La juventud está atravesando una etapa de conmoción política total. El Rodrigazo en curso que atenta con nuestras condiciones de vida materiales se refleja en el aumento en las tarifas de energía, de transporte, la desregulación del mercado inmobiliario donde la juventud sufre un perjuicio muy grande dado que se suman requisitos para alquilar, y los propietarios pueden definir contratar con cualquier moneda. Se prevé una inflación de 222,2% para 2024, mientras tanto, nuestros salarios se ven pulverizados por el salto inflacionario y una negativa a avanzar en una recomposición salarial.

Por su parte, también suena fuerte la alarma en materia de educación. En primer lugar el Presupuesto, que ya venía congelado desde el gobierno de Alberto Fernández y ahora Milei reforzó que se mantendrá de la misma forma. Algo imposible con el salto inflacionario que amenaza con el inicio del ciclo lectivo. De la mano con eso planteó también el arancelamiento a los extranjeros, que es un puente para el arancelamiento general que vienen vaticinando, pero también que ya se encuentra en curso con el desmembramiento de los planes de estudio para favorecer los posgrados pagos. Durante todo el año pasado se avanzó en este sentido mediante el recorte de planes de estudio para favorecer a los financistas con los contenidos orientados de acuerdo con los intereses del sector privado y, en un sentido más de fondo, el avance de la mercantilización de la universidad pública.

Milei buscó venderse como novedad y el canal de todo un sector que rechazaba la política de los últimos 40 años, pero demostró rápidamente ser parte de ese sector que usa al pueblo argentino como moneda de cambio. Bajo la premisa de que “no hay plata” avanzó en un ajuste brutal hacia trabajadores y no hacia “la casta”, a ellos les sacó dos celulares y una licitación por 200 medialunas, mientras los trabajadores para llegar a fin de mes necesitamos más de dos trabajos y aun así tampoco llegamos.

Por su parte, sectores de peronismo y del radicalismo están negociando su tajada en la Ley Ómnibus, demostrando una vez más la homogeneidad con la que actúa la burguesía cuando se trata de recomponer su tasa de ganancia a costa de los trabajadores.

En este escenario vamos al Campamento de la UJS, a debatir entre la juventud que lucha cómo encarar una etapa de ofensiva muy fuerte, pero también a formarnos, porque es fundamental caracterizar esta etapa para poder intervenir. En ese sentido, impulsamos el curso “La vigencia de la lucha por el Socialismo en el Siglo XXI” con el objetivo de profundizar en debates teóricos entre corrientes, no solo con el liberalismo sino también con el keynesianismo. También discutir la etapa política más general, el surgimiento de las nuevas derechas y finalmente cómo construiremos una alternativa de poder en esta etapa. Todo esto acompañado de pileta, deportes, cursos, karaoke, fiesta y noche de talentos.

¡Sumate al campamento!

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