Uno de los policías responsables del asesinato de Joaquín Paredes (un caso de gatillo fácil) fue puesto en libertad. La decisión de dejar libre a Ronald Nicolás Fernández Aliendro la tomó la Cámara de Villa Dolores argumentando que no hay peligro de fuga ni entorpecimiento de la investigación. Por este atroz caso aún quedan policías detenidos.

El policía detenido fue puesto en libertad pagando una fianza de $200.000. Además, el imputado debe fijar domicilio que “no puede ser dentro del radio de la ciudad de Paso Viejo” (localidad donde vivía el joven asesinado), y permanecer a disposición de la fiscalía. Esto sucede a pocos días del 25 de marzo donde se cumplieron 5 meses del brutal asesinato cometido contra Joaquín.

La familia de Joaquín Paredes se comunicó con Prensa Obrera para denunciar el hecho. Según información a la que familia del joven pudo acceder Fernández Aliendro fue puesto en libertad de manera inmediata.

Aliendro junto a Enzo Ricardo Alvarado, Iván Alexis Luján y Jorge Luis Gómez están imputados por los delitos de abuso de autoridad e incumplimiento en los deberes de funcionario público, una imputación menor teniendo en cuenta lo sucedido y que en un principio estaban imputados por homicidio agravado. Esto ya lo habían denunciado los familiares y amigos de Joaquín quienes con tino señalan que fueron todos responsables.

La libertad a uno de los policías implicados en el gatillo fácil deja a la vista la complicidad del poder judicial para con la represión por parte de las fuerzas de (in)seguridad, que realizan un ataque constante a las libertades democráticas del pueblo trabajador. La resolución de la Cámara de Villa Dolores también expresa una justicia adicta al gobierno de Schiaretti, que es garante de la impunidad, porque utiliza este aparato descompuesto para reprimir luchas obreras y populares.

Ante esto la movilización independiente de los gobiernos, como ocurrió el pasado 24 de marzo, es el único camino que nos queda para hacer realidad la consigna el gatillo fácil nunca más.