gobierno, no va a venir desde el campo de la oposición burguesa que por sus propios intereses es cómplice de los intereses que cobija el oficialismo.

