Internacionales
15/4/2025
Ecuador: apuntes políticos sobre el ballotage
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Estudiante de Ciencia Política de la UBA y migrante ecuatoriano en Argentina
Carteles de campaña de Noboa y González
El domingo 13 de abril se desarrolló el ballotage entre el candidato de Acción Democrática Nacional (ADN), Daniel Noboa, miembro de una de las familias más ricas del país, dueña de empresas exportadoras de banano, y la candidata de Revolución Ciudadana, Luisa González, es decir, el partido del expresidente Rafael Correa. La autoridad electoral, el CNE, después de cinco horas de haber cerrado las urnas declaró ganador de la contienda al aspirante a la reelección, informando que le sacó más de 10 puntos de ventaja a González (55,83%, contra 44,17%), esto con el 92% de actas escrutadas válidas (es decir, al momento de escribirse esta nota).
La candidata del correísmo se pronunció tempranamente al conocer los resultados, y denunció un fraude electoral basándose en que las tendencias de encuestadoras le daban en su mayoría una diferencia mínima a su favor, entre otros argumentos.
El correísmo y su campaña
Más allá de estas denuncias, es importante hacer un examen crítico de la campaña del correísmo. En los discursos de González hubo planteamientos derechistas como proponer la deportación de migrantes venezolanos que estén de manera irregular en el país (a lo Trump), o firmar acuerdos conservadores con grupos religiosos cristianos en contra de sentencias significativas de la Corte Constitucional de reconocer los protocolos de identidad de género de los estudiantes en escuelas y secundarios.
El correísmo priorizó un voto conservador, y en ningún momento hubo un real acercamiento discursivo y territorial a la clase trabajadora del país.
Noboa, el multimillonario
Noboa ganó las elecciones adelantadas de 2023 (tras el decreto de la muerte cruzada que disolvió la Asamblea Nacional) presentándose como outsider y diferente a la vieja política. Es hijo del empresario Alvaro Noboa, que intentó llegar a ser presidente sin éxito en el pasado, y que es dueño de la empresa agroexportadora de banano más grande del país, cuyo grupo empresarial es, a su vez, el mayor deudor del Ecuador.
La gestión de Noboa se ha visto marcada por los desaciertos políticos, por no decir desastres como la invasión a la embajada mexicana para capturar un perseguido político del correísmo, o la donación de armas rusas a Ucrania en pleno conflicto bélico con Rusia, además del posicionamiento (funcional al sionismo) por el cual se abstuvo en el voto en las resoluciones en las Naciones Unidas respecto a las masacres contra el pueblo palestino.
Noboa, sin embargo, ha resaltado principalmente a nivel mundial por declarar en el país el estado de “guerra armada interna” contra los grupos de la delincuencia organizada que han ido copando posiciones. Ante esto, Noboa, imitando una política “bukelista”, dictó el estado de emergencia e impuso la militarización permanente del país.
Ha sido la criminalización y racialización de las infancias y juventudes de los sectores populares lo que causó la desaparición forzada a manos de las Fuerzas Armadas de los cuatro niños afrodescendientes de las malvinas, barrio marginal en Guayaquil, donde jugaban al futbol; a ellos los encontraron calcinados lejos de sus hogares, cerca de una base de la fuerza aérea en el sector rural de Taura, con indicios de tortura y disparos de bala en el cráneo (actualmente los 16 involucrados están detenidos por desaparición forzada). Pero esto no es un caso aislado, ya que hay más de 42 personas detenidas y desaparecidas por las Fuerzas Armadas, de las cuales 9 son menores de edad, lo que está en investigación por parte de la Comisión de Derechos Humanos.
Esta aspiración bukelista llevó al país en enero a tener el mayor registro de homicidios (731), 227 más que en 2024. Los bolsillos populares se han visto gravemente afectados por el clima de crisis social, sumado a lo cual, se han perdido más de 100.000 empleos formales en este año de gobierno. La política del ajuste y los recortes es fiel a los acuerdos que el gobierno tiene con el FMI donde cada vez se toma más deuda para cubrir la misma.
Las directrices económicas del organismo internacional han pasado por desahuciar el presupuesto de áreas vitales como educación y salud. Y en este 2025 se produjo el desastre ambiental del derrame de petróleo en la provincia de Esmeraldas por parte de la petrolera estatal y su negligente gestión, la gota que derramó el vaso.
Maniobras electorales
Este proceso electoral se ha visto marcado por la parcialidad política de parte de la autoridad electoral, el CNE, que ha demostrado ser un bastión político del Movimiento ADN proscribiendo a figuras opositoras de la derecha como Jan Topic, o la separación y censura política de Verónica Abad, vicepresidenta del país, que se enfrentó a Noboa.
Aunque Noboa no solicitó la licencia por campaña electoral como exige el código de la democracia y participó de la campaña mientras realizaba el rol de presidente en funciones, el CNE guardó silencio durante todo el proceso. Además, Noboa hizo campaña política con los recursos públicos de las instituciones del Estado y sus logotipos, lo que muestra que la competencia electoral no fue nada justa: la maquinaria electoral del partido de Noboa fue respaldada y financiada por el Estado, y favorecida por el CNE.
Varios movimientos y organizaciones opositoras cuestionaron, a días del ballotage, la reubicación de los recintos electorales (en lugares donde había ganado por mucho el correísmo en otras elecciones) a última hora con el pretexto de la jornada invernal; el uso del aparato estatal para entregar bonos y realizar pagos de última hora; el impedimento a delegaciones de veedores internacionales para entrar al país; cadenas nacionales transmitidas con proselitismo hasta cuatro veces al día en silencio electoral (veda), etc. Todo esto alimenta las sospechas en torno a los resultados.
Una salida
El gobierno ajustador y represivo de Noboa es incompatible con las necesidades de la clase trabajadora del país, la cual requiere una organización política independiente tanto de la derecha como del nacionalismo burgués que representan Correa y González.
