Un policía de la Ciudad confiesa cómo buscaron encubrir el asesinato de Lucas González

Admitió que le plantaron un arma al joven, luego de fusilarlo. La fuerza "modelo" de Larreta es otra banda criminal.

Lucas.

Héctor Claudio Cuevas, uno de los policías de CABA imputados por encubrir el asesinato del joven Lucas González, que ocurrió el 17 de noviembre de 2021 en el barrio de Barracas, confesó en una audiencia judicial que otro efectivo plantó un arma en el vehículo donde viajaba la víctima. Con esto, se derrumba el relato policial con el que se aseguraba que Lucas murió en medio de un enfrentamiento.

Lucas fue asesinado de un disparo en la cabeza, en el marco de un operativo cuasi parapolicial. Esto, porque los efectivos estaban de civil y a bordo de un auto sin identificación. Estas “brigadas de investigación” son tropas policiales que pululan por la Ciudad y están metidas en todo tipo de negocios turbios. El joven viajaba junto a tres amigos (se acababan de probar en las inferiores del club Barracas Central) en un vehículo que fue atacado a tiros por la policía.

Cuevas es inspector de la Policía de la Ciudad. Antes de que terminara la audiencia, reveló que el subcomisario Roberto Orlando Inca fue quien dio la orden de dejar un arma en la parte trasera del vehículo en el que se movían los jóvenes. Y que Alejandro Issasi habría sido el efectivo que ejecutó esa directiva.

Además de Inca e Issasi, están implicados otros policías como el oficial mayor Fabián Andrés López y el oficial Juan José Nieva. Estos dos últimos elementos se encuentran, junto a Issasi, acusados de homicidio.

El caso de Lucas revela el carácter mafioso de la policía porteña, que es protegida fuertemente por el intendente Horacio Rodríguez Larreta. La Villa 21-24 de Barracas, en cuyos alrededores ocurrió el crimen, está azotada por la podredumbre narco. La policía es una pieza fundamental en este proceso ya que nutre sus cajas negras con fondos provenientes del narcotráfico y de las redes de trata, dos negocios que funcionan bajo el manto protector del Estado.

En Argentina, todas las fuerzas represivas están corrompidas. Basta con ver cómo funciona la Bonaerense de Berni y Kicillof, que es una gran mafia narco. La Gendarmería y las FF.AA también son cómplices de estos negocios turbios. El capitalismo argentino es una amenaza contra los trabajadores y su juventud.

Frente a esta situación, los gobiernos proponen reforzar las atribuciones represivas de la narco policía. Larreta viene de otorgarle pistolas Taser a la Policía de la Ciudad, una movida autorizada por el gobierno del Frente de Todos. Ahora sus efectivos podrán torturar y asesinar jóvenes con las Taser, como lo hacen las fuerzas policiales de Estados Unidos e Inglaterra.

Se debe avanzar en una investigación de todos los comisarios y esclarecer el hecho. Justicia por Lucas. Abajo la represión y el narco Estado.