Frente a la contundente respuesta popular que despertó el discurso reaccionario de Javier Milei en Davos, donde asoció pedofilia con homosexualidad, el presidente quiso reacomodarse aduciendo haber sido víctima de una «campaña de indignación frente a supuestas cosas que nunca dijimos» y subrayó que «Somos liberales. El respeto irrestricto al proyecto de vida del prójimo es parte de nuestro ADN». Lo cierto es que su gobierno está empeñado en moldear el «proyecto de vida» de los individuos para adecuarlo al modelo de familia tradicional, sobre el cual se sustenta este sistema de explotación.

Finalmente, tildar de perversos a los homosexuales, ridiculizar la identidad de género de las personas trans, incluso, instar a perseguir a las diversidades enunciando que «son un cáncer que hay que extirpar», es sumamente aleccionador para quienes están por fuera de la norma heterocis. Busca sembrar en ellxs la vergüenza, el miedo y la represión, en función de desalentarlxs a vivir libremente su sexualidad y compelerlxs a acatar el mandato de la institución familiar.

Negar el derecho a la hormonización y al cupo laboral del colectivo travesti trans no es solo una cuestión de ajuste. La intención del gobierno es condenar a esta población a la más absoluta marginalidad, y, de ese modo, enviar un mensaje a la sociedad para convencerla de que la decisión de vivir acorde a la identidad autopercibida es un camino de sufrimiento y discriminación. En el mismo sentido apunta el rechazo de La Libertad Avanza a la enseñanza de una ESI que promueva el respeto a la diversidad sexual y de género.

Sucede que la ofensiva capitalista emprendida por Milei requiere de reforzar las funciones económicas que cumple la familia bajo este régimen social; por eso demoniza todos aquellos modos de existir que se apartan de esa construcción. Recomponer la tasa de beneficio del capital necesita más que nunca del hogar como unidad de reproducción de la fuerza de trabajo, donde sean las mujeres al interior del mismo las que absorban el peso de esa tarea de forma gratuita, ahorrándoles ese costo a las patronales y al Estado.

Por otra parte, la impronta autoritaria y represiva de la que se vale Milei para llevar adelante sus planes antiobreros encuentra en la familia monogámica individual estructuras jerárquicas completamente funcionales a la hora de impartir hacia el conjunto de la población principios de sumisión y obediencia a la autoridad. Quiere reafirmar a toda costa el rol del núcleo familiar como correa de trasmisión de la ideología dominante.

El gobierno, lejos de renunciar a incidir en la esfera privada de las personas, se dedica a castigar todas las decisiones individuales que cuestionan los pilares de opresión sobre los cuales se organiza esta sociedad. Como respuesta a tantos y tan inaceptables agravios proferidos por el presidente, el sábado 1° de febrero vamos a colmar la Plaza de Mayo, en nombre del verdadero significado de la palabra «libertad»; no el que se utiliza como coartada de objetivos fascistas, si no aquel que, parafraseando a Miguel Hernández, «pone piedras de futura mirada».

Un insulto a las víctimas del Holocausto

Javier Milei, un aliado de sectores filonazis y defensor del terrorismo de Estado, encabezó el acto por el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto. –

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