Mujer

6/2/2023

Córdoba: condenaron a 15 años de prisión a Nicolás Murua por abusar sexualmente de su hija

La denuncia se había radicado en 2019.

Nayla en las puertas de Tribunales. Foto: El Doce.

El pasado viernes, 3 de febrero, Nicolás Sebastián Murúa fue condenado a 15 años de prisión por abusos reiterados contra su hija, Nayla Janet Farías. El fallo se dictaminó en un juicio abreviado, luego de una larga lucha por parte de la víctima.

Vale recordar que Nayla había radicado la denuncia en el Polo de la Mujer en agosto del 2019, pero la investigación no había avanzado. Recién en 2021, luego de que su progenitor la amenazara de muerte, conquistó su detención. No obstante, el hombre siguió amedrentándola desde la cárcel por medio de las redes sociales y de notas que le llegaban al domicilio.

Murúa abusó de su hija desde los 13 hasta los 16 años, momento en que la joven decidió contarle a su madre lo que estaba pasando. Durante años intentó sin éxito que la Justicia avanzara, pero recién en febrero de este año se llevó adelante el juicio.

Al conocer la condena, Nayla señaló a La Voz del Interior: “Es un alivio, no me imaginaba llegar hasta acá”. “Hace más de 5 años que vengo peleando, no me salen las palabras”.

El caso de Nayla no es un hecho aislado. En nuestro país 1 de cada 5 niñxs sufre violencia sexual durante su infancia, solo 1 de cada 100 abusos es denunciado y 1 de cada 100 denuncias tiene condena. En Córdoba son múltiples las causas en las que el Polo Integral de la Mujer y las fiscalías de Delitos Contra la Integridad no dan respuestas.

Uno de los casos más emblemáticos es el de Sathya Aldana, joven de 19 años que se quitó la vida en 2020 frente a la falta de respuestas del Poder Judicial, dos años y medio después de haber denunciado penalmente a su progenitor por haberla abusado sexualmente desde los 8 a los 14 años, y que fue recordado por Nayla a la salida de Tribunales. “Su caso me dio muchísima fuerza, sus testimonios y múltiples denuncias, y que haya terminado quitándose la vida. Me puse como objetivo evitar ese destino”.

Es que el caso de Sathya generó un antecedente muy importante al conquistarse cadena perpetua por el delito de homicidio con motivo de abuso sexual con acceso carnal calificado por el vínculo, un triunfo de la lucha que emprendió la familia de Sathya junto a distintas organizaciones, la Asamblea Ni Una Menos, mamás protectoras y víctimas de abuso sexual en las infancias (ASI).

Mientras el aberrante asesinato de Lucio Dupuy está siendo utilizado por sectores reaccionarios para cuestionar al movimiento de mujeres y diversidades, resulta evidente que la pelea contra la violencia hacia las niñeces y adolescencias es patrimonio de ese movimiento, que muchas veces es blanco de ataques, como ocurre con la persecución a las madres protectoras que luchan contra el ASI y el falso SAP (síndrome de alienación parental) por medio del cual se pretende deslegitimar la palabra de las infancias, adjudicándole a las mujeres la manipulación de sus hijxs para que denuncien a sus padres abusadores.

En vísperas de un nuevo 8 de Marzo, reforcemos la lucha contra los abusos sexuales, contra la aplicación del falso SAP y por la destitución de los jueces y fiscales que le garantizan la impunidad a los abusadores. Vamos por la separación de la iglesia y el Estado y la aplicación efectiva de la ESI laica y científica, herramienta fundamental para la detención temprana de los abusos. Justicia por todas las víctimas. El Estado es responsable.