Políticas
19/12/2025
El recule del gobierno con el tratamiento de la reforma laboral
El tratamiento en el Congreso de la reforma antiobrera pasó a febrero.
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Comisión del Senado.
El gobierno nacional sufrió su segundo traspié en su agenda reaccionaria en el Congreso, con la postergación del tratamiento de la reforma laboral para febrero, luego de que se hiciera todo lo posible para tratarla de forma exprés antes de fin de año. Un día antes, el oficialismo había sido derrotado en su pretensión de suprimir de un plumazo, con el proyecto de Presupuesto 2026, la Emergencia en Discapacidad y la Ley de Financiamiento Universitario. En el medio emergió una movilización obrera y popular, a pesar de las limitaciones de la convocatoria de la burocracia sindical que da cuenta de la reservas de lucha de los trabajadores para derrotar a Milei.
La postergación del tratamiento de la reforma laboral es un nuevo indicio de la endeblez del esquema oficial, que aspiraba a una votación exprés, ante del cierre de año, acicateado por la aceleración de la crisis económica y por la caída de los acuerdos financieros con los Estados Unidos que dejan más expuesto que nunca a un gobierno económicamente a la deriva.
No alcanzó el “reforzamiento libertario” en el Congreso tras las recientes elecciones nacionales, ni los acuerdos de última hora con los gobernadores a cambio de asignaciones discrecionales de recursos –llámese coimas-, para imponer su agenda reaccionaria cuando consideraba contar con el capital político suficiente para imprimir un retroceso en los derechos y conquistas de los trabajadores.
Como antecedente inmediato del fallido avance de la reforma laboral, que ahora deberá pasar a mediados del mes de febrero, estuvo el fracaso del gobierno de imponer la derogación de la Ley de Financiamiento Universitario y la Emergencia en Discapacidad en el articulado del proyecto de Presupuesto 2026 en su media sanción en Diputados.
Lo más probable ahora es que el gobierno nacional utilice las próximas semanas para aceitar una cuerdo con los gobernadores y la oposición patronal, para llegar a febrero sin “sorpresas” ni sobresaltos, incluso con la burocracia sindical para negociar uno u otro artículo a cambio de la entrega de los trabajadores, lo que obliga a los trabajadores y el activismo a desenvolver una intensa campaña entre la población, denunciando el carácter esclavista de la reforma laboral y organizando su rechazo en las calles y con los métodos de lucha de la clase obrera.
Con esta metodología es con la cual el oficialismo obtuvo dictamen para tratar en sesiones la modificación de la Ley de Glaciares, dando cuenta de la “versatilidad” de los representantes políticos del peronismo y la oposición patronal, que se aprestan a negociar las reformas antiobreras con Milei.
La jornada de lucha de este 18 de diciembre contó con el límite de una burocracia sindical que no convocó a movilizar masivamente y no preparó la acción con asambleas y deliberaciones previas, ni acompañó la misma con el paro de actividades para garantizar su masividad. Aún así, se trató de una primera reacción obrera importante que pone de manifiesto la necesidad de un plan de lucha, con paros y movilizaciones, para derrotar al gobierno de Milei, sin ninguna expectativa en la apertura de negociaciones ni la integración de la CGT y las centrales obreras a ninguna mesa de diálogo que sirva a rescatar un programa reaccionarios y enemigo de los trabajadores.
El gobierno nacional no tiene la vaca atada como se jacta, lo que no implica que carezca de la fuerza para imponer su ofensiva en febrero, lo que le otorga a los trabajadores una oportunidad para derrotar esta ofensiva en las calles, con el paro, la huelga y la movilización.
