Prensa Obrera habló con Panogiotis “Panos” Xoplidis y Chris Kaloydas, militantes de la Corriente Nueva Izquierda por la Liberación Comunista (NAR) de Grecia, quienes arribaron a Buenos Aires esta última semana para presenciar el XXIX Congreso del Partido Obrero y participar de la reunión internacional y acto en la Facultad de Ciencias Sociales, con delegaciones de diez países. El reportaje se concentró en la situación griega.

Nos sorprendió positivamente la huelga ferroviaria que estalló tras el choque de trenes de febrero de 2023. ¿Hay una reactivación del movimiento obrero griego?  

Panos: No fue solo un paro de obreros ferroviarios sino que fue un paro general, pero desafortunadamente no tuvo una continuidad. Vimos las concentraciones probablemente más masivas de la última década en Grecia. Se dio la situación que esas grandes manifestaciones fueron en el comienzo del período preelectoral, antes de las elecciones generales, y predominó en el movimiento obrero, por la vía de los partidos que intervienen allí (como el KKE -partido comunista-, Syriza y otros partidos), una política de no profundización del movimiento que se había desatado. En nuestro caso, como NAR, hicimos campaña por la renacionalización de la empresa ferroviaria, pero ese no fue el caso de esos partidos de izquierda y los sindicatos, que tomaron la dirección opuesta, de desmovilización. Este rasgo de parlamentarismo no permitió que hubiera una continuidad y que este movimiento se volviera más poderoso.

La privatización del sistema ferroviario involucra a todos los grandes partidos (Pasok, Syriza, Nueva Democracia)…

Panos: Sí, este programa de privatizaciones empezó mucho antes del memorando de la Unión Europea y el FMI, desde los ’90 y principios del 2000. Fue parte de una ofensiva neoliberal que se fue extendiendo a distintos sectores, incluyendo a la educación. El gran conflicto que tuvimos este año fue un planteo privatista sobre las universidades, que planteaba la implementación de universidades privadas.

¿Por qué, a pesar de las políticas de ajuste, el gobierno de Nueva Democracia (ND) consiguió el año pasado la reelección?

Chris: Luego del referéndum de 2015 que rechazó el memorando de la Unión Europea, y de todo el desarrollo del gobierno de Syriza, se generó una gran decepción, un gran proceso de desmovilización y esto ha sido una situación muy dura de la que reponerse. La percepción general no fue solo de una derrota del gobierno de Syriza sino de un desastre generado por un gobierno que se consideraba de izquierda radical y terminó agravando la situación que se estaba viviendo. Este desenlace político ha complicado incluso más la situación para que las verdaderas organizaciones de izquierda y comunistas puedan desarrollar su intervención.

Pero no es estática la situación. Es cierto que en la primera elección general, luego del desastre ferroviario, Nueva Democracia sacó el 41% de los votos y lo usó sistemáticamente como un ícono. Ante cualquier crítica dirigida contra el gobierno, ellos decían: “nos votó el 41%”. Pero luego, en las elecciones europeas, ND cayó al 28% y eso fue compensado por un crecimiento de distintos partidos de ultraderecha. Hay dos patas del régimen: la pata de izquierda sigue en crisis luego del desastre del gobierno de Syriza y en la derecha hay un proceso de reorganización. De alguna manera, se está viviendo cierto vacío de poder político.

¿El NAR participó de esas contiendas electorales?

Panos: Sí, hemos intervenido con el frente Antarsya en estos procesos electorales, hemos desarrollado un programa anticapitalista contra los partidos burgueses. Creemos que ningún gobierno burgués puede cambiar la situación de Grecia, y lo que hemos presentado no es un programa de qué haríamos en los primeros 100 días de gobierno, sino que es el programa de cuál es la perspectiva de la revolución socialista en el 2024 en Grecia, cuál es la transformación que queremos plantear junto a la clase obrera, y que al mismo tiempo esto permita dar nuevos pasos en la clase obrera para las próximas luchas.