Cómo se construyó y cómo funciona la sede del Polo Obrero en La Matanza

Relato de una historia necesaria en el marco de la campaña persecutoria del gobierno de Milei contra las organizaciones piqueteras y sociales.

Local de La Matanza.

Entre los años 2006 y 2008, el Polo Obrero recibió un subsidio internacional proveniente de una ONG española. Con este se efectuó la compra de una casona vieja, que contaba con una planta baja, una cocina, baño y dos habitaciones; también con los servicios de luz, gas natural y agua corriente.

Ubicado en el barrio Villa Unión, localidad de Laferrere, este espacio se transformó en un punto de reagrupamiento y organización para las asambleas de La Matanza, que en ese momento eran cerca de diez y se encontraban en distintos puntos del distrito. 

Allí pudieron los barrios reunir a su cuerpo de delegados, acopiar y distribuir alimentos conquistados con la lucha, y realizar proyectos de formación de oficios y actividades políticas. Desde ahí partirían los alimentos para abastecer a los comedores, que iban creciendo como consecuencia de los altos índices de pobreza y desocupación. 

El mantenimiento de la sede central del Polo Obrero siempre estuvo a cargo de sus militantes y activistas: desde pequeñas obras para frenar filtraciones y humedad, pasando por la limpieza y el orden del espacio, hasta la atención de problemas de infraestructura más complejos.

En el año 2022 se conquistaron proyectos de construcción y arreglos de los comedores populares, los cuales, vale aclarar, se ponen en pie con los elementos y espacios que los propios compañeros consiguen y ponen en condiciones. Ese mismo año, y con esas conquistas, la sede central del Polo Obrero construyó un piso más.

Actualmente allí contamos con un SUM, un aula y un taller con baño. Una obra realizada por las cuadrillas de compañeros y compañeras que siguen trabajando hasta el día de hoy a pesar de que esos proyectos han culminado. 

En nuestra sede se realizan cursos de capacitación, de cocina, de guitarra, de arte, de alfabetización para adultos, de formación política, entre otros. Una verdadera escuela de organización que se contrapone a las tradiciones punteriles del PJ en el bastión del peronismo. 

Pero hay un elemento clave que remarcar: los desembolsos que ha realizado el gobierno anterior no fueron suficientes para dejar a término las obras realizadas; una parte importante de ellas se ejecutó gracias al aporte que realizaron todas las asambleas para poder finalizar la construcción.

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Y se viene la segunda

Gracias al aporte voluntario tan cuestionado por el Estado y sus operadores mediáticos, actualmente se está terminando el cerramiento, techado y piso de un nuevo espacio ubicado en el Barrio 8 de Enero llamado “Las Casitas”. Esto, con un esfuerzo enorme, en un barrio donde los vecinos no cuentan con las condiciones mínimas para vivir. Allí, muy pronto, quizás antes de fin de año, se inaugure un centro de capacitación en oficios, deportes y alfabetización, además de un nuevo comedor popular.

El Polo Obrero de La Matanza tuvo un pico de actividad durante el período de altísima desocupación del 2015-2019, el 2020 y el corriente año; hubo una extensión de las asambleas, que pasaron de ser de 10 a 25 y luego a pegar un salto hasta ser 70 en total, abarcando todas las localidades del municipio. Hablamos de 10 mil familias organizadas que encontraron en el Polo un espacio, no solamente para pelear por el plato de comida, sino para defender el trabajo genuino ante la precarización laboral y los despidos. 

El funcionamiento cotidiano de la sede central y la construcción de una nueva reflejan la vida política de la organización que está en el puesto número uno de los ataques del gobierno de Javier Milei y de una campaña de estigmatización que apoyaron y apoyan los sectores políticos patronales. A pesar de este ataque, el trabajo de distribución de los alimentos, el autofinanciamiento de los barrios, el sostenimiento de las asambleas como método de organización democrática y la defensa de una organización independiente de los gobiernos de turno, están más firmes que nunca.

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