La lucha por el triunfo de la resistencia palestina es internacional

Contribución del Partido Obrero hacia la conferencia en Madrid en apoyo al pueblo palestino.

Palestina.

El encuentro de organizaciones palestinas e internacionales que apoyan la resistencia palestina -que se realizará en Madrid los próximos 7 y 8 de noviembre- se hace en un momento trascendental. Después de más de dos años de resistencia contra una guerra genocida en Gaza, Trump y Netanyahu están tratando de imponer una “salida” prosionista y proimperialista a la lucha histórica que se viene librando desde hace más de un siglo contra el colonialismo y la opresión, y que ha dado un salto con la Nakba de 1948 en la constitución formal del Estado Sionista de Israel.

La actual guerra genocida se ha regionalizado

Como ya ha sucedido en el pasado, el Medio Oriente es un escenario central de conflictos interimperialistas por el dominio de la riqueza de la región y el sometimiento de sus pueblos a la superexplotación. La expansión capitalista y su transformación en imperialista han entrado en una etapa de crisis y parasitismo provocando guerras imperialistas y revoluciones contra este rumbo asesino y reaccionario. En la primera guerra mundial por desbrozar el caduco Imperio Otomano a favor de la colonización anglofrancesa. En la segunda guerra mundial por un reparto del mundo árabe entre las potencias fascistas (Alemania e Italia) y los “aliados” (Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos).

En la actualidad, en el tránsito hacia una nueva guerra mundial. La guerra de la Otan contra Rusia en Europa y la de Israel y de la Otan contra Gaza están directamente unidas. Junto a los apetitos de saqueo de las potencias occidentales, Rusia ha mostrado querer conquistar un lugar de potencia mediante anexiones territoriales y el sometimiento de otros pueblos, o sea la voluntad de replicar, a la medida de sus capacidades, la dominación imperialista. Los Brics no tienen un carácter progresivo frente a Estados Unidos y Europa, sino que disputan su lugar en el mismo sistema de explotación mundial. La continuidad de sus relaciones con Israel durante el genocidio es una desmentida más de cualquier pretensión de tipo antiimperialista o buscadora de la paz.

La guerra genocida de los sionistas-imperialistas contra los palestinos en Gaza se ha regionalizado con bombardeos y acciones militares contra Líbano, Siria, Yemen, Irak, Catar e Irán. Se propone una modificación de regímenes políticos y del mapa geopolítico de la zona. Netanyahu ha planteado con claridad la búsqueda de anexionar más territorios para una “gran Israel”, que aumente su valor como avanzada occidental no solo en Medio Oriente sino con un ojo puesto en la disputa geopolítica global.

Se trata de uno de los escenarios más críticos de la lucha de clases y la ofensiva imperialista contra los pueblos.

Un convocatoria basada en un programa de lucha

En este marco, queremos saludar, en primer lugar, que este Encuentro se pronuncia, abierta y claramente, definiendo al “proyecto sionista” como “colonialismo de asentamiento, con el objetivo de ocupar la totalidad de Palestina y establecer en ella un 'Estado judío' para convertirla en 'Eretz Israel' suplantando a su población nativa mediante ocupación, terrorismo, desplazamiento, apartheid y genocidio”.

Segundo, que plantea que “cualquier solución pasada, presente o futura está supeditada a la derrota del proyecto sionista y al establecimiento de su antítesis fundamental: un Estado palestino democrático desde el río hasta el mar”.

Tercero, llegando a la conclusión de que “por lo tanto, nuestro pueblo debe abandonar todo tipo de no-soluciones, incluyendo dos Estados, binacionalismo, confederación (…) y en su lugar volver a nuestra visión histórica para la liberación: desmantelamiento de la entidad sionista, liberación y retorno a un Estado palestino democrático y laico”.

Cuarto, que en este marco plantea la necesidad de luchar por el “derecho al retorno” de todos los palestinos expulsados con la Nakba en 1948 y con la guerra de genocidio actual.

Son definiciones esenciales en un momento en que estamos frente a un sangriento y genocida ultimátum imperialista-sionista contra el pueblo gazatí.

La heroica resistencia palestina y la movilización internacional

La lucha del David Palestino contra el Goliat sionista-imperialista ha provocado y potenciado un poderoso movimiento internacional de jóvenes y trabajadores contra la guerra genocida. En todo el mundo han venido creciendo las movilizaciones solidarias con la lucha palestina. Especialmente se han comenzado a desarrollar en los países imperialistas (Gran Bretaña, Italia, Estados Unidos, etc.). Y viene de dar un salto con importantes sectores de la clase obrera que realizan huelgas generales (Italia, España) y medidas de lucha y boicot sobre puertos y fábricas de armamentos (Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos). También la juventud ocupando universidades y realizando huelgas y grandes marchas. La Flotilla Global Sumud, la Marcha de Solidaridad con Gaza desde Egipto hacia el paso fronterizo de Rafah, festivales, concentraciones deportivas, son parte de este auge de movilización contra la guerra imperialista-sionista.

Esta confluencia entre la resistencia palestina que, a pesar del salvajismo genocida y los golpes recibidos, ha mantenido su presencia, y la creciente movilización internacional, han obligado al imperialismo a un alto al fuego en el genocidio abierto que viene desarrollando. Que la resistencia haya mantenido su funcionamiento y el control territorial, y que el sionismo y el imperialismo hayan tenido que negociar con ella luego de la matanza de una prolongación sin antecedentes históricos, son muestras de la voluntad de liberación del pueblo palestino y de cómo usa todos los instrumentos en sus manos para ese fin. Pero, el imperialismo está tratando de hacer avanzar sus objetivos reaccionarios con maniobras políticas-”diplomáticas”. Trump (y Netanyahu) buscan imponer un ultimátum extorsivo contra la resistencia palestina para transformar Gaza en un protectorado manipulado por el imperialismo bajo el mando de Tony Blair (impulsor de la invasión a Irak en 2003), desarmando por completo toda resistencia del pueblo palestino y entronando una fuerza militar imperialista y de los regímenes árabes reaccionarios (Egipto, Jordania).

Por otra parte, la entrega de los rehenes cumplida por la resistencia palestina, no ha sido correspondida por el Estado sionista con un alto total del fuego. Con excusas fabricadas vuelven los bombardeos y las víctimas palestinas.

Más que nunca es necesario profundizar mundialmente la lucha de solidaridad, para golpear estas maniobras de los genocidas, detener las nuevas agresiones y defender la lucha del pueblo palestino.

La complicidad de los gobiernos y las clases dominantes árabes y de la región

La mayoría de los gobiernos árabes y musulmanes de la región fueron, durante todo el transcurso de la guerra, cómplices del accionar genocida para aplastar la resistencia palestina. El gobierno de Egipto cerró el paso fronterizo de Rafah confluyendo con el bloqueo sionista de Gaza y condenando a su población al hambre y la muerte por falta de medicinas y comida. Reprimió los movimientos de solidaridad con la lucha palestina en su territorio y también la Marcha Global para ayudar a romper el cerco sobre Gaza. El gobierno de Jordania fue partícipe activo de la defensa sionista contra los cohetes de represalia lanzados por palestinos, yemeníes, Hezbollah e iraníes. Qatar tiene instalada una base yanqui con más de 10 mil soldados, aviones y misiles que es una parte de la fuerza militar responsable de los ataques a países (Líbano, Siria, Yemen, Irán) que –en diverso grado- apoyaron la lucha palestina.

Desde la caída del Imperio Otomano las clases dominantes árabes fueron siendo cooptadas por diversos imperialismos y entregaron la lucha por unir a la “nación árabe”. Defienden sus intereses de clanes, dinastías y propiedad contra sus propios pueblos, que son reprimidos y privados de sus derechos democráticos y sociales. Tratan de ocultar su accionar reaccionario y de confluencia con el imperialismo con banderas falsamente “nacionalistas”, de conciliación de clases y subordinación política de las masas explotadas a los poderes de turno que en forma clandestina y pública complotan con el imperialismo y el sionismo contra la lucha palestina.

Es falso que el imperialismo promueva el desarrollo económico y la democracia. En Medio Oriente el imperialismo bloquea todo desarrollo económico independiente y es el pivote de todos los regímenes reaccionarios y represivos. ¿De qué “democracia” se puede hablar con la monarquía absoluta fundamentalista reaccionaria de Arabia Saudita o el gobierno autoritario represivo-torturador de Sisi en Egipto? Son oligarquías burguesas, pilares en los que se apoyan los latifundistas, monopolios e imperialismos.

La lucha por el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino viene enfrentando y tendrá que superar una coalición de fuerzas integrada por las potencias imperialistas, su enclave colonial sionista y estas oligarquías reaccionarias árabes.

Tienen a su favor que las masas árabes apoyan abiertamente la lucha palestina, pero están bloqueadas para intervenir por las políticas represivas de los regímenes aliados al imperialismo-sionismo. La lucha contra el sionismo y el imperialismo plantea la necesidad de acabar con estos regímenes explotadores. La “Primavera Árabe” en el 2010 insinuó el levantamiento de los trabajadores y campesinos contra estos gobiernos represivos y explotadores. Pero, trágicamente, fueron contenidos, desviados o fuertemente reprimidos y/o ahogados en sangre (Egipto). Marcan un camino, un antecedente y una perspectiva a superar. Las explosiones sociales en Líbano en 2019 e Irán en 2022 también muestran que entre la juventud y los trabajadores hay un potencial de movilización independiente. Es necesario desarrollar a fondo la lucha de clases contra las burguesías explotadoras y los agentes imperialistas, movilizando a las masas obreras, campesinas y juveniles por sus reivindicaciones. Las tareas democráticas (expulsión del imperialismo, eliminación del colonialismo sionista, reforma agraria, armamento de las masas) de la revolución estarán íntimamente unidas a la resolución de los reclamos de las masas. Esto solo será posible con gobiernos de los trabajadores y campesinos en cada país y con una lucha común por establecer la unidad en torno a una Federación Socialista de los pueblos del Medio Oriente. Esta no es una propuesta ilusoria, sino una necesidad impuesta por la realidad. Ya la lucha en todo Medio Oriente es una lucha común contra la intervención imperialista-sionista. Es parte de una lucha internacional contra la guerra y la colonización imperialista en marcha. Porque la crisis mundial capitalista está llevando nuevamente para atrás la evolución histórica y se va tensando una situación híbrida donde las naciones que consiguieron su independencia formal retroceden de un status semicolonial a otro más directamente colonial. Esa es ya la situación en Libia (y lo está siendo en Siria) y ahora se proponen institucionalizarla en Palestina, transformándola en un protectorado colonial imperialista-sionista. 

Apoyamos toda lucha nacional efectiva contra la opresión imperialista-sionista en forma incondicional: lo venimos haciendo respecto a la resistencia palestina. Pero es necesario tener en claro la necesidad de encarar la lucha estratégica común en todo el Medio Oriente. Es necesario denunciar las capitulaciones y traiciones de las burguesías árabes y llamar a los trabajadores a organizarse en forma independiente.

Esto, por supuesto, trasciende la región del Medio Oriente. El cese del fuego fue impuesto a los planteos iniciales de Netanyahu y Trump de seguir la guerra genocida hasta el aniquilamiento total o la expulsión lisa y llana de las masas gazatíes de la Franja. Las grandes manifestaciones, especialmente los paros de Italia y España, las marchas en Gran Bretaña y Estados Unidos, han golpeado la gobernabilidad en las potencias que sostienen a Israel y puesto en crisis la vulgar entrega a la que estaban dispuestos los regímenes árabes obligándolos a buscar este camino escabroso y tramposo para tratar de imponer la desmovilización internacional y lograr el reflujo total de la resistencia palestina, situación que no logro consumarse en el campo de batalla.

Se están retomando las mejores tradiciones del internacionalismo proletario, pero sin la existencia aún, lamentablemente, de una dirección internacional de los trabajadores. La I Internacional apoyó el levantamiento revolucionario de Polonia contra el zar ruso y se puso en la guerra civil norteamericana del lado de la lucha contra la esclavitud. La III Internacional se colocó en el campo de la lucha por la independencia de Irlanda (y llamó a la rebelión colonial de los pueblos árabes contra la opresión imperialista). A fines de la década del 60 del siglo XX, grandes masas juveniles y trabajadoras se movilizaron en todo el mundo y particularmente en los Estados Unidos a favor del Vietcong y por el retiro de las tropas imperialistas norteamericanas de Vietnam, jugando un papel determinante en la retirada yanqui.

Hay que construir partidos obreros independientes y una internacional socialista revolucionaria es un objetivo estratégico.

Declaración internacional a 2 años del genocidio sionista contra el pueblo palestino
La derrota de la barbarie sionista en Gaza es una necesidad urgente para los trabajadores del mundo entero -
prensaobrera.com

La lucha por terminar con el Estado colonialista sionista y por una Palestina única, laica y socialista en toda Palestina

Los que pretenden ser “realistas” consideran que es utópico plantear la lucha por una Palestina única y laica “desde el Río hasta el Mar”. Plantean que a casi 80 años de instalado el Estado sionista de Israel este es ya una realidad que es necesario reconocer. Apoyaron así todos los “acuerdos” (Oslo, etc.) con los que se trató de institucionalizar la colonización sionista de gran parte de Palestina, contraponiendo la perspectiva de constituir un Estado Palestino (siguiendo a destiempo la resolución de “partición”, de la ONU de 1947, modificada una y otra vez, en forma cada vez más negativa después de cada guerra). Pero, al revés: todos los “acuerdos” establecidos evidencian que esto sí que es una utopía reaccionaria y paralizante de la lucha contra el colonialismo imperialista. La Autoridad Nacional Palestina se ha transformado en un Quisling cómplice de la opresión sionista contra el pueblo palestino, persiguiendo a los luchadores palestinos en favor de los colonialistas sionistas-imperialistas. 

Cada capitulación de la dirección histórica de la resistencia, desde 1982 en el Líbano a los acuerdos de Oslo, ha permitido el avance, por contraste, del islam político radicalizado, con sus formaciones ocupando un lugar importante y una autoridad, por sus choques reales con Israel y el imperialismo, y gozando de un apoyo de distintos gobiernos burgueses de la región. Todos los integrantes de la resistencia efectiva merecen el apoyo de los amigos del pueblo palestino oprimido. Sin embargo, la política de confianza en las burguesías regionales y de establecer un Estado religioso tienen un contenido reaccionario, que no abre un camino a la liberación y la confluencia de los pueblos. Por eso apoyamos el desarrollo de variantes revolucionarias, laicas e internacionalistas en el seno de la resistencia, y el debate, al que contribuye esta conferencia, de cuál es la salida de fondo para el drama palestino.

Hay sectores que declaran y hasta se movilizan por un cese del fuego en Gaza y el retiro de las tropas sionistas-imperialistas, pero que son partidarios de reconocer la existencia del Estado sionista de Israel y buscan la convivencia con un nuevo Estado Palestino (el “demócrata socialista” Bernie Sanders habla permanentemente del “derecho de Israel a defenderse”). Sería una capitulación sin sentido de progresividad, sería sumarse a las maniobras colonialistas imperialistas. Por eso saludamos el planteo de la declaración de convocatoria a esta Conferencia en Madrid que rechaza los planteos pasados, presentes y futuros de un reconocimiento y convivencia con el Estado sionista de Israel y plantea en cambio “abandonar todo tipo de no-soluciones” del tipo de dos estados, confederación y similares. Propugnamos el desmantelamiento del Estado sionista y la constitución de un Estado único, laico y socialista, es decir dirigido por un gobierno de los trabajadores y explotados residentes en Palestina.

Nos parece importante la definición -en la convocatoria a esta conferencia internacional- de oposición a la creación de estados identitarios (étnicos, racistas, religiosos) que establezcan principios de desigualdad, aunque en esta categorización está ausente la desigualdad de clase. Defendiendo los derechos de la “etnia” árabe, hoy avasallados y reprimidos por el sionismo, consideramos que un futuro Estado palestino no podrá ser “apolítico”. El Estado Palestino único, laico y socialista es el que permitirá realmente el desarrollo de cada cultura, de sus tradiciones, e incluso de la religión de los que deseen practicarla con total libertad, y en particular la tradición y cultura árabe palestina, víctima de un siglo de limpieza étnica y represión.

La organización social actual está atravesada por antagonismos de clase que no podemos obviar. Cada Estado es una construcción con un carácter de clase definido. Las clases dominantes en la sociedad actual capitalista usan al Estado para defender sus derechos de propiedad y explotación contra las masas desposeídas. La experiencia histórica en curso evidencia que las las burguesías al frente de los Estados de la región son incapaces de encarar en forma consecuente la lucha por la liberación nacional y la guerra contra el sionismo-imperialismo y han terminado sucumbiendo a sus presiones. Un gobierno de los trabajadores y campesinos será la garantía de una lucha tenaz contra los enemigos sionistas-imperialistas, movilizando de manera conjunta a las masas obreras, campesinas y explotadas que han sido víctimas de su opresión y constituyendo el vehículo para una salida progresiva al conflicto que se viene arrastrando por décadas.

El imperialismo y su instrumento sionista no luchan por un “hogar nacional” para el pueblo judío diseminado por el mundo. Eso es una mentira, una construcción propagandística pseudo ideológica-política para justificar la ocupación colonial de Palestina por el sionismo de Israel. Disfrazado, originariamente, como un proyecto de “liberación nacional” (y hasta socialista) del heterogéneo y perseguido pueblo judío, la experiencia histórica recorrida, y, fundamentalmente, la heroica guerra de resistencia palestina al genocidio de Netanyahu y Trump, han servido para desnudar la verdadera cara colonialista, racista e imperialista del enclave sionista. Esto ha revitalizado, también, el resurgimiento de una corriente judía internacional (y también dentro del propio Israel) antisionista, que se moviliza en apoyo a la lucha palestina. Luchamos para que evolucione hacia posiciones internacionalistas y socialistas, retomando las mejores tradiciones revolucionarias del pueblo judío.

Por supuesto, rechazamos la fraudulenta “ley del retorno” sionista, dándole derechos de usurpación -para todo aquel que se proclame judío- a la tierra palestina. Es una amalgama de europeos, latinoamericanos, norteamericanos y de otras latitudes, recolectados muchos de ellos como “mercenarios” para sobrevivir, ocupando la tierra de los palestinos, para ser usados como “carne de cañón” de las aventuras militaristas imperialistas. Proclamamos, en cambio, la necesidad del retorno de los palestinos expulsados de sus tierras en 1948 con la Nakba y luego de cada guerra y, ahora, específicamente de Gaza y la que se pretende consumar en Cisjordania. Y que viven muchos de ellos en campamentos en los límites del Estado sionista.

El papel nefasto de la Otan con Israel contra Gaza lo tienen claro muchos luchadores y militantes de izquierda, que se movilizan por el retiro incondicional de las tropas sionistas de Gaza y el cese de los bombardeos. Pero tienen un planteo diferente frente a la guerra de la Otan contra Rusia. Están colocados del lado imperialista de la Otan contra Putin. Es una grave contradicción: ¿La Otan es progresiva en la guerra contra Rusia y regresiva en la lucha contra los palestinos?

La lucha contra la guerra imperialista es común y el principal enemigo de los trabajadores es su propia clase dominante.

Es importante una declaración de principios contra el sionismo, el imperialismo y el ultimátum extorsivo del falso e hipócrita “plan de paz” de Netanyahu-Trump-Blair y en defensa de la resistencia palestina. La aprobación de un programa de lucha contra el sionismo y un llamado a un frente único en Palestina, en Medio Oriente y en todo el mundo a incrementar la lucha en apoyo a la resistencia del pueblo palestino, será un importante paso que ayudara a clarificar el panorama que se abre en esta lucha internacional.

Comisión Internacional del Partido Obrero (Argentina)

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