El 65,3% de personas que percibe el Potenciar Trabajo son mujeres, en su mayoría madres o con personas mayores a su cuidado. Estos datos son los que arrojó la validación de identidad realizada por el ministerio de Desarrollo Social para avanzar en el recorte de 160 mil planes Potenciar Trabajo, una medida que además busca profundizar. Esto conforma una muestra cabal de que, mientras el gobierno arma un acto por el 8 de marzo, son las mujeres las más golpeadas por sus políticas de hambre y miseria para cumplir con el FMI, sobre todo por ser ellas quienes paran la olla en sus hogares.

El hecho de que las mujeres ocupen la mayoría de los beneficiarios de la asistencia social tiene su origen en que son ellas las que cuentan con menores ingresos, por ser las principales víctimas del desempleo, del trabajo precario y de la imposición de la brecha salarial.

Esta situación oficia como caldo de cultivo para que se incrementen los hechos de violencia de género y femicidios, por no contar muchas veces con la independencia económica para alejarse de ese cuadro o exponerse a situaciones sumamente riesgosas con el afán de incrementar sus ingresos, a lo que se suma además el manto de impunidad que el propio Estado le garantiza a los femicidas.

Así y todo, en un contexto de altos niveles inflacionarios donde las familias ven cada vez más restringido su acceso a las necesidades básicas, el ministerio de Desarrollo dejó sin su principal ingreso a miles de trabajadoras desocupadas. También sobran denuncias por la falta de alimentos en los comedores, los cuales cubren la función que no cubre el Estado y se mantienen en su mayoría por el trabajo de las mujeres piqueteras.

De este ataque contra las que luchan también se hizo eco Cristina Kirchner en su momento, donde se valió de un discurso demagógico y difamatorio respecto a las trabajadoras desocupadas para reclamar el pase de los planes sociales al control de los intendentes y gobernadores: justamente quienes más precarizan y explotan a las mujeres trabajadoras. De esto da cuenta el propio informe, donde los datos afirman que el 91,6% de los beneficiarios realiza trabajos comunitarios, es decir son utilizados como mano de obra barata por los municipios.

En tanto, el ministerio de Mujer y Género no ha servido para “empoderar” más que a un puñado de funcionarias con abultados sueldos, mientras la enorme masa de mujeres y diversidades es hundida en la pobreza y los índices de femicidios continúan creciendo exponencialmente, sobre todo en las barriadas. ¿Qué se puede esperar de un gobierno que ha dejado que crezcan estos índices mientras refuerza el poder de las iglesias y los antiderechos?

Las posiciones de tipo fascista y negacionistas de la opresión de género que crecen hoy en amplios sectores de la población también tienen este sustrato de fondo, son alimentadas por la estafa del gobierno. La lucha contra esta derecha y en defensa de nuestras demandas, por lo tanto, no puede ser una lucha común con las Tolosa Paz y las Mazzina. No podemos permitir que la causa por los derechos de las mujeres sea identificada con quienes gobiernan privándolas de los derechos más básicos.

Por eso, este 8M movilizamos por el salario de las trabajadoras y por las piqueteras agraviadas por todos los gobiernos en su lucha contra el hambre, ganemos las calles por las mujeres y diversidades, marchando a Plaza de Mayo y a los centros del poder político en todo el país.

https://prensaobrera.com/movimiento-piquetero/justicia-por-claudia

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