Juventud

28/6/2024

Es Milei o la juventud trabajadora

Darle continuidad a la lucha universitaria y preparar la huelga general educativa para derrotar la motosierra.

Marcha Federal Universitaria.

El balance de los seis meses de Milei es contundente: 55% de pobres, más de 450 mil despidos, 8% de desocupados, un derrumbe sin precedentes en materia de consumo popular, tarifazos de todo tipo y una asfixia presupuestaria brutal sobre la educación y la salud pública. Salarios y jubilaciones reventados por la devaluación y la inflación que continúa altísima. No hay un solo indicador social que muestre algo favorable para los trabajadores y los sectores populares. Queda claro: es Milei o la juventud trabajadora.

La juventud dijo y dice presente

Pese a lo que algunos esbozaron, la juventud rápidamente se puso en guardia frente al gobierno de Milei. Muchos jóvenes fueron activistas destacados de las asambleas populares que surgieron durante el verano contra la Ley Ómnibus o de las asambleas de les trabajadorxs de la cultura. Contra la reforma laboral que pretende arrancarnos cualquier tipo de derecho laboral que aún exista y legalizar formas de relaciones laborales que hoy son ilegales. Fuimos parte junto al más de un millón de personas que salimos a la calle para defender la universidad y la educación pública en general y le dimos un primer golpe popular a Milei. Antes nos movilizamos masivamente el 8M siendo parte del movimiento de mujeres y diversidades y copamos las calles el 24M contra la represión y las provocaciones negacionistas del gobierno pro-genocidas. Queda claro que la juventud no está con Milei, al contrario, los jóvenes lo estamos enfrentando. La discusión es cómo lo derrotamos.

La casta rescató a Milei

La votación escandalosa de la Ley Bases en el Senado dejó sobre la mesa a muchos que hablan contra Milei pero no hicieron más que salvarlo. No todos los que se delimitan de la Rosada, está claro, tienen como salida derrotar su plan de guerra contra el pueblo trabajador. Milei consiguió que se apruebe gracias al rescate absoluto de todos los partidos políticos capitalistas del país (la CASTA), incluido el peronismo y el radical-Franja Morada Lousteau. Sin el quórum de este último la sesión se hubiera caído. El lobby capitalista a favor de la reforma laboral y la entrega de los recursos naturales y la soberanía del país a las patronales extractivistas que se relamen con el RIGI se hizo sentir en todos los partidos patronales.

Pero el rescate a Milei no se dio solamente dentro del Senado, sino sobre todo afuera, en las calles. El peronismo, también su ala kirchnerista, junto a la burocracia sindical, amagaron con “movilizar con todo el día que se trate la ley bases” pero a la hora de la verdad la CGT no convocó al paro general, algunos sectores movilizaron por debajo de sus capacidades y se retiraron de la plaza justo antes de que Bullrich desplegara una brutal represión. Kicillof, por su lado, ni siquiera estuvo en las calles. Grabois, que llegó a hablar en estos meses de “diálogo social” con Milei, tampoco. Puro bla blá.

En los lugares de estudio este rescate fue notorio. Ninguna federación o centro de estudiantes peronista o radical hizo algo por movilizar al movimiento estudiantil para tirar abajo la ley. No lo hizo la FUBA radical que responde a Yacobitti, pero tampoco la FULP kirchnerista que responde a la Cámpora y a Grabois, ni la conducción del CEFYL, que, en lugar de luchar, organiza actos de campaña para Kicillof.

En síntesis, no podemos derrotar a Milei con los que hasta hace poco gobernaron para el FMI, duplicaron la pobreza y de su enorme fracaso y la desilusión que generaron en el pueblo surgió el triunfo de Milei. No solo por una cuestión de lo que ocurrió en el pasado, sino porque también en el presente son colaboracionistas de Milei. Quieren que el liberfacho gobierne cuatro años para que sea él quien lleve adelante el trabajo sucio de un ajuste brutal contra los de abajo, mientras el peronismo se reorganiza pensando en las elecciones. Pero cada día de Milei significa más ajuste, más pérdida de derechos, menos educación pública, más despidos, más pobres y más indigentes. Milei representa un gobierno de ofensiva permanente contra el pueblo trabajador, cualquier fuerza política que colabore con él no puede ser una alternativa popular.

En este cuadro la tarea de la juventud revolucionaria es ligarse a la clase obrera y al movimiento piquetero que hoy es perseguido y asediado por el Estado capitalista por ser una vanguardia de organización, dignidad y lucha contra los gobiernos del hambre, para preparar y construir la huelga general que derrote todo el plan Milei. Es elemental que nos organicemos en primer lugar para rechazar la persecución política a los luchadores y defender el derecho a organizarnos y manifestarnos, no queremos un solo preso político por luchar. Vamos a llenar las calles de pintadas contra el régimen represivo que quiere imponer Milei/Bullrich. 

Debemos promover la unidad obrero-estudiantil en cada conflicto obrero en defensa de las condiciones de vida de los trabajadores. Concretamente tenemos que apoyar con toda nuestra fuerza la lucha de los obreros del SUTNA que enfrentan 97 despidos en FATE. El lugar de la vanguardia estudiantil es junto a la vanguardia obrera. Vamos a desarrollar la más intensa solidaridad dentro y fuera de los lugares de estudio.

Continuemos la rebelión educativa

En las universidades luchemos por darle continuidad a la rebelión universitaria que conmovió al país. El acuerdo entre Milei y los rectores se firmó dejando por fuera los reclamos urgentes de docentes y estudiantes. Nuestros docentes continúan cobrando salarios de miseria y nuestros compañeros se caen de las cursadas producto del ajuste y de no tener presupuesto para un verdadero plan de becas. Este proceso de lucha, está claro, no está cerrado. Llevarlo a buen puerto requiere una caracterización política: el plan motosierra es incompatible con la universidad. Más que nunca, es Milei o la educación pública. 

La rebelión universitaria deja conclusiones importantes. Por un lado, que el movimiento estudiantil está dispuesto a enfrentar mediante la acción directa las políticas catastróficas de Milei. Por otro, que el movimiento no pudo superar la política de conciliación de las autoridades, ya sean peronistas o radicales, sobre todo por el rol que juegan las conducciones de las mayorías de los centros y federaciones estudiantiles controladas por estas fuerzas políticas. 

Para liberar el máximo potencial del movimiento estudiantil hay que luchar por arrancarle el chaleco de fuerza que significa la burocracia estudiantil al frente de las organizaciones estudiantiles. En el proceso de elecciones estudiantiles que se desarrollará la segunda mitad del año tenemos el desafío de conjugar el impulso hacia delante de la rebelión estudiantil, luchando por las reivindicaciones universitarias junto a los docentes, con la necesidad de recuperar los centros de estudiantes y ponerlos en manos del activismo. Entendemos que se hace fundamental reagrupar a todas las organizaciones independientes y de lucha, en un frente único hasta tirar por la borda el plan motosierra. Esto requiere autonomía política de los partidos “opositores”, radicales y peronistas que votaron la Ley Bases y pactan con Milei puertas adentro de las aulas. Para lograr recuperar los centros tenemos que lograr involucrar al activismo en esta tarea, impulsar plenarios y asambleas que discutan qué programa y qué métodos necesitan los centros, y desarrollar listas únicas que, sobre la base de la independencia política a los partidos capitalistas, reagrupen a todo el activismo dispuesto a dar esta batalla. 

Una política de estas características va de la mano con un programa de reivindicaciones precisas: aumento salarial del 100% para docentes y no docentes, indexación del presupuesto por inflación, aumento a $100.000 y universalización de la Beca Progresar, rechazo a los resortes antidemocráticos de las carreras y a la virtualización para ajustar, boleto educativo gratuito para estudiantes y docentes, reformas de infraestructura y edificios propios para los institutos terciarios, rechazo de las pasantías de trabajo gratuitas en beneficio de las empresas. Esta lucha requiere una pelea a fondo contra el gobierno. Es Milei o la Universidad. Es Milei o la juventud laburante.

Construyamos la organización revolucionaria de la juventud

De todas las tareas se desprende una prioritaria: construir una potente organización revolucionaria de la juventud. No tiene que ver con una visión de aparato ni de autoproclamación. Las contradicciones económicas, políticas y sociales del capitalismo en argentina crujen por todas partes y la descomposición brota por todos los poros de una sociedad cada vez más castigada y harta. No hay salidas intermedias frente a la magnitud de la crisis. Aquellos que reivindican un Estado “presente” para darle al capitalismo un rostro “humano” han fracasado rotundamente y le abrieron el camino al gobierno más ajustador y represivo de los últimos 40 años. No son alternativa frente al desastre capitalista, son actores protagonistas del mismo. 

Impulsemos reuniones abiertas, plenarios y/o asambleas para debatir con el activismo estas conclusiones a seis meses de la asunción de Milei, las tareas por delante y la organización para llevarlas adelante.

Construyamos una juventud revolucionaria que tenga como estrategia la pelea por el gobierno de los trabajadores, es decir, por el socialismo. Todo lo demás es ilusión.

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