La policía provincial sigue siendo noticia. Luego de una serie de operativos antidroga en Cruz del Eje, San Marcos Sierras y la capital, se realizaron tres detenciones, entre ellas la de un policía que se encontraba en actividad y se desempeñaba como chofer de un oficial de alto rango de la policía de Carlos Paz.

Por la misma causa también quedó detenido un remisero que además trabajaba en la municipalidad de Cruz del Eje, y otro remisero de Córdoba Capital, según datos publicados en Cadena 3.

Cabe señalar que se realizó un allanamiento al domicilio del uniformado detenido y se incautaron diversos estupefacientes. Además se logró determinar que los remiseros hacían de ‘‘delivery’’. En la investigación no se descarta que haya otros policías involucrados en la causa. La imputación es por ‘‘comercialización de estupefacientes’’.

Es parte de la sabiduría popular el conocer las implicancias de la policía en el narcotráfico, por acción o por omisión. Las fuerzas de seguridad negocian con los punteros, cobran cuotas, liberando zonas para que se desenvuelva esta actividad ilícita. Todos estos movimientos no pueden llevarse adelante sin contar con una pata política en el desarrollo de toda una cadena delictiva que se cobran la salud y la vida de jóvenes de los barrios populares.

Antes con ‘‘el Gallego’’ De la Sota, ahora con ‘‘el Gringo’’ Schiaretti, la narcopolicía sigue haciendo sus negocios, a pesar de los sucesivos cambios en los cargos de la cúpula de la policía. Como se ve, no se trata de una cuestión de protocolos, y formación de los policías en sí mismo, sino del andamiaje de todo un aparato represivo descompuesto. Esto quedó reflejado de manera brutal con los casos de gatillo fácil y la búsqueda de encubrimiento e impunidad.

Un aparato represor al servicio de la impunidad

Hace días se produjo la muerte de Lucas Pereyra, un joven de 19 años, víctima fatal en un choque en el centro de Córdoba capital. Según denuncian los familiares la policía dejó ir al conductor del vehículo que le produjo la muerte. Les impidieron acercarse al cuerpo y recolectar cualquier prueba luego del siniestro. Incluso amenazaron con detenerlos. “La policía sacó todo, no los detuvieron para hacerle el análisis de sangre”, manifestaron frente a las cámaras de Canal 12. Así funciona operativamente la fuerza policial

Tras la cuarentena se reforzó la actuación represiva de las fuerzas policiales. Se les dio carta blanca para que actúen frente a “la violación del aislamiento preventivo’’, amedrentando, y reprimiendo a la juventud y a la clase trabajadora. En lo que va de la cuarentena ya se contabilizan 6 víctimas en manos del aparato represivo.

Es que con la crisis económica, política, y sanitaria, quienes gobiernan han impulsado una política deliberada tendiente a establecer un Estado policial. La represión no representa ninguna salida al aumento del hambre, la desocupación, las rebajas salariales, los recortes jubilatorios, la deserción educativa.

Las movilizaciones de justicia por Blas Correa, contra el gatillo fácil, demandando justicia por Facundo Castro han salido al cruce de la impunidad y de la represión. Es necesario darle un canal de expresión a todo el repudio del accionar de las fuerzas de (in)seguridad impulsando la organización independiente de los gobiernos para lograr la justicia y terminar con la impunidad.

En ese sentido, el plenario nacional antirrepresivo y por los derechos humanos del 19 de septiembre es una instancia valiosa para establecer un programa y un plan de acción conjunto contra la impunidad de un aparato represivo al servicio de una orientación de ajuste y represión.