La crisis social y sanitaria que atraviesa nuestro país ha llevado a que las trabajadoras de casas particulares nos organicemos para combatir las condiciones laborales de explotación y precarización que sufrimos. Más del 50% de nosotras no estamos registradas por lo que, llegada la edad jubilatoria, no contamos con los aportes necesarios, por eso exigimos las moratorias a cargo de los patrones y el Estado.

Nuestro sector ha sufrido gran cantidad de despidos en el último año, con la excusa de la pandemia. Las patronales, avaladas por el Estado, avanzaron sobre nuestros puestos de trabajo. Además, el aumento del 42% nos sigue manteniendo en la línea de indigencia. Cabe señalar que somos consideradas un sector esencial y sin embargo seguimos exigiendo la vacunación inmediata de todas las trabajadoras.

Esas son algunas de las razones que nos han llevado a organizarnos bajo el panorama de crear nuestro propio gremio, porque los que existen en el país y en la provincia representan a los patrones o al Estado y no a nosotras. Y por esa razón vamos a la creación de un sindicato de trabajadoras de casas particulares integrado por quienes trabajamos a diario.

Frente a todo este cuadro, vemos la necesidad de reforzar la lucha que venimos realizando por nuestros derechos y entendemos que esa lucha no puede estar alejada de una lucha política por mejores condiciones de vida de toda la clase trabajadora. Por eso apoyamos la conformación de listas únicas del FIT-U en las próximas elecciones y nos pronunciamos por un Congreso del Frente de Izquierda Unidad.

Bajo esta perspectiva, el próximo 17 de julio nos sumamos a la gran asamblea del Plenario de Trabajadoras, en la Plaza de la Intendencia, para votar iniciativas de acción y fortalecer nuestra organización como mujeres trabajadoras por todos nuestros reclamos. Llamamos a todas las compañeras de casas particulares a sumarse a esta perspectiva.