A un mes del 45 aniversario del golpe genocida convocamos a movilizar en la Plaza de Mayo y todas las plazas del país, junto al Encuentro Memoria Verdad y Justicia y todos los organismos de derechos humanos independientes del Estado y los gobiernos.

Por su parte, los organismos de derechos humanos integrados al gobierno no movilizarán a Plaza de Mayo y realizarán “acciones descentralizadas” y virtuales. La realidad es que el kirchnerismo y el peronismo en su conjunto han renunciado a movilizar, aunque se ha reforzado la represión hacia el pueblo y la impunidad a los genocidas y a los represores de ayer y hoy, porque defienden esta orientación represiva oficial. Renuncian a salir a las calles en repudio a los 45 años del golpe genocida, como no movilizaron por el fuera Berni, la desaparición de Facundo Castro y los femicidios perpetuados por la institución policial y la Justicia del gobierno que avalan.

Alberto Fernández y los gobernadores han reforzado la política de empoderamiento de las fuerzas represivas hacia los trabajadores, las mujeres, la juventud en los barrios. Esa represión se les hace necesaria para poder enfrentar la reacción popular frente a los ajustes que golpean sobre las familias obreras como resultado del sometimiento al Fondo Monetario Internacional y a la agravada crisis social y sanitaria.

Este empoderamiento de las fuerzas represivas tiene como referente máximo al ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni, quien ha perpetuado el asesinato de decenas de jóvenes en la provincia, y a quien le cabe la responsabilidad política de la desaparición seguida de muerte de Facundo Astudillo Castro. La defensa de Berni a la Bonaerense y del conjunto del poder político al propio Berni es, en realidad, la defensa de la represión y el gatillo fácil como una política de Estado. Solo en 2020, hubo 2020 casos de asesinatos por parte de las fuerzas represivas.

La crisis habitacional se agudizó, y las ocupaciones de tierras fueron seguidas por los desalojos a base de brutalidad policial, militarización, incendio de casillas y topadoras – con epicentro en Guernica- como en todas las recuperaciones de tierras que sucedieron en todo el país. El reclamo de tierra para vivir y ¡Fuera Berni! ganó las calles, en contra de la política represiva.

El crimen de Úrsula Bahillo en la ciudad bonaerense de Rojas es uno de los 48 asesinatos por motivo de género que llevamos en este 2021, y se convirtió en el detonante de una fuerte indignación popular que señala al Estado como el principal responsable de la violencia contra las mujeres. Mostró de manera concentrada la complicidad y responsabilidad de las fuerzas represivas y la Justicia: es la que desoye sistemáticamente a las víctimas de violencia, la que encubre a los femicidas ligados a la propia institución.

Vamos a una gran movilización popular contra la impunidad de ayer y de hoy. Junto al reclamo de cárcel a los genocidas por justicia por los 30 mil compañeros detenidos desaparecidos, por la restitución de la identidad de les jóvenes apropiades, por la apertura de todos los archivos de la dictadura, por la libertad a los presos políticos, contra la persecución y la cárcel por luchar.