El precio del aceite comestible tuvo un incremento súbito de un 125 % en almacenes, que abastecen a un 68 % de la población a nivel nacional, según el Centro de Almaceneros de Córdoba. De esta manera, se produce otro golpe al bolsillo de las familias trabajadoras. Hay que tener en cuenta que el aumento del aceite es del orden del 21 % en grandes superficies comerciales. Más allá de la disparidad en la suba de precios entre uno y otro centro de venta, el incremento tendrá impacto en la medición de la suba del costo de la canasta familiar.

La suba de alimentos no da respiro al incremento de la canasta alimentaria. Cuando se descarta una inflación de agosto superior al 6 %, el costo de los aceites vegetales llama puntualmente la atención ¿por qué se registra tamaña suba aun cuando el gobierno puso en marcha un fideicomiso para favorecer a los capitalistas del sector?

Cabe tener en cuenta que a principios del 2021 el gobierno nacional puso en marcha un fideicomiso con el objetivo de “estabilizar los precios internos” de un producto esencial en la mesa de las familias argentinas. Pero a la luz de los hechos la mencionada medida no causó un efecto de fondo, puesto que se fueron registrando aumentos desmedidos. Finalmente, el gobierno permite una liberación del precio de un producto esencial, favoreciendo que en la cadena de capitalistas del sector se acumulen fortunas a expensas del salario de las familias trabajadoras.

En un comunicado, publicado por La Voz, el Centro de Almaceneros de Córdoba planteó: “la decisión de las aceiteras con mayor presencia en el mercado nacional de trasladar al comercio de proximidad todo el incremento del 125 por ciento y a las grandes superficies sólo un 21 por ciento permite ver una sugerente incidencia del Gobierno Nacional, en procura de que al menos en la lista de productos del Programa Precios Cuidados (casualmente actualizada hoy -por este jueves) no se reflejen ni impacten en los relevamientos del Indec los exuberantes aumentos del precio de los alimentos”.

De acuerdo a la mencionada fuente se desactivó “parcialmente el fideicomiso aceitero, retirando para el canal minorista todo tipo de subsidios a este producto”. La decisión no fue comunicada previamente según la versión del Centro de Almaceneros, “segregando abiertamente a los comercios minoristas de toda la República y direccionando la venta hacia las grandes superficies (súper e hipermercados) donde sólo se abastece el 32 por ciento de la población con mayor poder adquisitivo”, dice el comunicado de la citada entidad.

En tanto que la Cámara de la Industria Aceitera Argentina (CIARA) afirma públicamente por su red social de Twitter que “las empresas socias de CIARA no tienen participación alguna en los aumentos que se vienen anunciando en varios medios de comunicación”. Y agregan: en el mes de septiembre la industria se comprometió a abastecer con 29 millones de litros de aceite de girasol y aceite mezcla, a precios subsidiados. Estas cifras serian “el 70 % del consumo aparente en todo el país”, y la lista de precios es auditada por la Secretaria de Comercio de la Nación.

“El fideicomiso está en revisión. En octubre veremos cómo sigue; los cambios del equipo económico y los vaivenes inflacionarios, así como el decreto del dólar soja, han ralentizado el proceso, por eso, la industria asumió el compromiso de abastecer 29 millones con estos precios”, dijo Gustavo Idígoras, presidente de CIARA en declaraciones a La Nación.

Así las cosas, el precio de los alimentos esenciales sigue en ascenso, para el caso del aceite, su costo se fue incrementando con el argumento de la guerra en ucrania, o por el impacto de la suba del dólar. Además, con este alimento esencial ocurre una variación de precios salvando distancia, que repite la misma perspectiva que con la creación del fideicomiso de trigo: más subsidios al capital sin impacto en los precios.

Es claro que el gobierno en función de cumplir con el acuerdo con el FMI pretende ir quitando subsidios, y recortes en los presupuestos de salud y educación. Esto requiere ser enfrentado con una acción independiente del pueblo trabajador, que defienda en primer lugar salarios y jubilaciones, como parte de un programa de transformación social, con medidas tales como el control del comercio exterior, y la nacionalización de puertos y el agro industria bajo control de lxs trabajadores.