El acampe piquetero de tres días frente a Desarrollo Social de Nación, y con acciones y permanencia en distintas ciudades y provincias del país, volvió a colocar en agenda los reclamos de los trabajadores desocupados y precarizados, encontrándose ante un gobierno intransigente e insensible a los padecimientos de la población, la represión del Estado y el silencio del ministro Juan Zabaleta. La Unidad Piquetera resolvió seguir a lucha con cortes y piquetes en todo el país.

Los reclamos de la permanencia piquetera siguen sin resolverse, a pesar que la propia publicación de los datos del Indec relativos a la persistencia de la pobreza y un crecimiento de la indigencia respaldan los fundamentos de la movilización de la Unidad Piquetera: el reclamo por trabajo genuino, apertura y aumento de los programas sociales, alimentos y salario mínimo que cubra la canasta básica.

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner salió recientemente a respaldar la gestión del ministro de Economía Sergio Massa y a pedir mayor intervención del Estado para paliar la crisis alimentaria y la indigencia. Sin embargo, el ministro de Desarrollo Social Juan Zabaleta se borró durante los tres días del acampe y la única respuesta del Estado fue la represión sufrida por los trabajadores cuando se manifestaban en la Au. 25 de Mayo, ante la intransigencia del gobierno. Mientras el gobierno anuncia para octubre una catarata de subas en las tarifas y servicios esenciales.

Desde las organizaciones piqueteras pusieron de manifiesto que el reclamo no solo se restringe a la apertura de los programas sociales para garantizar un ingreso económico a millones de familias con dificultades alimentarias (más de 4 millones según el Indec), sino que el gobierno tampoco cumple con los compromisos de entrega de alimento en tiempo y en calidad pactados, ni las herramientas e insumos para los proyectos productivos que dicen promover.

El Frente de Todos ha tomado medidas de Estado concretas contra los intereses de los trabajadores que han colaborado en la profundización de la miseria y la indigencia, como el ajuste en el salario mínimo, los recortes en las jubilaciones y la eliminación de parte importante del presupuesto destinado a los trabajadores y la juventud.

Mientras el gobierno le daba la espalda al reclamo de los sectores más vulnerables y vulnerados por su propia política, el ministro de Economía Sergio Massa se encargaba de atacar a los trabajadores del neumático, respaldando la posición de las patronales que buscaban cerrar una paritaria con ajuste. La solidaridad de clase entre trabajadores ocupados y desocupados volvió a expresarse con el apoyo de la Unidad Piquetera a la movilización del Sutna ante el Ministerio de Trabajo, al término del acampe piquetero.

Ante el destrato del gobierno y el Ministerio de Desarrollo Social, con un ministro impugnado por su intransigencia en una carta que debe dar respuesta a los reclamos populares, las organizaciones piqueteras anunciaron que endurecerán las medidas con cortes y piquetes en arterias principales, accesos a CABA, puentes y rutas de todo el país, a partir de la próxima semana.

La victoria de los trabajadores del Sutna y la primavera de luchas en curso es un síntoma de la reacción obrera ante el ajuste en marcha. El movimiento de trabajadores desocupados y precarizados no baja los brazos y seguirá la pelea si no hay una respuesta inmediata del gobierno a los reclamos urgentes.

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