Libertades democráticas
14/9/2023
Caso Joaquín Paredes: ¿Por qué el Tribunal dice que no hubo violencia institucional?
Las contradicciones de un fallo para absolver a toda una cadena de responsabilidades.
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Foto: Rodrigo Savoretti/Enfant Terrible
Se han divulgado los fundamentos de la sentencia de la Cámara Criminal de Cruz del Eje, en relación al caso de gatillo fácil de Joaquín Paredes. El fallo se esfuerza en mantener la impunidad de la policía y del grupo de agentes que baleo a los jóvenes de Paso Viejo, cuando se encontraban en una plaza durante la pandemia.
Según el fallo, luego de advertirles en una primera oportunidad, en la segunda ocasión dos de los policías efectuaron alrededor de 5 disparos con su arma de fuego. Sin embargo, los testigos hablan de muchos disparos más y afirman que se levantaron las vainas de la escena. Se trata de un elemento clave que da cuenta que todos los uniformados atentaron contra la vida de los pibes.
La balacera provocó una lesión grave en el brazo derecho de uno de los jóvenes y la muerte de Joaquín. Pero el fallo condena solo a Maykel Mercedes López por el homicidio de Joaquín Paredes, perpetrado el 25 de Octubre del 2020. De esta manera, la justicia absuelve a los demás acusados por abuso de arma y por amenazas calificadas, pretende dejar impunes a policías cuando todo el grupo de uniformados disparó contra los jóvenes. Según testigos de la causa a los policías “se los veía como desacatados, chupados”.
Le ha costado mucho al poder judicial argumentar su decisión, la resolución consta de 752 páginas. Es que solo al tribunal le quedan dudas acerca del abuso de arma y de las amenazas calificadas, y busca en un miembro del grupo de jóvenes (con antecedentes penales) la justificación del accionar criminal de los policías.
Luego, el tribunal recurre a un subterfugio para declarar que “no existió violencia institucional”. Dice, para definir la violencia institucional, que “hay tres ejes centrales, que son la presencia de prácticas estructurales y corporativas, llevadas adelante por integrantes de fuerzas de seguridad que generan graves violaciones a los Derechos Humanos. La violencia institucional es una violencia de las instituciones entre ellas y especialmente las fuerzas de seguridad”.
“Pero no toda violencia cometida por tales miembros será violencia institucional, sino únicamente cuando ella forma parte de una práctica arraigada, sistemática, ilegítima e ilegal de la institución que lesionan y violan gravemente los Derechos Humanos…. no hubo prueba que permitiera concluir que se dio un accionar tendiente a desviar o a obstaculizar la investigación por parte del condenado, como así tampoco del resto de los acusados absueltos, ni de otros miembros de la policía, incluidos los superiores”, establece el fallo.
Sin embargo, el gatillo fácil es una práctica arraigada en la policía de Córdoba. Es un medio de criminalización de la pobreza y disciplinamiento de la juventud. El encubrimiento es el modus operandi regular (pero no un requisito esencial), la alteración de las pruebas (como lavarse las manos luego de disparar, para que dé negativo el dermotest) son prácticas sistemáticas de la fuerza policial. También la alteración de las comunicaciones, con las frecuencias paralelas y los teléfonos particulares. Incluso plantar armas, como ya había ocurrido en el caso de Blas Correa. Hay que tener en cuenta que, en el caso Joaquín, la policía también intentó ensuciar a las víctimas.
Pero no es necesario ocultar o fraguar pruebas para que se dé un caso de ‘‘violencia institucional’’, de ‘‘gatillo fácil’’ o de “represión ilegal”. Tampoco es necesario citar muchas fuentes, solo repasar los incontables casos de gatillo fácil en la provincia, no son doctrinas, son hechos que se han vuelto una práctica sistemática del Estado.
El crimen de Joaquín se llevó a cabo en medio, y profundizó, una gran crisis política en la provincia, en relación a la seguridad: un cambio en el protocolo del uso de la fuerza. La renuncia del ministro de Seguridad, Alfonso Mosquera, la condena de 12 policías por el asesinato de Blas Correa y la salida de algunos altos cargos de la fuerza, con mucha injerencia política, como el comisario Gonzalo Cumplido.
Las comunicaciones de los policías en sus teléfonos demuestran que es una costumbre la manipulación de la prueba y el encubrimiento, ya que todo el tiempo hablaban de: “no hacer nada’’, “no plantar nada”, ‘‘decir la verdad’’ ¿Acaso había una posibilidad de declarar mentiras bajo juramento? ¿De plantar algo? ¿Algo como un arma o un disparo? ¿De hacer algo distinto a respetar la investigación judicial en curso? ¿Acaso los altos cargos no sabían que los teléfonos serían secuestrados? No hace falta ser un erudito, ni un genio para notar el tono del asunto. De hecho, el 23 de julio del 2021, en Prensa Obrera denunciábamos el hostigamiento policial a testigos claves de la causa, a través de allanamientos.
Sea o no violencia institucional en el concepto del tribunal, existe una represión estatal sistemática, una formación en la violencia, la discriminación y el encubrimiento. López, que se lleva la prisión perpetua, es el chivo expiatorio para absolver a los demás responsables, políticos y materiales.
La justicia perdona la deuda y absuelve a los claros responsables de otros delitos penales, como el abuso de arma de fuego. Es un guiño de la justicia y el gobierno a su grupo de choque que defiende los intereses de un gobierno peronista, que lleva bajo su gestión muchos jóvenes asesinados, mientras con el ajuste los condena a la miseria. Es un cheque en blanco para la represión, con armas de fuego, en contra de infracciones y contravenciones.
Todo el apoyo a la familia de Joaquín y de todas las víctimas del crimen de Paso Viejo. Juicio y castigo a todos los responsables, políticos y materiales. Basta de impunidad. Es necesario desmantelar el aparato represivo del Estado para terminar con el gatillo fácil, las razias, la complicidad con el narcotráfico y la corrupción. Para evitar la impunidad judicial hay que votar y revocar popularmente a los jueces y fiscales. Tenemos que levantar un gran frente único para organizar la lucha por los derechos humanos y por todas las libertades democráticas.
En la próxima etapa de la historia argentina, no aceptaremos negacionismos: ¡Basta de Gatillo Fácil! ¡Justicia por Joaquín y todas las víctimas de la represión estatal! ¡Juicio y castigo a todos los responsables! ¡Joaquín Paredes Presente! ¡Ahora, y siempre!
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