Manifestación sindical en Bélgica contra el aumento de las tarifas energéticas

Manifestación en Bruselas

El otoño belga comenzó con una movilización de 10 mil personas en Bruselas contra el aumento en los precios de la energía. La convocatoria partió de las tres centrales sindicales y reclamó una regulación de las tarifas, que se triplicaron en lo que va del año hasta llegar a 700 euros mensuales por hogar, frente a ingresos medios de 2.500 euros. En el caso de los sectores más pobres, dicen los convocantes, las boletas se han vuelto impagables.

La jornada fue impulsada por la Federación General de Trabajadores de Bélgica (FGTB), la Confederación de Sindicatos Cristianos (CSC) y la Confederación General de Sindicatos Liberales (CGSLB). Culminó frente a la sede de la cámara patronal, la FEB. Demandó un impuesto a los superbeneficios de las compañías energéticas y la prohibición de los cortes del servicio e intereses punitorios en las facturas. Las centrales no descartan un paro general el 9 de noviembre si no hay respuestas. En junio, un cese de tareas acompañado de una marcha de 80 mil personas en Bruselas rechazó el alza en el costo de vida.

En el marco de esta última movilización, el personal policial aeronáutico paró por 24 horas. Los sindicatos ferroviarios podrían cesar labores el 18 de octubre por sus propios reclamos.

La cuestión energética se ha transformado en un problema de primer orden en el continente europeo. El alza de precios motoriza la inflación y el enfrentamiento con Rusia pone en duda el suministro. El primer ministro belga, Alexander de Croo, se atajó al decir que “los próximos cinco a diez inviernos serán difíciles”. Ya se están instrumentando medidas de ahorro energético en dependencias públicas. En el Poder Ejecutivo habría internas respecto a la posible instauración de algún límite en los precios. Mientras tanto, los empresarios del sector hacen ganancias históricas.

El gobierno belga es una coalición liderada por los liberales flamencos del VLD e integrada también por el Partido Socialista (de Valonia), el Movimiento Reformador (fuerza centroderechista de Valonia), CD&V (democristianos), Adelante (s.pa, socialistas flamencos), Ecolo (verdes de Valonia) y Groen (verdes flamencos). Este país europeo, cabe recordar, se divide entre una zona norte llamada Flandes (donde prevalece el neerlandés flamenco) y una zona sur conocida como Valonia (francófona). Grupos conservadores flamencos como el N-VA y Vlaams Belang son proclives a una separación. La administración de Croo está metida hasta el cuello en la guerra en Ucrania, suministrando armas al régimen de Volódomir Zelensky. Bélgica es parte de la Otan.

Frente a la crisis energética, el planteo estratégico de una nacionalización bajo control obrero del sector está fuera del radar de las centrales sindicales, que tributan a distintos partidos patronales.

La independencia política de la clase trabajadora es vital para conquistar los reclamos y derrotar al gobierno imperialista.