Manifestaciones y represión en Sierra Leona

El alza del costo de vida empujó a la población a las calles. Hay más de 20 muertos.

Imágenes de Freetown, la capital del país

Las manifestaciones y barricadas en Sierra Leona ante el alza en el costo de vida y en reclamo de la salida del presidente Julius Maada Bio fueron ferozmente reprimidas este miércoles, con un saldo de al menos 21 civiles muertos. Según las autoridades, también seis policías murieron en los enfrentamientos.

El impacto de la inflación y el consecuente incremento de la pobreza ha empujado a las calles a la población de este país del Africa Occidental, al igual que en otros tantos lugares del mundo (Sri Lanka, Bangladesh, Sudán, Albania, Ecuador y Panamá, entre otros).

Como parte de las disposiciones represivas, se instauró un toque de queda y durante la noche del miércoles hubo un apagón de internet. Las manifestaciones se centraron en la capital, Freetown.

Uno de los dirigentes del Partido Popular, la fuerza en el gobierno, acusó a la oposición del Congreso de Todos los Pueblos (APC por sus iniciales en inglés) de estar detrás de las protestas, aunque no queda claro por la información disponible que esto sea así. El gobierno denuncia maniobras golpistas y se excusa de sus responsabilidades aludiendo al impacto de la guerra en Ucrania, cuando la situación de las masas ya era intolerable antes del propio estallido de esa conflagración armada.

El deterioro de la situación social había empujado a la huelga al personal médico, el lunes, en reclamo de vales de combustible y en rechazo a la supresión de una asignación extra por el Covid-19 que implica una importante reducción salarial.

Sierra Leona fue devastada por una sangrienta guerra civil que empezó en 1991 y dejó más de 50 mil muertos y cientos de miles de desplazados. El corazón del conflicto fue la disputa por los yacimientos de diamantes.

Una fuerza internacional comandada por el Reino Unido, la vieja potencia colonial hasta la independencia del país en 1961, derrotó a principios de siglo a los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (FRU), quienes se habían sublevado contra el gobierno local, con el apoyo del liberiano Charles Taylor (quien llegaría al poder en su país en 1997), y habían conseguido el acceso a muchas minas.

Los bandos de esta guerra están envueltos en toda clase de atrocidades, como la amputación de piernas y brazos a machetazos y la violación masiva de las mujeres.

La derrota del FRU liberó el terreno a las grandes multinacionales, que para el 2012 hacían cola para entrar al país, en el marco de un boom minero (La Información, 13/6/12). Desde Sierra Leona se abastecen las joyerías y aristócratas de las grandes ciudades del mundo. Los obreros, en cambio, trabajan en condiciones miserables, con los pies en los ríos, a cambio de sueldos bajos. Las grandes corporaciones también han arrasado con ingentes extensiones de tierra para la producción de caña de azúcar y de aceite de palma.

Este saqueo enriquece al imperialismo y a una élite local, mientras más de la mitad de la población está en la pobreza.

La expulsión del imperialismo y la unidad de las masas explotadas, por encima de las distinciones étnicas, en el camino de un gobierno de trabajadores y el socialismo, es la base para sacar al país de esta situación calamitosa.