El miércoles 27 de junio, una iniciativa artística y cultural de LuchArte y el Centro de Estudiantes de la Facultad de Artes se transformó en una asamblea que decidió la toma de la facultad hasta el día siguiente, en que se reuniría del Consejo Directivo, para reclamar un pronunciamiento del Consejo contra el proyecto del Rectorado y el Consejo Superior de un Código Disciplinario dirigido que prescribe la acción organizada del movimiento estudiantil. Prácticamente es una copia del Código que impuso en junio del '76 la dictadura. También se reclamaba el reconocimiento del Centro de Estudiantes (Cefa), y una serie de medidas académicas y presupuestarias. La carrera de Teatro decidió la toma por tiempo indefinido. Como el Consejo Directivo no se reunió, se prolongó la toma.

La toma ha sido objeto de ataques furiosos del gobierno -incluso físicos, por parte de patotas organizadas. Sin embargo la toma por el Cefa, dirigida por la Lista de Delegados, comenzó a conquistar apoyos. Algunos decididos, como el de la Gremial docente de la Facultad. Esto contrastó con la directiva de Adiunt, que planteó dilatar cualquier pronunciamiento, mostrando una vez más los vínculos de algunos de sus miembros con la camarilla del Rectorado. Por otra parte, el Centro de Filosofía y Letras realizó una asamblea general y resolvió un corte de varias horas con clase pública. En otras facultades se ha instalado el debate sobre el nuevo Código y la necesidad de movilizarse el próximo martes al Rectorado, cuando se reúna el Consejo Superior.

La camarilla del rector Cerisola está realizando enormes negociados, que en el caso de la UNT (dueña del YMAD) la involucran con los grandes pulpos mineros. El representante de la UNT en el directorio del YMAD es el ex rector Mario Marigliano, presidente de la UCR y actual candidato a gobernador. A su vez, el rector Cerisola ha hecho migas con el gobierno de Alperovich, quien también está asociado al saqueo minero de la región.

Todos estos sectores están interesados en ‘disciplinar’ a la comunidad universitaria de la UNT.

La lucha que ha iniciado el Centro de Estudiantes de Arte ha trascendido a la Universidad. Desde la UCR (en sus diferentes fracciones) hasta los partidos macristas y lavagnistas, todos ellos se han colocado del lado del Rectorado. Todos denuncian el autoritarismo de Alperovich, pero justifican el Código Disciplinario y atacan la toma de la Facultad. Los centroizquierdistas del PS, PU, DC o el ARI han preferido guardar silencio. Todos ellos tienen estrechos vínculos con las camarillas que gobiernan la UNT. Desde el PTS hasta la Nueva Izquierda o la Cepa, que dirige el Centro de Psicología, no han pasado del apoyo puramente formal.

La UNT se ha incorporado al torrente de lucha que ya se ha desarrollado en la UBA, el Comahue, la Universidad de Rosario o La Plata. El PO compromete todo su esfuerzo para la victoria de la lucha de los docentes y estudiantes por impedir la sanción del Código.