Internacionales

22/12/2025

China alcanza un superávit comercial de un billón de dólares

“Occidente” se preocupa y China también. Se avecina un recrudecimiento de la guerra arancelaria y el proteccionismo.

Crecen las exportaciones del gigante asiático.

El extraordinario superávit comercial alcanzado por China, de más de un billón de dólares, ha sido un bombazo para el establishment internacional. No solo porque el gigante asiático superó un récord mundial -a pesar de que aún resta incorporar el saldo del mes de diciembre-  sino especialmente porque lo logró en el año del relanzamiento de la guerra comercial. Es que, justamente, la ofensiva arancelaria de Trump tuvo como uno de sus objetivos fundamentales poner un coto a las importaciones norteamericanas desde China, con el objetivo de revertir el déficit comercial y alentar un proceso de reindustrialización de Estados Unidos.

Los mandamases del “mundo occidental” han encendido las alarmas. Es que Europa y América Latina se inundan de fabricaciones chinas que socavan sus industrias y balanzas comerciales. Pero las alarmas también se han encendido en el gigante asiático. Su dependencia de las exportaciones y las tendencias proteccionistas llevan el foco de atención a su economía doméstica, que enfrenta contradicciones de fondo.

El récord exportador

Entre enero y noviembre, el superávit comercial chino alcanzó los 1,08 billones de dólares, un récord histórico impulsado por el crecimiento de las exportaciones, contra un menor aumento de las importaciones. El crecimiento de las exportaciones chinas en 2025 se explicó, sobre todo, por su fuerte capacidad manufacturera, por la baja cotización del yuan y por el adelantamiento de compras de distintos países ante la expectativas de nuevos aranceles. A su vez, la maniobra china de enviar parte de su producción destinada a EE.UU. a terceros, con el objetivo de evadir los aranceles, evitó el desplome de sus exportaciones. Un artículo del Financial Times, titulado “Como China logró un superávit comercial de 1 billón de dólares. Pekín se recupera del daño causado por la guerra comercial de Trump”, detalla los destinos y la naturaleza de las exportaciones chinas.

A pesar de la caída de las exportaciones hacia Estados Unidos, que registraron una contracción interanual del 29% en noviembre, China compensó esa pérdida redirigiendo sus exportaciones hacia el Sudeste Asiático, África, Europa y América Latina. Como habíamos señalado, una parte de las exportaciones chinas dirigidas al Sudeste Asiático o México tuvieron como destino último Estados Unidos. El trasbordo fue el artilugio para evadir los aranceles norteamericanos. De hecho, los aranceles del 40% impuestos por EE.UU. a Vietnam fueron, justamente, para bloquear los productos chinos. Pero todo indica que el crecimiento de las exportaciones al Sudeste Asiático trascendieron los trasbordos, pues el superávit de China con la región creció con respecto a 2024 en 54 mil millones de dólares. En octubre de este año, Xi Jinping firmó con los mandatarios de los países de la Asean una ampliación de su acuerdo de libre comercio. En los primeros 11 meses del año, el superávit interanual de China con África creció en 27 mil millones de dólares, con Europa en 20 mil millones y con América Latina en 9 mil millones.    

Otro aspecto importante que apunta el artículo del Financial Times del fenómeno chino es que el superávit comercial no sólo reflejó el volumen de las exportaciones. También mostraron un cambio en su composición, con un crecimiento de los bienes de mayor densidad tecnológica: automóviles eléctricos, baterías y componentes electrónicos, entre otros. Según el artículo, el sector automotriz aportó una parte sustancial de este excedente, con un superávit estimado en unos 66.000 millones de dólares en los primeros diez meses del año. Se trata de un cambio extraordinario, pues hace tan solo tres años, en el sector automotriz, China mantenía un déficit con el resto del mundo.

Es interesante el señalamiento que hace el artículo de que, en los primeros 10 meses de 2025, poco más de una cuarta parte del total de las exportaciones chinas (837.000 millones de dólares) provinieron de empresas con inversión extranjera, como Apple, Volkswagen, etc.. En la serie histórica, esto refleja una caída significativa de la participación de la inversión extranjera en las exportaciones chinas. Pues hay que tener en cuenta que en 2005 esa participación era del 58% y en 2015 del 44%. El 25% de participación de inversiones extranjeras en las exportaciones equipara a China, en este punto, con EE.UU., Francia y otras potencias. 

Occidente se alarma y presiona

Como no podía ser de otra manera, el superávit comercial chino despertó las alarmas de “Occidente”, no sólo de los líderes europeos y del FMI sino también de los latinoamericanos. 

El presidente francés, Emmanuel Macron, luego de su visita a China a principios de diciembre, donde alertó del “riesgo a una desintegración del orden internacional” (El País 4/12/25), dejó en claro que si no se reequilibran las relaciones económicas mediante la cooperación entre la UE, China y EE. UU., “Europa no tendrá más remedio que adoptar medidas más proteccionistas” (Financial Times 16/12/25). En el mismo sentido se pronunció Kristalina Georgieva, la directora del FMI, al señalar que el “crecimiento impulsado por las exportaciones chinas corre el riesgo de aumentar las tensiones comerciales globales” (Financial Times 9/12/25). De conjunto, el FMI y los mandatarios y empresas de la Unión Europea hicieron eje en reclamar medidas para impulsar el consumo interno chino y criticar lo "infravalorado" que está el renminbi, que se ha depreciado un 7,5 por ciento frente al euro en 2025. Según distintos economistas, el tipo de cambio efectivo real de China (establecido en base a un promedio ponderado frente a una canasta más amplia de monedas) se ha depreciado un 18 por ciento desde su pico en marzo de 2022, algo que, obviamente, ayuda a los exportadores chinos.

De yapa, como si el “problema chino” no fuera suficiente, la Unión Europea no logra cerrar su acuerdo de libre comercio con el Mercosur. El acuerdo fue diseñado, justamente, para abrir el Cono Sur a la colocación de manufacturas europeas a cambio de ampliar el cupo de ingreso de productos agropecuarios del Mercosur al mercado europeo. Pero el acuerdo volvió a entrar en crisis. Fundamentalmente por una resistencia cerrada del agro europeo (en particular el francés) que ve amenazada su competitividad y se está rebelando contra el cierre del acuerdo.

Las tensiones con las exportaciones chinas también emergen desde América Latina. El Congreso mexicano, por iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum, acaba de aprobar aranceles de hasta el 50% contra 1.400 productos chinos. Es que, desde 2020, las importaciones mexicanas desde China han crecido en un 75 por ciento. De hecho, durante el primer semestre de este año, México fue el mayor comprador mundial de automóviles fabricados en China y batió su propio récord de importaciones desde el gigante asiático. Pero una gran parte de esas importaciones fueron reexportadas a los EEUU. Este mecanismo entra en crisis con los aranceles que acaba de votar el parlamento mexicano. Es evidente, entonces, que las medidas proteccionistas adoptadas por Sheinbaum contra la avalancha china tienen por fundamento complacer a Trump. Que en 2026 se renegocie el T-MEC, el tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (que podría no renovarse y establecerse en su reemplazo acuerdos bilaterales) nos da una pista de por donde viene la medida defensiva impulsada por Sheinbaum. Así se encargó de resaltarlo el asesor principal de Trump para comercio y manufactura, Pedro Navarro, afirmando que “uno de los socios comerciales más cercanos de Estados Unidos está alineando abiertamente su muro arancelario con el de nuestro país para bloquear la maquinaria exportadora depredadora de Pekín” (Financial Times 16/12/25). Así es como una representante del progresismo y el “Sur global” (Sheinbaum) hace proteccionismo contra los voceros del “multilateralismo” (Xi Jinping), en defensa del “libre mercado” con el vocero del proteccionismo (Trump). Paradojas del capitalismo del siglo XXI. 

Desde donde también se oyeron las quejas contra China fue de parte de los principales burgueses de nuestro país -el Estado geográficamente más alejado del gigante asiático. Paolo Rocca, que se encuentra fuertemente alineado con el gobierno libertario de Javier Milei, salió a quejarse de la política “predatoria” del gigante asiático y a reclamar medidas proteccionistas ante la iniciativa de Bulgheroni de importar tubos desde China para la industria hidrocarburífera. Un mes atrás, el otro gran burgués nacional, adherente al libertarismo y titular de Mercado Libre, Marcos Galperín, también reclamó medidas proteccionistas contra la avalancha importadora china a través de Temu y Shein. Como se ve, lo que determina las adhesiones a un mayor “liberalismo” o “proteccionismo” son las ganancias, no la ideología. 

El problema chino

Que la República Popular haya salido airosa de la guerra comercial en 2025 no significa que la partida esté resuelta. China ha ganado, en todo caso, apenas un round. Que en los últimos dos años el crecimiento económico chino haya dependido especialmente de su balanza comercial superavitaria plantea una perspectiva de crisis. Es que la demanda externa tiende a desplomarse. Sea porque se recrudece la guerra arancelaria, porque se produce un colapso de la burbuja financiera en torno a la inversión en inteligencia artificial, por el fin del carry trade japonés, por un avance de las tendencias recesivas o por una combinación de todos estos elementos.

La dependencia de China de sus exportaciones es la confesión de las contradicciones que atraviesa su economía doméstica. Un reciente comunicado del staff del FMI -a pesar de destacar la resiliencia de China y de revisar al alza las proyecciones de su crecimiento económico para 2025 y 2026- alerta sobre “los continuos desequilibrios” del gigante asiático. El informe del staff señala que el “prolongado ajuste del sector inmobiliario, las repercusiones en las finanzas de los gobiernos locales y la débil confianza del consumidor han provocado una débil demanda interna y presiones deflacionarias” (IMF Staff completes 2025 article IV mission to the People's Republic of China). En el informe, el staff del Fondo destaca las medidas de estímulo del gobierno chino, que haya “aumentado la edad jubilatoria” y que estén “implementando canjes de deuda de los gobiernos locales”. ¿Qué tal? La potencia emergente enfrenta, tempranamente, los efectos clásicos de las crisis capitalistas y los aborda con las recetas clásicas del capital. El derrumbe de la inversión de capital y la debilidad del consumo chino han llevado a una reunión de emergencia de los altos dirigentes del PCCh, que estaría elaborando medidas de emergencia para afrontar esta situación. Sin embargo, todavía no se conoce en qué consisten y ni qué resultados tendrán.

El extraordinario superávit comercial chino ha sacado a relucir muchas de las grandes contradicciones que enfrenta el capitalismo mundial. La clase obrera internacional se debe dotar de un programa y una estrategia para luchar por sus intereses inmediatos e históricos.

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